viernes, 18 octubre 2024 - 13:16

La Plata. Marcha de Antorchas y la continuación de la lucha

En la tarde del 16 de octubre, cerca de 30 mil personas llenaron las calles de La Plata en la Marcha de Antorchas, donde estudiantes, docentes, trabajadores y jubilados se unieron en defensa de la educación pública y contra los brutales ataques del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel.

La marcha fue precedida por una semana de asambleas, vigilias y tomas en 13 de las 17 facultades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), además de acciones similares en algunos terciarios y secundarios.

Esta ha sido una demostración más del gran descontento popular frente a los intentos de destrucción de la educación pública, para abrir espacio al capital privado.

El mensaje de los estudiantes y trabajadores fue claro: “Traigan al peluca de Milei, para que vea, que este pueblo no cambia de idea, pelea y pelea por la educación”.

Lucha contra un proyecto de destrucción social

Los ajustes, el veto a la Ley de Financiamiento Universitario y su posterior ratificación son solo la punta del iceberg mucho más profundo. Detrás de estas medidas está un proyecto que pretende moldear todo el sistema educativo en función de los intereses del mercado y las grandes corporaciones, dejando de lado la función social de la Universidad.

Las tomas, las asambleas y la marcha son mucho más que actos de resistencia: son una muestra de cuánto valoramos la educación pública. La UNLP, al igual que otras instituciones educativas del país, tiene un importante rol en la formación de nuestra sociedad, una vez que ahí los estudiantes no solo aprenden el contenido académico, sino que también cuestionan, resisten y sueñan con un futuro mejor.

Para Milei y sus aliados, un pueblo educado es un pueblo capaz de cuestionar el sistema que perpetúa la desigualdad y la explotación.  Y eso, para ellos, es peligroso.

Discursos de odio y violencia como forma de control

El gobierno Milei-Villarruel, hace un uso estratégico de las redes sociales para incitar el odio y la intolerancia contra cualquier opinión que no sea el apoyo total.

Esta táctica no es nueva, y otros gobiernos de extrema derecha, como el de Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos, también utilizaron este recurso para polarizar la sociedad y deslegitimar los movimientos sociales y estudiantiles. La desinformación y la incitación al odio en las redes crean un ambiente de violencia simbólica y física, en un intento de intimidar y debilitar cualquier tipo de resistencia.

Un ejemplo claro de esta estrategia se vio en la Universidad Nacional de Quilmes. Durante una asamblea estudiantil, un pequeño grupo de autodenominados libertarios, infiltrados en el lugar, lanzó gas pimienta contra los estudiantes presentes. Este tipo de acción, además de criminal, tiene como objetivo diseminar el miedo e impedir que manifestaciones como las ocupaciones y la Marcha de las Antorchas ganen aún más fuerza. Pero, la rápida reacción de los estudiantes evitó mayores daños, y los agresores, ya identificados, huyeron temerosos del lugar. Siguen siendo los fachos los que corren.

La importancia de luchar contra el miedo

El uso de tácticas de miedo y violencia por parte del gobierno Milei-Villarruel y sus seguidores tiene como objetivo minar la fuerza de los movimientos sociales y desestabilizar la movilización en defensa de los derechos conquistados. Pero, el pueblo tiene ganas de luchar y no va a rendirse tan fácilmente.

El movimiento estudiantil, junto a trabajadores y jubilados, sigue firme en la lucha por la defensa de nuestra sociedad y derechos, donde la educación pública sea valorada y protegida como un derecho fundamental.

Solo así podremos resistir al proyecto de convertir a la Argentina en un país sumiso, vendido a los intereses imperialistas y al capital privado.

Marcela Gottschald

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