viernes, 22 noviembre 2024 - 18:23

Liberfachos. Un nuevo delirio de Milei: debatiría la venta de niños

Sin importarle las consecuencias sufridas por decir que estaba a favor de la venta de órganos, Javier Milei volvió a escena y con más veneno reaccionario. En una entrevista con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos se animó a poner en debate la posibilidad de un mercado de menores. 

Cuando el periodista Jairo Straccia le preguntó sobre el tema, el líder de la Libertad Avanza respondió: “Todo depende”. Pero ante la segunda pregunta que indagó, ante una contestación inesperada y sugirió que lo mejor sería contestar de manera negativa sin dudarlo, la respuesta fue: “No porque depende, digamos depende en qué términos estés pensando”. Queda claro que el concepto de libertad para Milei no tiene nada que ver con la garantía de los derechos humanos, de los niños y los trabajadores. Sus afirmaciones atrasan tanto que son dignas del esclavismo. 

Toda la “argumentación” dada por Milei se dio en base a su identificación ideológica, ya que utilizó su autopercepción de paleolibertario para justificar el tráfico de niños. Pablo Stefanoni, en su famoso libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? explica que el concepto utilizado por estos sectores para identificarse políticamente hace referencia a lo pensado por Murray Rothbard: “Una forma específica de articulación entre libertarismo y valores conservadores e incluso autoritarios”. Como Milei habla, pero no explica, estas definiciones no se hacen explícitas, aunque con lo dicho en público va dejando más que en claro cuál es su programa político. 

Además, en el mismo programa radial, el diputado que fue responsable que varias personas se hayan visto estafadas por CoinX, tampoco reconoció el ilícito cometido por esa “empresa”. Tanto con la justificación de la venta de órganos, la estafa de la que fue parte con la compra y venta de criptomonedas y ahora defendiendo la venta de niños queda a la vista que la única libertad que defiende es la basada en la propiedad privada de un puñado de ricos, conjuntamente con la implantación de una cultura sumamente conservadora apoyada en los pilares de la iglesia católica. 

Contra esta tendencia conservadora que atrasa y se trata de imponer, hay que seguir batallando para poder eliminar de una vez por todas las políticas reaccionarias que buscan hacer hincapié en una sociedad hastiada por la crisis social y económica. Una batalla que no sólo va contra los fenómenos como Milei, sino que tiene como fin terminar con el capitalismo decadente, que en última instancia es el promotor de estos “nuevos” liberfachos.   

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