A once meses de haberse iniciado nuestro conflicto, las familias aeronáuticas de LATAM Argentina seguimos sin tener respuestas precisas a nuestro reclamo de continuidad laboral. Esta situación se ve aún más agravada siendo que la empresa continúa operando y lucrando sobre los cielos argentinos a base de miles de despidos. Lxs trabajadorxs seguimos organizándonos: Desafíos actuales y cómo seguir.
Ni ‘momento de ganar menos’, ni ‘mano dura para el empresariado’ aeronáutico
Si algo hay que reconocerle al Grupo LATAM fue haber ‘sacado ventaja de la crisis’, tal cual fuera planteado a su personal allá por Marzo 2020. La misma compañía que refiere con absoluto descaro a una ‘situación crítica’ es la que obtuvo record histórico en su operación carguera durante toda la pandemia, aumentando escandalosamente el valor del kilaje tarifado en dólares.
No conforme con haber reanudado sus vuelos comerciales hacia/desde Argentina el pasado mes de Octubre 2020, el Grupo LATAM ha obtenido recientemente permisos para reforzar su operación en cantidad de frecuencias, a la vez que operar vuelos desde escalas nacionales (Córdoba y Mendoza) con personal extranjero, desentendiéndose del conflicto que involucra a quienes mantenemos al día de la fecha una contratación vigente con la compañía. A esto se suman otras muestras de impunidad empresaria: nueve meses de recorte salarial arbitrario, incumplimiento del pago SAC del segundo semestre y la malintencionada amenaza de un inminente cese al pago de nuestros salarios. El quite de subsidio ATP –gestionado únicamente por dos meses de los once que lleva el conflicto- tuvo la clara intención de incrementar la asfixia económica padecida por su personal que, urgencias mediante, han tenido que optar en muchos casos por una salida acordada disfrazada de retiro ‘voluntario’.
Lo cierto es que los incumplimientos por parte de LATAM redoblan la apuesta mes a mes. Lejos de poner freno a las arremetidas de la multinacional, Ministerio de Transporte no hace más que otorgar permisos y autorizaciones para mantener –incluso aumentar- la cantidad de frecuencias de vuelo. Por su parte, Ministerio de Trabajo redujo toda su presión a dos intimaciones que obligaran a LATAM a realizar el pago íntegro de salarios, desoídas por completo. Tampoco se avanzó en la posibilidad de embargar cuentas al sinfín de razones sociales entre las cuales LATAM ramifica sus incumplimientos. De mano dura, poco y nada.
Sindicatos Aeronáuticos Unidos (por y para la entrega)
Claro queda a esta altura del conflicto que todas las medidas de lucha llevadas adelante fueron motorizadas por los sectores autoconvocados de LATAM: cortes de Ricchieri, caravanas, movilizaciones a Ministerios, etc. La aparición (tardía) de las conducciones luego de meses se limitó a dos únicas acciones aisladas con promesas de continuidad para un plan de lucha inexistente.
‘El retiro voluntario no es opción’ fue el lema de muchas direcciones aeronáuticas allá por los inicios de la odisea LATAM. Que el brote Covid19, que hay negociación en curso, que no tiene sentido salir a pelear con la aviación paralizada, que hay que esperar. Las denuncias de #NoALaExtorsionLATAM y #NingunaFamiliaEnLaCalle fueron poco a poco mutando hacia invitaciones a mirar con cierto cariño esos criticados ‘acuerdos de salida’. Mientras las bases exigíamos pronunciamiento respecto de esta arremetida empresaria y decisiones conjuntas de sector, las conducciones nos explicaban que ‘Son decisiones personales’. Son las mismas direcciones que terminaron subastando esos retiros casi con la misma insistencia de quien quiere venderte un tiempo compartido, apoyadas en un melancólico ‘LATAM ya fue’ e indicándonos que ‘no vale la pena luchar’.
La confianza (ciega) depositada en la vía administrativa se desplomó al conseguir acceso a las actas acuerdo firmadas por los sindicatos del rubro y el Ministerio de Transporte: tres hojas que dicen sin decir, que no refieren a cantidad de personal afectado, ni a alternativas barajadas tentativamente para la resolución. Los compromisos de continuidad laboral devinieron ‘promesa de bolsa de trabajo’, sin plazos ni criterios ni reglas claras. Si bien entendemos el contexto es sumamente particular frente a una operación aerocomercial que comienza rápidamente a reanudarse sin nosotrxs, el contenido de esas actas firmadas nos dejó bastante sabor a poco a los sectores en lucha. Es por eso que decidimos seguir dando la pelea en un tono de cada vez mayor exigencia.
Autoconvocadxs, intersectoriales y en lucha
Lxs trabajadorxs LATAM tenemos plena convicción de que el gobierno y los ministerios son los responsables de poner un freno al inescrupuloso manejo empresario, a la vez que dar respuestas concretas a nuestro reclamo de continuidad laboral. Si empresas multinacionales como LATAM deciden operar localmente, deberán hacerlo con trabajadorxs argentinxs y en un marco de respeto hacia la legislación local.
El vaciamiento progresivo de la filial nos sigue implicando un enorme desafío en términos de organización. Quedamos aproximadamente 400 trabajadorxs con contrato vigente, de lxs más de 1700 que fuimos al inicio de la pandemia. Las bases en lucha se achican cada vez más frente a una compañía que arremete fuertemente con campañas de retiro, sindicatos aeronáuticos ‘combativos’ que lo promueven abiertamente y un gobierno que, lejos de presionar, otorga más y más licencias para la continuidad de la operación LATAM.
Tenemos acuerdo en que es necesario radicalizar cada vez más nuestro conflicto y valernos del sinfín de solidaridades que nos han venido dando muestras de apoyo a lo largo de todo este proceso. Mantenemos cada vez más en alto nuestra consigna inicial: Queremos seguir trabajando en la aeronáutica, convencidxs de que la reactivación aerocomercial debe ser con TODXS trabajando en la industria a la que dedicamos tantos años.
Aeronauticxs del MST