El 1 de septiembre el exgerente de la fábrica Molinos Río de La Plata, Emilio Jorge Parodi, tuvo su procesamiento confirmado, a poco más de un año de su detención ocurrida en julio del año pasado.
El proceso es referente a lo que ocurrió el 7 de julio de 1976: el secuestro y desaparición de Francisco Fernández, Santos Ojeda y Roberto José Rivolta, en el área de ingreso de la fábrica de Avellaneda
Parodi negó haber sabido de los secuestros y desapariciones de sus empleados. Sin embargo, el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak entiende que “resulta imposible que los secuestros de los trabajadores efectuados en la planta hayan pasado desapercibidos para el encartado”.
A pesar de la gravedad de los hechos, Parodi está en prisión domiciliaria y continuará con el beneficio hasta que llegue el juicio. Si es que llega a esa instancia.
El rol de los empresarios en la dictadura genocida
La dictadura genocida que asoló el país entre 1976 y 1983 fue una “dictadura cívico-militar-eclesiástica”, lo que significa que la sociedad civil -el empresariado principalmente- y religiosa, específicamente instituciones como la Iglesia católica, tuvieron un rol de colaboradores en la implementación del terrorismo de Estado en este oscuro período.
Es decir, los crímenes de lesa humanidad son también de responsabilidad de sectores “no militares”, y su rol no fue marginal, sino clave.
Hablando específicamente del empresariado, son conocidas las condenas o acusaciones a la familia Blaquier por el secuestro y tortura de sus empleados del ingenio Ledesma en Jujuy, a los ex dueños de La Veloz del Norte o gerentes de la Ford, por delitos similares. El procesamiento de Parodi, el gerente de Molinos Río de La Plata, nos recuerda que quedan muchos otros impunes.
A pesar de la relevancia de su participación en la dictadura, el sector empresarial ha sido uno de los más beneficiados por la impunidad. las condenas conseguidas se cuentan con los dedos de una mano.
La complicidad de ayer y el protagonismo actual
Si en la dictadura y en su antesala con la Triple A y CNU los empresarios actuaron activamente como cómplices y benefactores del nuevo régimen instalado, hoy vemos el peso significativo que este sector tiene en el crecimiento de la nueva derecha que gobierna Argentina y otros países, como el caso de Bolsonaro en Brasil y Trump en Estados Unidos.
La responsabilidad por el ejercicio del terror durante la dictadura trascendía a las fuerzas armadas, de la misma forma que hoy la responsabilidad por el ataque a las libertades democráticas y el intento de imponer la semi esclavitud excede al gobierno en sí.
Las fuerzas armadas con las que Milei-Villarruel intentan conciliar a la sociedad, las fuerzas políticas de ultraderecha en sí y el empresariado con sus instituciones de lobby inseparables en tanto representan los intereses de la clase dominante nativa y extranjera.
Pasado y presente
Es necesario poner énfasis en el rol del empresariado en el avance de la ultraderecha contra aquellas interpretaciones que limitan el fenómeno a una supuesta derechizacion de la sociedad y nada más. Principalmente porque ellos son los beneficiarios de los ajustes, cambios de leyes y de la precarización laboral, así como también son los financiadores de las fuerza políticas que toman ésta agenda.
Milei lo dejó en un acto por el Día de la Industria, en la Unión Industrial Argentina (UIA): “Vinimos a achicar el Estado para agrandar el bolsillo de ustedes”. Esta afirmación revela claramente las intenciones del presidente, Villarruel y Bullrich.
Memoria, verdad y justicia.
Marcela Gottschald