La inflación no para y no hacen nada para que no siga creciendo. Ayer YPF comunicó un nuevo aumento de 6% promedio en los precios de la nafta y el gasolina, que comenzó a regir desde la medianoche. Como excusa dijeron que la suba se da: “en función de la evolución de las variables que inciden en la formación”.
precios de la petrolera estatal subirán un 5% promedio en naftas y un 7% en gasoil. En el caso de CABA el ajuste de precios en CABA será de +5,9% en naftas y +7,9% en gasoil. De esta forma, la cartelera de precios quedará de la siguiente manera:
- Nafta súper: $146,5
- Nafta Infinia: $179,4
- Diesel D-500: $154,4
- Diesel Infinia: $210,4
Como razones de los nuevos aumentos, fuentes cercanas al directorio de YPF esgrimen atrasos en los precios. Además se jactan de sólo haber realizado, en lo que va del año, una suba promedio del 62% (52% naftas y 74% gasoil). En comparación con otras ramas, destacan que van muy por detrás. Lo remarcaron en comparación con el mes pasado, donde los combustibles subieron un 14,5% menos que el promedio del IPC.
Lo cierto es que, en un país donde la estructura energética se encuentra mediada por grandes subsidios a las patronales, las ganancias han sido aseguradas hasta cuando el barril de petróleo cotizaba USD 0.
Con esta nueva medida, cómo se sabe, se da vía libre para que las petroleras privadas también remarquen sus pizarras. Ni que hablar de la suba generalizada que generará en el resto de las mercancías. Es regla el crecimiento de los precios una vez que aumentan los combustibles. Por medio del inentendible sistema de distribución y fletes que prima en el país, otra vez, el pan volverá a sufrir una suba que dañe los ingresos de las mayorías.
En medio de la escalada inflacionaria el gobierno no se digna a hacer nada, más que anunciar un “control” de precios a través de una app y llamar a no comprar a las empresas que remarquen por encima de la inflación. Un verdadero chiste. La recomposición salarial y de ingresos para que nadie cobre por debajo del valor de la canasta básica, es una idea que no asoma sobre los despachos del fracturado Frente de Todos que tiene como prioridad política responder al FMI.