El día jueves 16 de abril nuevamente se movilizó la línea 60 por paritarias libres, por un sueldo básico de $ 2.500.000 y exigiendo a la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) un plenario de delegados y un plan de lucha.
Con muy buena respuesta por parte de los trabajadores fue una acción que salió bien, organizada desde las bases y que fue un termómetro de la bronca que contrasta con la siesta eterna de la CGT y la carnereada de Roberto Fernández, demostrando que ese “cambio cultural “ que quiere trabajadores resignados y esclavos no pasa.
La motosierra de Milei pega con todo en el salario de los choferes que para llegar a fin de mes tienen que tarjetear, endeudarse, desprenderse del vehículo que costó toda una vida de privaciones, salir a manejar un Uber o mandar a los pibes a un comedor del barrio, y pega también en una obra social que no garantiza ni atención médica ni medicamentos y que está detonada.

Con sus banderas amarillas, la batucada, la bandera de arrastre que exige plan de lucha y fuera el FMI, la concentración en el playón arrancó a las 10 horas con choferes de la noche y fue creciendo a medida que los compañeros del turno de madrugada terminaban y se sumaban junto a los de técnica, los que ingresaban de tarde y compañeros de otras líneas, marcando como la pelea salarial no puede quedar en manos de las conducciones que entre negociaciones secretas dejaron trascender que están pactando un acuerdo de $ 90.000 pagaderos en 3 cuotas de $ 30.000 que sería firmado el próximo martes 22.
Desde el MST en el FIT Unidad acompañamos a los trabajadores de la línea 60 y a todas sus acciones, que son lo opuesto a la burocracia de la UTA que carnerea los paros generales y es amiga de todas las patronales y todos los gobiernos.
La pelea salarial sigue abierta y se puede ganar.
Sergio Paz