Entre más cruces, un “enfriamiento”de la reforma electoral, negacionismos y aparentes revisiones terminaron el segundo y tercer día del plenario de comisiones. Lo que se pudo reiterar en el Congreso fue un oficialismo que no cede, y negociaciones de parte de la “oposición” dialoguista y el PJ. La suerte del dictamen pasará al recinto.
“Están los números, creemos que va a salir todo” conjeturó Milei en declaraciones a radio La Red al tercer día de debate de la mega Ley que envió hace casi dos semanas al Congreso y que no es otra cosa que un desmantelamiento del Estado, un atropello autoritario y un brutal ajuste a la clase trabajadora. La intención del Poder Ejecutivo tras cerrar la discusión del proyecto en comisiones (Legislación General, Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales) es llevar al recinto un dictamen que tenga el aval de 129 diputados. Aunque en apariencia se haya visto una sala enardecida, no solo el Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal apoyan al grueso del proyecto; el peronismo también lo negocia por lo bajo.
“Nunca tuve que recurrir a una manifestación, sino al sacrificio” había rematado Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, al cerrar el primer encuentro, como si los sectores populares y medios en una Argentina tan convulsionada tuvieran fuerzas para recibir semejante comunicado de un funcionario público. El segundo día no trajo aires renovadores, a partir de las 9 del miércoles la polémica comenzó por un asunto no menor.
“Si no están los votos para la reforma electoral, eso no va a trabar el tratamiento de la ley”, sentenció el propio ministro de Interior, Guillermo Francos. Su exposición fue la primera de una larga jornada que terminó en escándalo cuando el titular de Interior anunció que tenía que irse y el diputado de Unión por la Patria, Leandro Santoro, empezó a gritarle. Si bien referentes de distintos espacios de la oposición rechazaron la reforma electoral que propone el gobierno del presidente Javier Milei dentro de la Ley Ómnibus, cuestionaron el sistema uninominal (eliminación del sistema D’Hondt) y reclamaron que el tema se discuta en sesiones ordinarias, la suerte de la misma aún no está echada.
Sin paro, no hay plan de lucha
Después de Francos expuso la líder del PRO, quien adelantó la eliminación del artículo más polémico de la ley que exigía pedir permiso para reuniones de más de tres personas en la calle. En resumidas cuentas, algo de maquillaje para agilizar el camino del megaproyecto ajustador y autoritario. “Levanten el paro del 24 y vamos a discutir democráticamente”. El gran punto álgido que le molesta a la ministra de Seguridad, Bullrich, presiona para que la burocracia de la CGT se eche atrás. Y agregó: “Hay que cambiar al sindicalismo. Gobierna otro partido y ya tienen el paro para el 24. ¿Vamos a tener un sindicalismo de reivindicación o no?” Pues el reclamo viene de su parte, ya que la ministra pretende cobrar operativos policiales por marchas. Lo que no contempla es que cuando la política no responde, la movilización popular es fundamentalmente el espacio de participación y lucha del pueblo trabajador. El carácter antiobrero y antiderechos de este proyecto es completamente anticonstitucional.
Negacionismos y lavado de culpas
Tercer día consecutivo. La jornada comenzó con la exposición de Carlos Torrendell, secretario de Educación; Pablo de la Torre, de Niñez y Familia y Leonardo Cifelli, de Cultura. Le siguieron los testimonios de Pablo Quirno, secretario de Finanzas; Pablo Lavigne, secretario de Comercio y Juan Paso, secretario de Industria y Desarrollo. Respecto al blanqueo de capitales, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, aseguró que por debajo de 100.000 dólares no se pagarán impuestos. Mientras que el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, cerró la jornada responsabilizando al gobierno anterior por el freno de la obra pública, al afirmar que “vienen paralizadas hace meses porque se contrataron obras de las que no existía el presupuesto”.
Una economía en ruinas no se restaura con lavados o ajustes, y menos al pueblo trabajador. Tampoco sirve echarse culpas. Sobre el enfoque del gobierno en el tema, como si no estuviera ya claro, Ferraro explicó que creen que “hay muchas actividades económicas que son del Estado que las puede hacer el sector privado”, ya que “tiene muchísima más capacidad de desarrollo creativo”.
“No hay ninguna política encaminada hacia un sistema de vouchers”, afirmó por su parte el secretario de Educación, Carlos Torrendell, como si el liberfacho nunca hubiese hablado del asunto. El elegido de Javier Milei para la Secretaría de Educación dijo que, aunque el presidente dialogó al respecto con el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal en su paso por la cuna del peronismo, aún no hay nada puesto en marcha. Lo que no quiere decir que un futuro se agregue a la agenda. Ante tal escenario, la diputada del Frente de Izquierda, Romina del Plá, pidió a los referentes del gobierno que den respuestas sobre temas de vivienda y de infraestructura escolar. “Si no hay inversión de la nación, el problema escolar no puede ser solucionado por las provincias. En los últimos años lo que se ha construido fue por convenio nacional”.
Derrotar este proyecto antiobrero y antiderechos
Parece que hubiera pasado mucho más que apenas un mes y uno días de gobierno. El plan de shock de Milei nos ha dejado casi en coma. Y los datos asustan: un incremento exponencial de la pobreza e indigencia, la caída brutal del poder adquisitivo. Además, vamos en camino a una hiperinflación y un golpe encubierto, mientras nos tratan de vender la mentira de un futuro promisorio a costa del apriete del pueblo trabajador. Ahora bien, si algo queda claro en un contexto cada vez más agitado es que la salida es conjunta.
Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad llamamos a solidarizarnos con cada sector obrero y popular, y dar batalla desde todos los frentes, pero sobre todo estando de pie en las asambleas, movilizaciones, cacerolazos y esencialmente en el paro del 24. Necesitamos salir a las calles de todo el país ese día y tras la marcha garantizar un paro nacional hasta derrocar las medidas de Caputo, el protocolo de Bullrich, el DNU y la ley ómnibus de Milei.