En otra muestra de arbitrariedad, misoginia y persecución judicial, el juzgado Correccional y de Menores Nº 1 de Posadas rechazó el hábeas corpus en defensa de María Ovando. Junto a seguir exigiendo la libertad de María, hace falta una reforma radical que ponga fin a ese sistema judicial patriarcal y clasista.
La jueza Marcela Leiva tomó su decisión de rechazar el recurso violando la Ley 23.098, cuyo artículo 11 obliga a citar a la persona por la cual se interpone el recurso en un plazo de 24 horas. El hábeas corpus, que impulsó la defensa de María y firmaron Nora Cortiñas, Vilma Ripoll y otras personalidades, solicitaba corregir la arbitrariedad e ilegalidad por las que se mantiene presa a María Ovando por una sentencia por ahora suspendida. Sin embargo la jueza optó por el rechazo, confirmando el ensañamiento judicial contra María y la arbitrariedad con que se atacan sus derechos.
Como ocurre desde el inicio de esta “causa”, y de la anterior que llevó a María a la cárcel injustamente, la justicia misionera castiga a las mujeres por ser mujeres y por ser pobres. Es una mirada retrógrada tanto de género como de clase. Por eso desde hace años venimos acompañando la pelea por la libertad y la absolución de María Ovando, víctima de todas las violencias a nivel personal e institucional.
A la vez que desarrollamos estas acciones unitarias para enfrentar la injusticia sobre la vida de María, pobre y perseguida por el propio Estado, es crucial plantear una reforma judicial de fondo que elimine todos los privilegios de esa casta patriarcal y feudal. Es necesario avanzar hacia un sistema que merezca ser llamado justicia, sabiendo que en Misiones y en todo el país el judicial es el único poder no elegido por el pueblo.
Que los jueces y fiscales sean elegidos por voto popular, con un mandato de tiempo limitado en vez de ser vitalicios y que puedan ser revocados de su cargo en caso de mal desempeño. Que se instalen los juicios por jurados populares, con vecinas y vecinos sorteados del padrón electoral. Y que una verdadera perspectiva de género atraviese todos los estamentos, cargos y roles en el Poder Judicial.
Sin estos objetivos más estratégicos, hoy la perseguida es María Ovando pero mañana será otra mujer pobre, sólo por serlo en su doble opresión. ¡María somos todas! Vamos a seguir acompañando esta causa y exigiendo la libertad para María, Lucas y Marcos, injustamente perseguidos.