Después de dos años de virtualidad la vuelta a la presencialidad fue el verdadero ingreso a la universidad para miles de estudiantes que cursan en la UNC. Lo que sorprendió a las camadas de primero, segundo y tercer año no fue sólo el cambio de modalidad, sino la falta de presupuesto y el ajuste que se está aplicando sobre nuestra educación.
Cursos saturados, donde hay que llegar temprano porque solo las primeras 500 personas en entrar podrán presenciar la clase, mientras más de 150 estudiantes se quedan afuera. Cátedras que en lugar de dar clases de una hora y media para todos, dividen a los estudiantes en dos grupos y solo dan clases de 45 minutos, porque de otra forma no caben en las aulas. Facultades que no retornan a la presencialidad por la falta de docentes para atender la matrícula, becas de apuntes que no alcanzan para cubrir ni la mitad de lo necesario para el primer cuatrimestre, demoras y bloqueos al Boleto Educativo Gratuito que lleva a muchos estudiantes a tener que gastar más de $10.000 al mes en transporte. Esta realidad, lejos de presentarse como natural, aparece como un ataque directo a los estudiantes que recién empiezan a vivir el sueño de estudiar en la UNC.
Con hambre no se puede estudiar
La inflación que crece aceleradamente, la crisis alimentaria que se profundizó durante la pandemia, ahora se ve, se siente y se vive en estudiantes que no pueden comer todos los días. Este es el contexto de ataque que el Rectorado de Franja Morada está desatando. Los docentes y no docentes ya no podrán comer en el Comedor Universitario y los estudiantes sólo podrán acceder si salen beneficiados con la Beca Nutrirse, para la cual deben presentar numerosa documentación que certifique que son pobres. El hecho de que ellos o alguien de su familia tengan Beca Progresar, plan social, obra social o trabaje en blanco es entendido como causas para no poder acceder al comedor.
Ya en 2019 de 45.000 inscriptos solo 3.300 llegaban a almorzar en la UNC, y este año Franja Morada festeja que serán 2.300 los comensales y que a 1.000 estudiantes se les enviarán módulos alimentarios con menos de 11kg de comida procesada que no alcanzan ni para alimentarse 3 semanas.
Frente a esta situación el estudiantado responde con bronca, reclamos a las conducciones en redes sociales y organización por abajo. Tanto el kirchnerismo como el peronismo duro presentan notas y proyectos que no solo no generan expectativas, sino que avivan los cuestionamientos sobre sus posibilidades de mejorar la cursada y sobre todo garantizar que la educación sea para todos. Los estudiantes denuncian que con hambre, sin becas y sin transporte es imposible estudiar.
Más de lo mismo
Alejadas de la realidad de los estudiantes, las fuerzas que se disputan el Rectorado llaman a elecciones en menos de 50 días. Las propuestas de Franja con Jhon Boretto o Bisagra con Alberto León no tienen ninguna solución para las necesidades estudiantiles. Los primeros son garantía de continuidad del ajuste de Juri y los segundos son el espacio político del responsable máximo del ajuste en las Universidades, Alberto Fernández. Mientras ambas propuestas son más de lo mismo, los estudiantes buscan una alternativa que defienda otro proyecto de Universidad donde realmente puedan ingresar, permanecer y egresar los trabajadores y sus hijos, ese es el espacio al que tenemos que responder desde el FITU.
La izquierda tiene que dar un paso al frente.
Desde La Marea MST en el Frente de Izquierda Unidad hicimos reuniones abiertas en defensa del Comedor Universitario donde han participado decenas de estudiantes, juntamos más de 3.000 firmas, organizamos una olla popular con participación de más de 300 compañeros de diferentes facultades, denunciamos a quienes con virtualidad quieren tapar la falta de docentes y realizamos toda una campaña para enfrentar el ajuste en la UNC. Todo lo desarrollado hasta acá lo queremos poner al servicio de realizar una campaña unitaria de la juventud del Frente de Izquierda Unidad para enfrentar la inacción de las conducciones de los centros de estudiantes e impulsar la auto organización estudiantil para dar pelea por todos nuestros derechos.
Es hora de que la juventud del Frente de Izquierda Unidad dé un paso adelante para defender los derechos estudiantiles, desarrollando una campaña que exija aumento de presupuesto para que podamos tener becas, aulas y horarios de cursada. Disputando la construcción de conocimiento en las aulas impulsando la creación de cátedras paralelas y seminarios libres sobre género, ambiente y marxismo, peleando por sacar a las empresas privadas de nuestros planes de estudio y espacios comunes, enfrentando la privatización encubierta en los recortes a los contenidos a nuestras carreras y limitaciones a las incumbencias de nuestros títulos. Levantando la bandera de la democratización del arcaico régimen universitario, exigiendo elección directa no ponderada de las autoridades unipersonales y mayoría estudiantil en los órganos de cogobierno. Trabajando para que la Universidad se vincule con los que luchan, trabajadores y sectores populares. Peleando por centros independientes de las autoridades y los gobiernos, que instalen mecanismos democráticos y participativos de consulta y toma de decisiones, pero por sobre todas las cosas, que le sirvan a los estudiantes como herramienta para pelear por sus derechos.
El primer paso para avanzar en este camino es conformar urgentemente listas unitarias del Frente de Izquierda Unidad tanto para Consejo Superior, como para los Consejos Directivos y todos los Centros de Estudiantes de la Universidad. En ese sentido, desde LA MAREA estamos convocando a reuniones con todas las fuerzas del Frente para lograr este objetivo. Hay fuerza para organizar esta pelea, demostremos que el FITU es la única alternativa real al servicio de los de abajo actuando juntos en las luchas y también en las elecciones estudiantiles.