Marcha del Orgullo 2025. ¿Qué significado adquiere en tiempos de ultraderecha y genocidio?

Este sábado 1 de noviembre será la 34° marcha del orgullo de Argentina, desde Plaza de Mayo al Congreso. Sucederá una semana después del triunfo legislativo de Milei. La ofensiva ultraderechista intensifica su “batalla cultural” contra nuestros derechos, mientras los sionistas buscan usar al movimiento LGBT para su “lavado rosa” del genocidio de Israel contra Palestina. En este contexto, ¿qué debates existen? ¿Qué significado adquiere el orgullo?

El movimiento LGBT de nuestro país no nació 34 años atrás, tiene sus orígenes mucho atrás en esa Argentina polarizada con fachos y pro-yanquis envalentonados, pero también con un movimiento obrero protagonista, rebelde y solidario, con una juventud de ideales grandes, inconformista e internacionalista.

Sin embargo, fue la expulsión de la dictadura cívico-militar-clerical la que revitalizó al movimiento LGBT, le dio su carácter oportunamente masivo y lo enlazó con el movimiento de derechos humanos. Esta imbricación fue lúcidamente analizada por Pablo Vasco en su libro 30.400. Derechos humanos y diversidad y es la que explica que las dos movilizaciones multitudinarias que paralizan Argentina cada año sean justamente la del 24 de marzo y la marcha del orgullo; dos fechas que responden a los derechos humanos más profundos; ambas generan una atmósfera de debate nacional que perfora las rutinas y como rizoma conecta naturalmente a distintas generaciones, reivindicaciones de la memoria y la identidad, con la lucha más apasionada por las libertades actuales y la disputa del futuro.

Así las cosas, el movimiento LGBT de Argentina resistió el intento de disección que sufrió en otros países -impulsada por sectores burgueses liberales- donde existen por separado marchas-carnavales “oficiales” masivos sin contenido político y otras expresiones marginales que reivindican los orígenes combativos del movimiento. En la plaza de las Abuelas y del Argentinazo, como en las principales plazas de todo el territorio, en cambio, se suceden acciones de lucha callejera masivas que celebran el orgullo de ser lo que deseamos, con fuerte carga política de reclamo e interpelación.

Unidad en diversidad y nuestros matices

Como en todo movimiento democrático análogo a lo que sucede en los 8M del movimiento feminista o en el 24M del movimiento de derechos humanos existe al interior de la superestructura LGBT una amplia gama política, con consensos y las disputas. Este año, desde Libre Diversidad MST interviniendo consecuentemente desde una perspectiva diversa y socialista, dimos nuestras peleas y conseguimos que la causa palestina se imponga a organizaciones LGBT ligadas al PJ que promueven el pinkwashing de Israel.

El documento unitario se basa en consignas correctas y a la vez lo consideramos globalmente acertado. Dejamos asentadas nuestras oposiciones en minoría a dos consignas del mismo por considerarlas incorrectamente formuladas:

  • “Trabajo Sexual es Trabajo. ¡Que sea ley!”  En cuanto a esta consigna, ya hemos formulado otras opciones que continen a regulacionistas y nuestra posición transicional respecto a la prostitución: “Basta de hostigamiento a quienes ejercen la prostitución. Que el Estado garantice alternativas para quienes deseen abandonar la actividad”, combinadas con nuestras consignas anti-trata. Sin embargo, esta posición aceptada en el pasado, fue rechazada en esta oportunidad y quedamos en minoría.
  • “Repudiamos la prisión, proscripción y persecución judicial a Cristina Fernández de Kirchner. Exigimos su liberación. Con proscripción no hay libertad. Sin libertad no hay derechos”. Respecto a esta segunda consigna, como bien sabemos, no levantamos la figura de CFK, sino que denunciamos el fallo por la dependencia de la justicia burguesa y exigimos CONADEP de la corrupción. Al igual que con prostitución, planteamos nuestra formulación quedando en minoría.

Asimismo, rechazamos el reconocimiento al gobernador Axel Kicillof, entre otros motivos, porque denunciamos que incumple la aplicación del cupo laboral trans, porque precariza, ajusta y desfinancia políticas de género.

Como siempre en el formato de acuerdo, esas expresiones salen con apoyo de la mayoría, y paralelamente quedaron asentadas nuestras posiciones en minoría. Lamentablemente, el resto de la izquierda del FITU al no participar en estos espacios dejan correr esos ejes, y critican después, sería diferente si fuéramos más quienes peleamos por planteos independientes y radicalizados.

