Las transferencias detectadas por el Congreso refuerzan la hipótesis de que el presidente Javier Milei mantuvo vínculos financieros con el creador de la criptomoneda $LIBRA antes de la estafa que vació millones de dólares. La justicia investiga si hubo uso de fondos públicos y encubrimiento desde el entorno presidencial.
Avances sobre la criptoestafa
Se detectaron dos giros por 550 mil dólares que coinciden con las fechas y montos del presunto contrato entre Javier Milei y el empresario cripto Hayden Davis. Crecen las sospechas de que el presidente habría avalado el proyecto antes de la estafa que vació millones en pocas horas.
La trama detrás del colapso de la criptomoneda $LIBRA sigue envolviendo al Gobierno en un escándalo político y financiero. Según reveló la comisión investigadora del Congreso, se identificaron dos transferencias por un total de 550 mil dólares hacia una billetera vinculada al proyecto, realizadas entre noviembre de 2024 y enero de 2025, justo cuando —según un borrador de contrato— el presidente Javier Milei habría acordado con el empresario estadounidense Hayden Davis su “colaboración exclusiva” en materia de blockchain y criptoactivos.
Los movimientos coinciden con los pagos estipulados en el documento, que establecía un desembolso inicial de 300 mil dólares y cuotas mensuales de 250 mil. Para los legisladores, se trata de una señal de que el vínculo entre Milei y Davis fue mucho más que una simple “difusión”, como intenta sostener el mandatario.
A las transferencias se suman pagos a colaboradores cercanos —entre ellos Mauricio Novelli, un operador ligado al entorno presidencial— por unos 30 mil dólares, reforzando la hipótesis de que la promoción del token contó con una estructura coordinada desde el propio Gobierno.
Mientras el presidente insiste en que “no promocionó, sino que difundió” la moneda, la justicia federal avanza sobre los teléfonos y mensajes de Milei y su hermana Karina, quienes habrían mantenido contactos directos con los impulsores del proyecto. En paralelo, la Oficina Anticorrupción y la UIF analizan el flujo de fondos y el posible uso de estructuras offshore para canalizar los pagos.
Lo que en su momento Milei presentó como un símbolo de “libertad financiera” hoy se transforma en uno de los mayores escándalos de su gestión, una trama que combina especulación, negocios turbios y el uso del poder presidencial para legitimar una estafa.
En este caso, al igual que con los otros casos oscuros que involucran a funcionarios del gobierno como los audios de Spagnuolo o el financiamiento narco a Espert, es necesario una investigación independiente, que vaya hasta el final y castigue con todo el peso de la ley a todos los involucrados.


