Este lunes 20, aniversario del Argentinazo, se llevó adelante una poderosa muestra de solidaridad con Chubut en la ciudad de las diagonales. Cientos de personas cortaron la intersección de 7 y 50 para luego marchar hacia la Gobernación.
Los cánticos lo sintetizaban: el pueblo ya decidió, y ninguna farsa de democracia impondrá lo contrario.
La actividad impulsada por No a la mina La Plata contó con la participación de numerosas organizaciones socioambientales, piqueteras, la izquierda y asambleas de vecines que fueron tomando la palabra en una emotiva radio abierta.
Una pareja de provocadores pro-mina intentaron atenuar la exitosa jornada sin éxito.
El calor no impidió que seamos muches, cada vez más quienes reclamos que caiga la zonificación minera y con la ley que caigan Arcioni y Sastre; porque no es sólo una ley, el problema es todo el modelo extractivista y capitalista.
Arcioni, contra las cuerdas, tuiteó hace minutos que prepara la derogación de zonificación minera y una consulta popular; sin duda alguna, son triunfos de la movilización popular. Pero no hay que bajar la guardia, ya sabemos lo poco que vale la palabra empeñada de éste sujeto.
Bien sabemos que el peligro minero seguirá acechando si los ecocidas siguen en el poder. Levantar la exigencia de renuncia de Arcioni-Sastre es elemental en este momento.
Las referencias a aquel 2001 son ineludibles por estos días, más aún porque el propio Chubutazo quizás sea el comienzo de un nuevo momento para Argentina. Un momento donde el glorioso “que se vayan todos” vuelve a acechar los despachos del poder.
