Este miércoles 20 de noviembre, estudiantes que formamos parte de la Asamblea Interclaustro de la UNLu, centros de estudiantes y organizaciones nos movilizamos al salón del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Luján, donde estaba sesionando la comisión revisora permanente del estatuto, con el fin de exponer una situación crítica que a les estudiantes nos alarma: el avance de una reforma privatista y regresiva.
Desde comienzo de año esta comisión retomó sus sesiones para discutir los artículos a modificar del estatuto, propuesta que luego sería enviada para su votación al órgano máximo de decisiones, la Asamblea Universitaria. A espaldas de la comunidad, reunión tras reunión fueron desglosando los capítulos hasta llegar al de los estudiantes, donde casi todas las listas presentes (111, 110, 250, 272, 323, 350, 372, 430) dieron el aval a llevar a cabo estas graves modificaciones:
- Supresión del inciso a del artículo 19, capítulo II “De los estudiantes”, el cual reconoce el derecho a “acceder y poder completar los estudios de grado exentos del pago de aranceles obligatorios”, excusándose en que el principio de gratuidad ya está contemplado en otro artículo, por ende dejarlo es redundante. Este argumento no tiene ni pies ni cabeza, ya que la “gratuidad” es un concepto abstracto que no determina “el no pago de aranceles obligatorios”, porque por ejemplo algún “agente externo” podría pagar los hipotéticos aranceles y para el estudiante seguirá siendo gratuito.
- Modificación del inciso i del artículo 19, capítulo II “De los estudiantes”, el cual reconoce el derecho a “ser estimulado en su vocación mediante un régimen adecuado de asistencia económica y social que garantice el acceso y permanencia sin otra condición ni garantía que la capacidad, dedicación y necesidad de lo cual, dentro de sus posibilidades, se hará cargo la universidad.” Ahora sería reemplazado por: “Recibir asistencia económica y social, tanto por parte de la institución como de organismos externos a la misma que favorezca y amplíe el acceso y permanencia en la universidad.” ¿Cuáles son esos “organismos externos”? Defendemos la autonomía y la exigencia al Estado de financiar la educación superior. No queremos la intervención económica de organismos privados, quienes no tienen ningún ápice de generosidad en garantizar la gratuidad de les estudiantes ni mucho menos, sino que buscan la intromisión en las decisiones académicas para su beneficio económico, por ejemplo a través de reformas de planes de estudios, investigaciones convenientes, pasantías ad honorem, etc.
- Modificación del inciso c del artículo 19, capítulo II “De los estudiantes”, el cual reconoce el derecho a “elegir cursar la carrera que prefiera, con la garantía de poder terminarla en el plan de estudios en que se encuentra inscripto”. Siendo ahora “garantía de poder terminarla en el plan de estudios en el que mantenga regularidad.” Es decir que ante una reforma en el plan de estudio y/o la pérdida de la regularidad, les estudiantes pierden su derecho de mantenerse en el plan de estudios que eligieron al inscribirse en la carrera.
El transcurso de esta reforma se enmarca en la política del gobierno nacional que pretende avanzar con un modelo privatista de la educación y al calor del conflicto universitario, que durante el año dio fruto a 2 históricas movilizaciones por el presupuesto, cientos de asambleas y decenas de facultades tomadas a lo largo y ancho del país, tras el veto a la ley de financiamiento. La UNLu no estuvo exenta de este proceso, ya que tuvimos asambleas interclaustro desde febrero, las cuales llegaron a más de 300 personas; 3 semanas de tomas intermitentes y movilizaciones locales históricas. Gracias a esto, la participación política incrementó llevando no solo al rearmado de centros de estudiantes que no existían, sino también a la conformación de una asamblea estudiantil permanente, coordinada desde abajo y que ha sido un polo de organización y referencia para muches estudiantes.
Desde el comienzo del conflicto, impulsamos la más amplia unidad de acción para hacerle frente a los ataques del gobierno de Milei, pero poco a poco advertimos que las autoridades y burocracias sindicales y estudiantiles no eran nuestros aliados en el campo político. Lo han dejado claro con el no llamado a la acción, la perpetua siesta de la CGT y las CTA y la tibieza del Frente Sindical, que dilató la lucha a más no poder, apelando junto al CIN a confiar en el Congreso y sus tiempos institucionales.
Esto mismo se replica dentro de la universidad, este proyecto de reforma deja ver la falta de voluntad política para plantear una lucha real por la educación pública, demostrado la cara real de entreguismo de las autoridades universitarias, las cuales funcionan como administradores de la crisis y con la complicidad de aquellas listas que, teniendo el deber político de ser “representantes del claustro estudiantil”, ningunean el reclamo, dándole la espalda a sus compañeros y siendo funcionales a un aparato que negocia con nuestros derechos.
El proceso sigue más que abierto, todavía falta la instancia decisiva que ratifique la reforma del estatuto en una asamblea universitaria extraordinaria, nos mantendremos en estado de alerta y movilizaremos el día que esto se trate, mientras tanto debemos fortalecer nuestros espacios de organización en la universidad: los centros de estudiantes, la asamblea estudiantil y el MST en la UNLu.
Guillermo Delfino y Azul Boccasso
Juventud Socialista del MST – UNLu