El jueves, el expresidente brindó un acto en el Arenas Studios del barrio de La Boca. Allí busco preservar la identidad del PRO y empezar a diferenciarse del proyecto de Milei en aras al 2025.
¿Quién tiene la lapicera?
Los roces entre amarillos y libertarios están a la luz desde que Jorge Macri le reclamo públicamente al gobierno nacional que cumpla con el monto de coparticipación para Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego de aquel movimiento la posibilidad de fusión PRO-LLA deslizada por Milei se enfrió y se concatenaron una suma de rispideces.
En el mismo sentido, el expresidente Macri buscó recuperar el timón del barco del PRO, maniobrando para marginar a Patricia Bullrich de la estructura partidaria, al igual que a todos los que respondían a ella. Posteriormente, desde el lado libertario lo invitaron a “celebrar” el Pacto de Mayo en Tucumán, en carácter de expresidente. Sin embargo, en la gélida noche tucumana no lo tuvieron en cuenta ni en las firmas ni en las fotos.
Todo este clima derivó en la tensa reunión que mantuvieron Mauricio Macri y el actual presidente Javier Milei en Olivos, que duró cerca de cuatro horas. Las definiciones del encuentro para Macri construyeron el escenario donde los gobernadores del PRO le reclamaron resultados al presidente y el expresidente se lanzó públicamente a diferenciarse pensando en el 2025.
Acto en La Boca
En el barrio donde el expresidente tuvo una de sus derrotas más dolorosas, cuando perdió el poder que tejía dentro de Boca Juniors, es también donde decide pegar con todo para mostrar su estructura política y no quedarse diluido en su apoyo a Milei.
Hizo gala de gobernadores, intendentes, técnicos y todo el andamiaje que se le achaca no poseer al presidente. Dejó en claro, o más bien quiso dejar en claro, que el PRO es “un partido con dirigentes que gobernaron y gobiernan ahora” , que bajo ningún punto de vista son “un experimento”. Cabe destacar que del acto no participaron ninguno de los ex candidatos presidenciales del PRO, ni Horacio Rodriguez Larreta ni Patricia Bullrich dijeron presente en el barrio del sur porteño.
Además, mostró cierta dureza para con el gobierno, afirmando que “el presidente Milei tiene absoluta claridad en la dirección y las ideas, pero hay una debilidad en la capacidad de implementarlas”. En cambio ellos, son “un partido preparado para ejecutar las ideas”.
La critica a la gestión no quedó ahí. Mauricio afirmó que “es un desafío ayudar a quien no está dispuesto a ser ayudado. Lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno“. ¿Se referirá a su ex candidata Patricia? ¿A sus ex ministros Caputo y Sturzenegger? ¿O quién del entorno de Milei generará esa incomodidad en Macri?
El ex mandatario también sostuvo que “la unidad por la unidad misma nos alejó de nuestra esencia. Tuvimos más ‘Juntos’ que ‘Cambio’. Y peor: en el 2021 nos faltó convicción para defender cambios que hoy una amplia cantidad de argentinos hoy acompaña. A pesar de todo eso, el PRO nunca dudó de dónde debía estar, porque las ideas económicas actuales son las mismas que desde el PRO venimos impulsando hace mucho tiempo”.
Futuro incierto
El PRO venía a solucionarle los problemas de representación a la burguesía con el derrumbe que sufrió el regimen bipartidista luego del 2001. Los amarillos intentaron “normalizar” el país en el 2015, bajo una gestión de CEOs que intentó llevar adelante parte del proyecto que hoy encabeza Milei. Reforma laboral, desguace del Estado, relaciones carnales con el imperialismo, inversión en el aparato represivo son algunos de los ejes que unifican ambas gestiones.
El proyecto del “cambio” no logró hacer pie frente al movimiento de masas. Tras la reforma previsional del 2017, aprobada con una salvaje represión a la enorme movilización que había concurrido a Congreso, las chances del PRO de implementar todo su programa se cayeron como castillo de naipes.
Luego de la desastrosa gestión de Alberto Fernández, el PRO veía su chance de volver a ocupar el sillón de Rivadavia. La puja interna los fue sacando de la elección y Milei les terminó comiendo base de derecha.
No fue en vano la gestión anterior de Macri, le dejó un aprendizaje a Milei y al conjunto de la burguesía. El “gradualismo” amarillo fracasó, entonces en el segundo tiempo hay que ir por todo o nada. Y así es como Milei apoyado por el PRO, entre todos sus cómplices, está llevando adelante la motosierra sin asco.
Asimismo, el plan motosierra no es gratis y genera en consecuencia descontento social en aumento. Es por eso que Macri aprovecha que se tambalea el barco para diferenciarse y mostrarse como distinto, como quien puede llevar sin problemas el plan de de ajuste que le solicita la burguesía.
El PRO empezó a delinear su futuro para no ser absorbido y ser un elemento en las elecciones del 2025. Será el descontento social y la eficacia del rumbo económico lo que terminará de definir qué rol ocupará, si como rueda de auxilio de la burguesía o como posible aliado electoral de Milei.