sábado, 31 mayo 2025 - 23:56

Maradona. El juicio por su muerte es una muestra de lo que es la justicia

Una situación inédita sucedió en el transcurso del juicio por la muerte de Diego Maradona. Una foto del estado en que se encuentra la justicia del país.

Luego de casi cinco años de la muerte de Diego Armando Maradona, los siete acusados que formaban parte del equipo médico del Diez, eran llevado a juicio. Este proceso inició el pasado 11 de marzo. Pasado los dos meses de esto, el litigio se frena por un acontecimiento que parece sacado de una ficción.

Una de las juezas que dirige la causa, comprometió todo su desarrollo por haber participado de una miniserie en donde daba a conocer puntos clave del proceso, quitándole todo el carácter parcial que tendría que tener su figura.

Julieta Makintach, es la protagonista de todo este escándalo judicial. En los últimos días se dio a conocer un adelanto de una miniserie que la tenía como protagonista. ¿El problema? El contenido de esta pieza audiovisual. En el tráiler de la miniserie, se ve a Makintach, como una actriz, contando cuestiones claves sobre el caso, dejando de lado el papel que le tocaba asumir en esta causa. Y todo este material fue grabado el 9 de marzo. Dos días antes del inicio del juicio oral y público por la muerte de Diego Maradona.

La miniserie titulada, Justicia Divina, la cual habría estado a cargo de María Liada Vidal Alemán, buscaba mostrar todo el contenido del proceso, pero este material deja muy cerca de que, en los tribunales de San Isidro, al juicio se lo considere como nulo, luego de atravesar dos meses de desarrollo.

Todo esto estalló, cuando uno de los fiscales generales adjuntos de San Isidro, Patricio Ferrari, mostró en la sala de audiencias, el material que automáticamente hace eyectar del debate a la jueza Makintach.

El escenario para la continuidad del juicio lo decidirá el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de San Isidro, este jueves. En esa instancia se decidirá si el juicio se cae o si se arranca desde cero con otros integrantes. Mientras se decide esto, el juez Maximiliano Savarino y la jueza Verónica Di Tomasso esperan conocer cual es su destino en este juicio. Según ellos, no tienen nada que ver con Makintach, además de acusar que fueron grabados de manera oculta, sin estar enterados de que estaban siendo parte de un documental.

El juicio, que busca encontrar a los principales responsables de la muerte del mejor futbolista de la historia, podría quedar estancando, dejando inconcluso un proceso de investigación para los que hoy son etiquetados como culpables.

Una situación bochornosa, que deja a la vista de todos, el estado en el que se encuentra el sistema judicial del país. Atravesado por intereses económicos, que solo responde a favores personales y a las necesidades de los poderes de turno, lo de la jueza Makintach, es solo un síntoma de un problema que engloba al poder judicial de este régimen. A pesar de todo lo que rodea la causa, y de todo lo que envuelve al mundo Maradona, mínimo debe existir una investigación real para que haya justicia y se pueda dar con los culpables.

Independientemente del discurso liberal que se nos impone, desde su surgimiento, la justicia como la conocemos, nunca ha sido independiente, siempre ha respondido a intereses. Tal vez en algunos momentos ha gozado de más parcialidad que en otros -producto a presiones sociales-, pero, en estos momentos de crisis, cualquier escenario nos regala muestras de su naturaleza. Un poder puesto a la orden para responder por un sector de la sociedad, en donde sus funcionarios actúan de acuerdo a esos intereses de turno, para así también, garantizarse y mantener sus privilegios. Por todos estos elementos, en los que se encuentra cimentado este sistema judicial, es que, en la mayoría de los casos, es difícil encontrar justicia. El caso Maradona detalla un poco esta situación, donde hasta un ídolo de carácter mundial del deporte, o en todo caso su familia, no puede conseguir justicia.

Actualmente la casta judicial y toda su infraestructura, es uno de los poderes más impunes de este país. La falta de investigación a legisladores apuntados por aceptar coimas en votaciones parlamentarias, las cuales permiten aplicar un durísimo ajuste a las mayorías, o el caso sobre la criptoestafa $LIBRA, que envuelve al presidente y a su hermana, son algunos ejemplos de cómo se posiciona la Justicia. Mientras que, paralelamente, se dejan avanzar medidas que atacan a lo que dicen defender, la Constitución. El caso más reciente de esto es la embestida al derecho a huelga de los trabajadores, consagrado, a base de luchas históricas de la clase trabajadora, en el artículo 14 bis de la Carta Magna.

Mas allá, de si el Tribunal Oral del que depende la causa decida continuar con el juicio o no, la discusión sobre el tipo de justicia que necesitamos es fundamental. Un sistema donde sus principales funcionarios (jueces y fiscales), no tengan que rendirle cuentas a nadie, genera las bases para esta impunidad. Para terminar con esto, la elección popular, tanto de fiscales como jueces, es una medida para empezar a acabar con este manto de arbitrariedad. Además, sus cargos deben ser revocables, limitados y finalizar con sus sueldos de privilegios. Sin políticas que avancen en una reforma judicial integral, donde se corten con toda esta lógica, lo que conocemos como justicia, seguirá actuando de la misma manera y regalándonos espectáculos como el de la jueza Makintach 

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