El viernes 17 más de 250 personas, principalmente jóvenes, nos convocamos ante el llamado de No a la mina La Plata, un grupo integrado por chubutenses radicades en nuestra ciudad. El llamado fue claro: expresar una solidaridad activa con el heroico pueblo de Chubut, que lucha bajo la represión estatal por la derogación de la zonificación minera.
“No esperaba menos de La Plata”, dijo una joven emocionada mientras agradecía la masiva participación.
Luego de numerosas y conmovedoras intervenciones, se votaron varias resoluciones, entre ellas:
• Sábado 18: impulsar acciones de difusión y convocar a la marcha en ferias y parques.
• Lunes 20: Corte en calles 7 y 50. Luego marchamos a la Gobernación
• Martes 21: Sumarse a la convocatoria contra el presupuesto bonaerense de ajuste y represión, a las 11 hs en Plaza Italia, marchando hacia la Legislatura.
Chubut arde
El micrófono fue testigo de la crisis de arrastre que sufre Chubut, donde la zonificación minera es la gota que rebalsó el vaso.
Hay que recordar que el gobernador Arcioni y el vice Sastre son los responsables de haber hundido a la provincia en la miseria, con salarios estatales atrasados y de hambre, despidos de personal de salud en medio de la pandemia y una creciente militarización de la protesta social. Estas son las características de un gobierno farsante que hizo campaña prometiendo defender el agua contra las mineras.
Las responsabilidades no terminan en la sede de Rawson, pues se comprende que la megaminería es una política de Estado fomentada desde la propia Casa Rosada con Alberto y Cristina Fernández a la cabeza. Y en el período que viene, signado por la sumisión al FMI, los dólares del extractivismo son muy valorados.
El pueblo de Chubut sabe luchar y es profundamente democrático. Lleva dos décadas exigiendo No a la mina y ha logrado grandes avances como la prohibición mediante la Consulta Popular de Esquel, demostrando que una decisión tan importante sobre el agua y los ecosistemas no puede recaer en las manos de los políticos de oficio; el pueblo tiene que decidir todo.
Las masivas protestas que atraen la mirada de todo el país y de afuera son la evidencia más elocuente de que este modelo es inviable; no sólo la megaminería es incompatible con el agua y la vida, la democracia de ricos y pocos es incapaz de defenderlas. Esas son verdades que no podrán ocultar nunca más. La salida es dar vuelta todo.
¡Sigamos expresando masivamente la solidaridad con el pueblo de Chubut!