El primer día de febrero amaneció con un nuevo aumento en el precio de las naftas. Los surtidores de YPF, Shell y Puma este jueves reflejaban en la ciudad de Buenos Aires un alza de hasta el 11%, haciendo llegar el precio de la nafta súper en $744 mientras que la Premium escaló a un valor de $918 por litro. En el interior estos precios son aún más elevados. Tanto en el conurbano bonaerense como en el interior del país, los tipos de nafta mencionados escalaron a un precio de $ 825 y $858 respectivamente.
Una nueva muestra de las consecuencias que genera la liberalización de precios que tanto pregona Milei y su gobierno, a pesar de que las petroleras son unos de los sectores que cuentan con altos subsidios del Estado. Y, cabe agregar, según lo anunciado por el oficialismo, que estos aumentos serán mensuales de ahora en más.
El aumento de la nafta en particular, como de los combustibles en general, luego repercute en el alza de precios del resto de las mercancías. La espiralización de la suba se da en la comida y demás elementos de consumo masivo, como también los servicios de transporte. Por ende, este nuevo aumento alimentará el ritmo inflacionario que Milei dijo iba a detener antes de asumir como presidente, toda una mentira que voltea la realidad.
Todas las subas han sido por decisión de las petroleras, sin embargo, se apresta a darse otro subidón en marzo, porque el gobierno descongeló un impuesto a los combustibles. Como lo indica el medio Econojournal: “Para trasladar el incremento del ICL ordenado hoy por el Ejecutivo y cubrir también el efecto devaluatorio (el crawling peg del 2% registrado en enero), algunas refinadoras aumentaron a primera hora del jueves sus precios en surtidor en alrededor del 6 por ciento. Raízen (Shell) y Puma ya aplicaron una suba del 6% en su red de estaciones de servicio para cubrir el aumento impositivo, pero podrían aumentar algún punto más en el transcurso del día”[i].
Este combo a favor de los intereses de sectores económicos concentrados, se da en consonancia con el tratamiento de la Ley Ómnibus, que incluye el DNU, a favor de la desregulación de la economía en beneficio de los mencionados.
Mientras todo sube, los salarios, las jubilaciones y programas sociales siguen perdiendo contra la inflación y dejando un tendal de pobres que ya supera el 40% de la población total. A pesar de esta situación, las centrales sindicales de la CGT y las CTA’s no avisaron nuevas medidas de fuerza que le den continuidad para derrotar el plan de Milei. Por eso resulta necesario organizarse contra estos ataques, redoblar la fuerza en la calle y proponer una salida alternativa que no haga pagar la consecuencia de la crisis a los mismos de siempre, y afecte de una vez por toda a los que la generaron. Con un programa al servicio de las necesidades sociales, de los trabajadores y sectores populares, que en este caso específico no es más que nacionalizar totalmente YPF, el resto del complejo petrolero y toda la exploración, producción y comercialización de los hidrocarburos. Eso solo puede implementarlo la izquierda, como lo propone el MST en el FIT-Unidad.
[i] Oficial: la AFIP descongeló el impuesto a los combustibles y las naftas aumentaron un 6%, aunque la suba final podría ser más alta. Econojournal 1/2/2024