Pinkwashing en tiempos de ultraderecha y genocidio

Más arriba mencionamos este fenómeno de separación del orgullo LGBT de los métodos callejeros y de reclamación política. Fue igualmente alentado por empresarios deseosos de captar el poder de compra de la población LGBT a través de hábiles campañas que vinculan perversamente el consumo de sus productos a las ideas de libertad, aceptación, diversidad. Todo un oximorón. Algo similar ocurrió con distintos gobiernos que adoptaron formas amigables hacia la comunidad LGBT mientras se aplican medidas antipopulares en otras áreas.

Como respuesta, el activismo acuñó el concepto de pinkwashing o “lavado rosa” para denunciar esta hipocresía capitalista. De esta manera, el término remite a la estrategia que promueve una imagen de respeto hacia los derechos LGBT para ocultar o justificar otras formas de violencia estructural.

En el caso de Israel se trata de una política estatal deliberada que presenta al país como un “paraíso gay” para desviar la atención de su ocupación militar, apartheid y genocidio contra el pueblo palestino. Se promueve una imagen de Israel como “moderno y progresista” por permitir ciertos derechos LGBT, mientras se oculta que esos mismos derechos no se garantizan para palestinos bajo ocupación. Se utiliza la homofobia atribuida a los países árabes como excusa para legitimar la violencia colonial.

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Unidad en diversidad versus sectarismo monocromático

A pesar de la relevancia de la denuncia al pinkwashing en el movimiento LGBT, el PTS e IS lamentablemente se negaron a que la consigna principal de la columna del FITU sea la propuesta por Libre Diversidad MST: “No hay orgullo en un genocidio”, evidenciando que desconocen cuál es el principal debate en relación a Palestina y la superficialidad con la que intervienen en el movimiento LGBT.

Por su lado, el PO publicó un reciente artículo denunciando la intromisión del sionismo en el movimiento LGBT argentino, haciendo distintas amalgamas para justificar su permanente negativa a la unidad de acción. Las consecuencias de esta política es la nada misma, porque busca la reafirmación y se niega a la intervención concreta en la realidad.

Desde una perspectiva diferente, desde Libre Diversidad MST dimos batalla y conquistamos que esta 34° edición de la Marcha del Orgullo:

  • sea la primera vez que la denuncia del genocidio contra Palestina esté en las consignas principales
  • se impida la participación de las embajadas de EEUU e Israel
  • el reconocimiento a Cele Fierro por su participación en la Global Sumud Flotilla rumbo a Gaza
  • Se brindará la solidaridad a Alejandro Bodart y Vanina Biassi, perseguidos judicialmente por el sionismo, en el discurso central.

Simplemente contrastando los nulos resultados de la política sectaria contra los importantes avances conseguidos de la política de unidad e independencia que impulsamos con Libre Diversidad MST, podemos concluir que el sectarismo es un peso muerto. Pero apelemos a León Trotsky para concluir: “… Pero el sectario, por naturaleza, se detiene en la primera mitad de la tarea. Para él, la intervención activa en la lucha real de las masas obreras se ve suplantada por la propaganda abstracta de un programa marxista (…) generalmente no quiere nadar para no mojar sus principios. Se sienta en la orilla y da conferencias sobre moralidad ante la corriente de la lucha de clases”.[1]

A pesar de estas diferencias importantes, celebramos que este año las organizaciones con las que compartimos el Frente de Izquierda Unidad (PTS-PO-IS) marchen en la columna de la Comisión Organizadora (COMO) y que rompan con su actitud de años de auto-aislamiento sectario.

Pablo Vasco como bandera

Esta será la primera edición de la marcha del orgullo sin el enorme aporte de Pablo Vasco, dirigente del MST y de la Liga Internacional Socialista y puntal en la construcción del movimiento LGBT en nuestro país.

En el MST no hacemos culto a las personalidades y esta afirmación sobre Vasco tampoco va en ese sentido; sin embargo, somos conscientes de cómo “el Vasco” marcó un período de construcción en la FALGBT y la COMO, fue el responsable de la elaboración de numerosos documentos, síntesis políticas y densas elaboraciones teóricas condensadas en una decena de libros.

Junto a Jáuregui, Perlonguer, Berkins y Sacayán, nuestro Pablito pasa al altar de les imprescindibles, por eso mismo durante el acto, en el documento y en la potente columna de Libre Diversidad MST, él tendrá un lugar destacado merecidísimo.

En síntesis nos preparamos para una importante marcha que refleje un alto nivel de rechazo al gobierno de Milei, de unidad en la diversidad, sin ceder a las posiciones ultraizquierdistas aislacionistas ni a los agentes del PJ y el sionismo en el masivo movimiento LGBT de Argentina.

Leonel Acosta


[1] “Sectarismo, centrismo y la Cuarta Internacional”, León Trotsky, 22 de octubre de 1935.

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