Como lo solicitó explícitamente el FMI en uno de sus últimos pedidos, el Banco Central aumentó en dos puntos las tasas de interés, pasando del 38% al 40%. Los pedidos que llegaron del norte para abordar la alta inflación por medio de “(…) un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”, se están llevando a cabo a pesar de los “entredichos” que Guzmán arrojó contra el Fondo en su reunión con los gobernadores.
A pesar de mostrarse como los defensores del repunte económico, favoreciendo el crecimiento productivo, esta medida del BCRA va contra ese lineamiento. El aumento de las tasas de interés, vuelve a favorecer a los sectores del capital especulativo, alentando la práctica de la famosa “bicicleta financiera” por la que tanto agrado existe de parte del empresariado argentino.
El comunicado del BCRA que explicita que se tomaron “un conjunto de decisiones que reconfiguran los instrumentos de la política monetaria con el objetivo de continuar acompañando el sendero de recuperación y reforzar las condiciones de estabilidad monetaria, cambiaria y financiera”, no sólo brinda honores al Fondo si no también a los bancos. A partir de esta medida las tasas de las Letras de Liquidez (Leliq), aquellas que cuentan con un plazo de 180 días, escaló a un 44% (anual).
A pesar de que Alberto Fernández haya dicho en algún momento que iba a terminar con estos instrumentos especulativos, la verdad es que los está acrecentando de forma formidable. Lejos quedan las promesas donde colocaba por encima de las ganancias especulativas a los derechos de los jubilados. Mientras hoy cobrar una jubilación mínima significa percibir $ 29.062, menos de la mitad de la canasta básica, mientras que sólo los intereses de las Leliqs, en 2021, costaron: $1,33 billones.
Destinar 3 puntos del PBI para pagar intereses a los bancos, va contra la prédica electoral que tuvo Alberto durante la campaña de 2019. A la misma vez queda en claro que las penurias de la pandemia no la sufren todos como tratan de hacer creer. Mientras la banca privada ganaba por no hacer nada, las jubilaciones perdían su poder adquisitivo y eran ajustadas a pesar de que al ministro de Economía no le guste es término para designar sus políticas aplicadas.
Mientras siguen las negociaciones para cerrar un acuerdo con el Fondo, el gobierno cede una vez más a los sectores concentrados que tanto dice enfrentar.