viernes, 22 noviembre 2024 - 04:44

La Plata rumbo al 24M. Cuatro años del crimen laboral de Christian Estegui

Un parpadeo de apenas unos segundos, el susto al despertar, la maniobra para evitar que el precario camión volcara, y una puerta que se abre hacia la muerte. En esta apertura de puertas, Christian fue arrojado a la pista, donde las ruedas del camión, que durante tanto tiempo fue su lugar de trabajo, pasaron por encima de su cuerpo.

Esta es la historia que los empresarios ricos intentan ocultar desde hace tres años.

La muerte de Christian

El 14 de diciembre de 2019, Christian Estegui fue víctima del típico desprecio que los grandes empresarios tienen por la vida humana. Un trabajador doblemente precarizado, que había estado trabajando en negro durante unos 9 años para los hermanos Ferrara como conductor de camión, realizando transporte de carga para el supermercado Nini.

Pero, a pesar de todo ese tiempo de trabajo, su relación laboral nunca fue reconocida. Ni por el Nini, ni por los propietarios del camión que conducía.

En otras palabras, ni los Ferrara ni los propietarios del Nini reconocían a Christian como empleado, no pagaban sus derechos laborales ni siquiera se preocupaban por su seguridad, como lo exige la ley.

Christian murió de manera devastadora, aplastado por las ruedas del camión en el que trabajaba, un vehículo que no cumplía con ninguna de las regulaciones mínimas de seguridad.

Y el Estado, que debería supervisar estos parámetros, tampoco hizo su trabajo.

Entonces, desde ya podemos señalar a tres responsables: los hermanos Ferrara, los propietarios del Nini y el Estado. Puede que no hayan matado a Christian directamente, pero son los verdaderos responsables de su muerte.

La (in)justicia

Para la justicia, el único culpable de la muerte de Christian es Miguel Ángel, quien estaba conduciendo el camión y que, debido al cansancio, se quedó dormido al volante. Incluso hay un proceso penal en su contra por homicidio culposo, ya que no hubo intención de matar.

Sin embargo, sabemos que el accidente en sí fue el resultado de diversas decisiones conscientes tomadas por personas con poder, dinero y, por lo tanto, responsabilidades.

Un empresario que admite el uso de un vehículo sin cinturón de seguridad, cuya puerta necesitaba ser atada con una cuerda para mantenerse cerrada, es responsable de cualquier accidente que ocurra como resultado de esto.

Un empresario que exige largas jornadas laborales, haciendo que Christian y sus compañeros conduzcan durante más horas de las permitidas, es responsable del accidente.

Un Estado que permite que este tipo de cosas sucedan, a pesar de sus mecanismos de supervisión, también es responsable.

Pero desde la muerte de Christian, nunca ha habido ningún tipo de diálogo entre los hermanos Ferrara y los dueños del Nini. Todos se niegan a asumir la responsabilidad por algo que causaron, como empleadores y personas que se beneficiaban del trabajo de Christian.

Y, como ocurre con frecuencia, todos estos poderosos actores se esconden detrás de abogados, estrategias oscuras y el silencio.

¿Un caso aislado?

Lo que le sucedió a Christian no es un caso aislado. Miles de trabajadores son contratados de la misma manera que él, sin registro, o “en negro”. Expuestos a condiciones insalubres en sus lugares de trabajo, sin ningún tipo de seguridad y, cuando ocurre algo, sin ningún tipo de apoyo, ya sea de los empleadores o del Estado.

Estas condiciones tienden a empeorar en un gobierno que actúa a favor de los grandes empresarios.

La clase trabajadora es una sola

Necesitamos defender los derechos ya adquiridos por nosotros, la clase trabajadora, y luchar por otros más. Porque aquellos que tienen el poder económico y político no van a ceder nada fácilmente.

En un gobierno como el de Milei y Villarruel, en el que los ataques a los derechos adquiridos se están volviendo habituales, la situación tiende a empeorar.

Nosotros, los trabajadores, solo logramos algo a través de la unión y la lucha en las calles. Y luchar contra la precarización, que mató a Christian, es esencial.

La precarización no solo destruye el ingreso del trabajador. Destruye los sueños de toda una familia. Destruye el futuro del país.

Sumate a la protesta

Por todo esto, el jueves 21 de marzo, a las 15 horas en el Playón del Mayorista Nini (520 y 23), habrá una protesta para exigir justicia por Christian y repudiar a los verdaderos culpables.

Marcela Gottschald

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