El día martes 30 se convocó una mateada en las puertas del CCT de La Plata con una activa participación de decenas de becaries, investigadores y personal administrativo. Allí se generó un debate ante la negativa de la Junta Interna de ATE de convocar al Congreso frente a la votación de la Ley Ómnibus y sobre el rumbo del conflicto que decide la conducción gremial. Compartimos nuestra mirada.
La mateada fue convocada por la Junta Interna de ATE CONICET, un día antes del vencimiento de numerosos contratos de trabajadores del artículo 9, quienes cumplen en su mayoría funciones administrativas. Inauguraron el intercambio los delegados oficialistas Agustina López Villar y Favio Sives, quienes expresaron que el objetivo de la mateada era “abrazar a los despedidos”, “preguntarles si tienen otro trabajo”… Asimismo, informaron que el diálogo con las autoridades no está roto y que se encuentran realizando una valoración del listado de despedidos para intentar revertir algunos.
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El debate se intensificó cuando abrieron al uso de la palabra y hubo consultas y cuestionamientos: “Mañana se vota la Ley Ómnibus, ¿habrá paro y llamarán a movilizar?” se escuchó en la voz de una becaria doctoral. Una investigadora de la Facultad de Exactas planteó la necesidad de darle continuidad a las medidas de fuerzas decidiendo la fecha de una próxima acción. Pero los delegados de las oficialistas Verde y Verde/Blanca insistieron en su orientación sectorialista y de diálogo: “No podemos organizar una movilización con un día de anticipación. Nuestro objetivo para mañana es llevar la lista de despedidos al Polo Científico”, manifestaron Villar y Sives.
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Superar la fragmentación con democracia sindical
Es evidente que el plan de Milei es un ataque profundo y simultáneo a distintos sectores sociales. En ese marco, el CONICET es blanco de una política de vaciamiento del sistema científico y tecnológico público.
Frente a esta estrategia desmanteladora resulta difícil imaginar que la respuesta efectiva es intentar administrativamente revertir alguno de los 55 despidos. ¿Acaso los despidos no son parte de una ofensiva presupuestaria en todo el Estado?, ¿acaso el DNU y la Ley Ómnibus no intentan legalizar el desmantelamiento de lo público, imponer condiciones laborales de semiesclavitud y reprimir duramente el descontento popular? Claro que es así. Por eso, ATE no debería separar la lucha de las y los trabajadores de CONICET de una respuesta global contra el plan motosierra, tampoco debería contraponer despidos versus lucha contra la Ley Ómnibus o por presupuesto y debería hacer paro y llamar a rodear el Congreso este 31. Pero, sobre todas las cosas, ATE debería dejar que estas y otras definiciones sean debatidas y decididas democráticamente por la base.