Durante la mañana de hoy, vecinos y vecinas del barrio La Nueva Unión de Rafael Castillo se movilizaron en búsqueda de respuestas al reclamo de tierra para vivir. La acción contó con corte del acceso La Matanza/Capital en Ruta 3 y General Paz y radio abierta.
«Hoy nos estamos movilizando a raíz de las promesas incumplidas del municipio. Estamos cansados del amedrentamiento de la policía que ingresa al barrio en la madrugada, nos cortan la luz, asustan a los chicos. No podemos tener agua para el comedor de los chicos y el municipio no ayuda en nada. Hace más de un año que estamos en el lugar, recuperamos un lugar que era un basural, robaban, quemaban coches, estaba abandonado hace más de treinta años. Ahora que lo transformamos en un barrio, aparece una persona diciendo que es propietario. Queremos que el municipio se haga cargo de nosotros y nos dé una solución», comentó Luis, uno de los delegados.
La Nueva Unión, tiene una extensión de sesenta y ocho hectáreas aproximadamente y actualmente viven más de 500 familias que se organizan por manzanas; así mantienen un comedor comunitario. También de manera colectiva compraron postes para la instalación de luz, que fueron destruidos por cuadrillas de Edenor y la Policía Bonaerense.
Además de la asamblea general y las reuniones de delegados, se conformó una comisión de mujeres. María es delegada e integrante de la comisión:«No tenemos ninguna respuesta. Necesitamos una solución del señor gobernador y del intendente Fernando Espinoza. Queremos una solución para las distintas tomas para la del Km 35 y Los Ceibos. Que nos den una solución y nos reconozcan como barrio, tenemos derecho a acceder a una vivienda. Con la pandemia, muchas familias fuimos a parar a esas tomas. Muchos no tienen trabajo, otros tenemos trabajo pero no alcanza. Reconocemos que está la enfermedad y queremos cuidarnos y estar en casa, pero estamos en total abandono. No tenemos luz, no tenemos agua, no tenemos asistencia médica ni medicamentos. Estamos parando en ese lugar porque no nos da el bolsillo para pagar una casa. Nuestro reclamo es vivienda. Tener nuestra propia casa».
En un país con casi un 50% de la población bajo la línea de pobreza, la respuesta ante el reclamo de la vivienda digna es la represión y el hostigamiento constante del gobierno que prioriza ante todo la propiedad privada de los empresarios.
En La Matanza, el intendente Fernando Espinoza sigue a rajatabla la línea usada en Guernica: no resolver las necesidades de los vecinos y responder con represión. También, de modo hipócrita utiliza el método de dividir las luchas en curso para no resolver ninguna. Son luchas que incluso permanecen unidas y solidarias unas a otras. Por ejemplo, la lucha por la declaración de Reserva Natural de Laferrere -ex Aeroclub- y la lucha por tierra para vivir. En la apertura de sesiones del Concejo Deliberante Municipal, el intendente anunció la construcción de viviendas en la reserva, acción que vulnera dos derechos elementales: el derecho a espacios verdes y a un ambiente sano y el derecho a una vivienda digna.