miércoles, 8 enero 2025 - 02:49

La vicepresidenta y sus chirolas. Villarruel, Milei y sus sueldos

Con una pelea paritaria a la vista de todos, La Libertad Avanza se anota otro capítulo donde se profundiza el malestar entre la vicepresidenta Villarruel y el presidente Milei. La discusión por una dieta, donde los libertarios sin advertir la realidad de las mayorías se pasan factura de los salarios millonarios que perciben.

Como ya es habitual en los personajes libertarios, las redes sociales son el escenario en el que menos dificultad encuentran para moverse. En este caso, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, por medio de comentarios en la red social Instagram abrió un nuevo episodio en los encontronazos que tiene con el presidente Javier Milei. En esta ocasión, el cruce estuvo atado a una queja de Villarruel por el poder adquisitivo que está teniendo su dieta.

El pasado viernes por la noche, la vicepresidenta se encargó de aclarar lo poco que está cobrando, según sus propios parámetros, en relación a funcionarios que se encontrarían por debajo de sus facultades. “Yo gano mucho menos que ellos y que los diputados, y mi sueldo está congelado hace un año. En breve me pagan dos chirolas y soy vice”, así fue unos de los comentarios que dejó la interacción de Villarruel en Instagram. 

Pero su malestar no lo dejó ahí, sino que redobló la apuesta apuntando a otros personajes centrales de esta gestión: “Gano menos que el presidente, los diputados, los senadores, ministros, jueces, diplomáticos, voceros y así puedo seguir. No me dan vivienda ni nada. Esto es cualquiera en el desfasaje de los sueldos”. Un descargo que continuó y en donde también se encargó de apuntar directamente contra el presidente de la Cámara baja, Martín Menem: “Martín aumentó 70% sus dietas porque él es diputado y ahora volvieron a tener aumento. Digamos la verdad, por favor. Yo no creo que un país se haga mintiendo u ocultando las cosas”.

Y finalizando, Villarruel se animó a tocar un lugar sensible del gobierno, sobre todo por cómo se encuentra estructurado el discurso de esta gestión, en relación al costo de vida de las mayorías. “Mi sueldo está congelado hace un año y la prepaga aumenta, los impuestos aumentan, no alcanza a nadie que viva de su sueldo con honestidad”, una observación obvia para todos los trabajadores. 

Si bien las aclaraciones de la vicepresidenta son ciertas en función a la relación que existe entre los salarios y al costo de vida, esta discusión se da entre funcionarios de un gobierno que perciben dietas totalmente alejadas al valor promedio del salario en el país. En el caso de Villarruel, la segunda en el mando del país, recibe un salario, en mano, de $2,9 millones. Si una persona que tiene un sueldo de casi 3 millones no le alcanza, el panorama para los trabajadores que están atados al salario mínimo vital y móvil, es demoledor. Hay que señalar que la reciente sanción de su último aumento no supera los $ h300.000, es decir, estamos en un país con trabajadores con ingresos que no superan la línea de la pobreza y funcionarios millonarios.

La respuesta de Milei

Luego de los comentarios de la vicepresidenta, las contestaciones no se hicieron esperar. No solo el presidente Milei respondió, sino que al cruce también se sumaron, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y la diputada, Lilia Lemoine.

Por el lado de la diputada Lemoine, volvió a dejar en claro el estado en que se encuentra la ruptura entre el gobierno y la vicepresidenta. Y con declaraciones del talante con el que nos tiene acostumbrados mostró su situación particular con Villarruel diciendo: “Es una garrapata, una sanguijuela. Chupa la popularidad del otro”.

En las últimas horas, en este intercambio de declaraciones también se sumó Bullrich. La ministra en una entrevista dejó en claro que “el que no se adapta se va”, recordando las explicaciones que Milei le dio a todos sus funcionarios. La historia entre Bullrich y Villarruel también tiene varias partes. Hace unas semanas, cuando sucedió la detención del gendarme en Venezuela, la vicepresidenta le marcó la cancha a Bullrich declarando: “Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar”. Frente a esto la encargada de dirigir la cartera de Seguridad, no perdió la oportunidad y arremetió sin problemas contra Villarruel: “si la vicepresidenta, como dijo ayer el presidente, dice ‘voy a congelarle el sueldo a los senadores’ y a los 10 minutos dice ‘gano chirolas’, lo está haciendo no por convicción”.

Y para terminar con todos estos encontronazos, el presidente no dudó en salir a contestarle, con respuestas que cada vez dejan más en claro la situación en que se encuentra esa relación, la cual, desde el momento cero de la gestión mostró tener chispazos. 

El presidente, en una entrevista, luego de hacer un análisis de la situación de los ingresos de los argentinos expresó: “(…) me parece que es una frase muy desafortunada y de no entender cuál es la realidad de los argentinos y el esfuerzo que hicieron. Pero bueno, la casta política vive desconectada de la realidad de los argentinos, en el Senado son sueldos en torno a los 10 millones, está desconectada de la realidad y es el mundo en el que ella vive de la alta política. Es una frase muy desafortunada”.

Más allá de sus discusiones sobre quien entiende más de la situación actual de la mayoría de los argentinos, solo hay una coincidencia, siendo esta el reconocimiento de la complicada situación del asalariado. Tanto Milei, Bullrich y Villarruel lo nombran. Pero es necesario aclarar que si se transita esta situación es responsabilidad directa de la ejecución de un programa de ajuste, entrega y hambre. Un gobierno que se organiza alrededor de los intereses de los sectores concentrados de la economía solo puede tener este destino de ajuste.

Por parte de cualquiera de estos actores no se puede esperar nada, porque ninguno iría en contra de sus privilegios. Para terminar con estas discusiones si en los salarios de los parlamentarios hay que poner un millón más o un millón menos, es necesario finalizar con estas dietas millonarias que nada tienen que ver con la realidad de la mayoría. Si en verdad se quiere cambiar esta lógica, todos estos puestos de gobierno tienen que estar a la orden del pueblo, con cargos sean revocables. Además de que sus sueldos estén a la par de los salarios de los trabajadores, como por ejemplo el de una directora de escuela. Y no solo esto, sino que por medio de la presentación de declaraciones juradas, al inicio y al final de su gestión, muestren que no se enriquecieron con estos cargos. Medidas de este tipo son las únicas que pueden terminar con la reproducción de los privilegios que se autogenera esta casta política.

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