viernes, 22 noviembre 2024 - 03:54

Mariela Muñoz. Abriendo camino a las maternidades trans

Tucumana de nacimiento y bonaerense de crianza, Mariela Muñoz fue una de las grandes pioneras de la diversidad argentina, una luchadora incansable que trajo al ojo público discusiones que en su momento eran impensadas. Aquí un pequeño homenaje en el día de la Madre.

Mariela Elcira Muñoz nació el 24 de diciembre de 1943 en Lules, Tucumán, en una familia trabajadora con tres hermanos. De muy chica se mudaron a Quilmes donde se crió y se descubrió como mujer trans a sus catorce años.

A los veintiséis años se independizó y comenzó a formar la propia familia, la que llevó al ojo público la posibilidad de que las personas trans tenían el derecho de criar hijxs y la posibilidad de las nuevas familias por fuera del núcleo hetero-cis-paki. Finalmente, crió veintitrés hijxs e incontables nietxs.

El primero fue el hijo de una trabajadora sexual que no podía criarlo, lo siguieron las hijas de un albañil que trabajó en su casa, una madre adolescente dejada de lado por su familia, un pibe que huyó del trabajo esclavo en el norte y muchxs pibxs más a los que crió como propios. Viajó a Chile para hacerse la operación de reafirmación de género, se casó y se ganó la vida trabajando como tarotista.

En los 90′ tomó relevancia pública cuando en el 93 le quitaron la tenencia de tres de sus hijxs que había anotado como propixs y la condenaron a un año de prisión en suspenso, aunque logró ganar la batalla. Así se convirtió en un ícono, trayendo a escena las maternidades trans y enarbolando el derecho de las personas diversas a criar hijxs y a dar amor.

Y en el 97 se convirtió en la primer mujer trans en recibir el documento de identidad con su género autopercibido, quince años antes de la sanción de la ley de identidad de género. Entre los argumentos, ella sostuvo que su sexo psicológico fue femenino durante toda su vida, incluso antes de la operación, y marcó así un precedente histórico para los pedidos de cambio de identidad de incontables personas trans.

A comienzos de los 2000 apareció en el programa de Mirtha Legrand y dijo “Creo que eso es importante y que detrás mío vendrán otras transexuales que tendrán que hacerlo, pero me gustaría que sea por ley”.[1]

En 2013 logró, junto a otras cuatro mujeres trans mayores, que el gobierno porteño les de un subsidio reparatorio y extraordinario[2]. En un país donde el promedio de vida de una persona trans es de 35 años, ellas fueron sobrevivientes de años de violencia institucionalizada, marginación y discriminación.

Su visibilidad logró instalar la lucha por la identidad de género en los medios de comunicación, abriendo el camino para lxs que vinieron después. Y también abrió la posibilidad de que las personas diversas comencemos a vernos como personas con derechos a mapaternar, a criar nuestrxs hijxs y crear nuestras propias familias. Fue la ruptura con los mandatos de la familia heterocis como único futuro, como única posibilidad de crianza.

Partió el 7 de mayo de 2017, dejando atrás una prole de hijxs del amor, y también dejándonos un país un poco más cerca de ser justo, un país donde estemos más cerca de la igualdad real. Mariela venció sobre los prejuicios, sobre la justicia machista y patriarcal y nos abrió el camino de la visibilidad trans para poder luchar por la vida que merecemos.

Candela Gambuli Castrilli


[1] https://www.youtube.com/watch?v=09kKzlivSdY&feature=emb_logo&ab_channel=VideosSIGLA

[2]https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-230405-2013-10-03.html

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