martes, 5 noviembre 2024 - 20:24

Larreta continúa la campaña represiva. Encubrió el asesinato de Molares

El último día previo a la veda electoral, en la Ciudad de Buenos Aires, ocurrió algo esperado si se piensa en la campaña represiva que desplegaron todos los candidatos que defienden los planes del FMI y, por ende, la represión necesaria para hacer pasar los mismos. Lo que ocurrió concretamente fue que, la policía de la Ciudad, asfixió a Facundo Molares en el piso, en el Obelisco, provocándole un infarto que se cobró su vida.

Este asesinato, que está corroborado en las imágenes que circulan en los diferentes medios y redes sociales, contrariamente a lo que refleja, fue refutado por Horacio Rodríguez Larreta. El candidato presidenciable que lleva en su fórmula al represor Gerardo Morales, ayer por la noche, por su cuenta de Twitter dijo que la policía no cometió ningún asesinato y, encima, agregó: “Quiero destacar y respaldar completamente el accionar de la Policía de la Ciudad que actuó con profesionalismo conteniendo los hechos de violencia. En la Ciudad, la violencia es el límite”.

Las felicitaciones de Larreta son de un cinismo sin igual, que festeja que la policía haya sido dura con quien no estaba más que realizando una manifestación que, como se constató, ni siquiera estaba cortando la calle. Queda en claro que la aprobación del candidato de Juntos por el Cambio no es más que una cosecha de lo que ha sido su campaña electoral, como la de su rival de coalición, ni hablar de Javier Milei. Todos, sin distinción alguna, desde sus spots televisivos y en las declaraciones que han brindaddo durante la campaña, no se han cansado de promover medidas represivas. El resultado fue un integrante de las fuerzas represivas, simulando al policía que asesinó a George Floyd, quitándole la vida a un militante político y periodista sin motivo alguno.

Toda la batería de medidas efectivas, como la que también promueven personajes como García Moritán que Alejandro Bodart confrontó en vivo, sólo alientan escenarios y saldos represivos de este tipo. El oficialismo, por más que en este momento se quiera diferenciar, tiene más de parecido de lo que Sergio Massa pudo exponer en su spot nocturno.

Horas antes de que ocurra el asesinato de Molares, la policía federal se encargó de reprimir a mansalva a trabajadores que estaban intentando ingresar a la estación de Constitución. Y, como siempre, para encubrir los palos de la policía, el descaro de Aníbal Fernández, ministro de Seguridad, se hizo presente dando a entender que los agredidos eran un grupo de desestabilizadores del gobierno. Tan burdo resulto lo de este represor serial, que hasta uso esta situación para poner en dudas la realización de las elecciones el próximo 13 de agosto. Hablando de Molares habría que agregar que, el propio Aníbal fue quien festejó su detención y operaba en la justicia para que sea extraditado a Colombia.

Lo ocurrido en las últimas horas, insistimos, es producto de una campaña que se replicó en Juntos por el Cambio, Unión por la Patria y la Libertad Avanza. No son los palos, más sistemas de cámara que nos vigilen o los asesinatos a secas quienes resuelvan la crítica situación social del país que ya tiene más del 40% de la población hundida en la pobreza.

Exigir y conseguir justicia por Molares, como enfrentar esta asonada represiva va a ser tarea de la mayoría de los trabajadores, jóvenes y sectores populares. Desde el MST en el FIT-Unidad y desde la lista que integramos conjuntamente con el PO Unidad de Luchadores y la Izquierda, impulsamos la más amplia movilización en repudio de lo sucedido ayer y de la campaña desplegada por el régimen capitalista.

La única forma de terminar con la decadencia en la que está sumergido el país y terminar los problemas estructurales que nos aquejan, no es más que afectando los intereses de los más poderosos y el FMI, quienes son los únicos que se benefician con estas políticas.

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