La multinacional suiza que tiene el lema del “bienestar” aprovechó el último feriado largo para vaciar la planta ubicada en Lomas del Mirador. Son 52 los trabajadores que fueron despedidos por una video llamada.
El martes 16 de febrero los trabajadores de Swiss Just, multinacional dedicada a la producción y venta de productos de aromaterapia, se dieron con la noticia de que habían decidido despedirlos para tercerizar las labores que realizaban en la planta ubicada en Lomas del Mirador.
Los trabajadores de Just denuncian que la empresa está realizando un despido masivo y encubierto ya que en la comunicación que tuvieron mediante Zoom con los empresarios de la empresa y que duró no más de diez minutos, Just les pidió que renuncien con la promesa de incluirlos en la empresa tercerizadora Transfarmaco pero sin ninguna garantía concreta de que eso sucederá.
Este tipo de maniobras por parte de los empresarios que golpea a los trabajadores se da en el marco de una crisis general del país donde el gobierno por acción u omisión avala los despidos, las suspensiones y la flexibilización laboral. Solo para tomar un ejemplo, dio marcha atrás a la medida de doble indemnización durante la pandemia y el decreto de prohibición de despidos fue papel mojado ya que nunca estuvo vigente.
Reproducimos la carta abierta de los 52 despedidos de Just:
En las últimas horas ha circulado una explicación de los motivos por los cuales el depósito donde operaba la empresa fue desactivado. En el mismo se indica que se garantiza nuestros puestos laborales, desde ya negamos que tal situación sea la realidad. Sin embargo, el motivo de esta comunicación no es para explicar puntualmente nuestra situación sino para exponer que la empresa ha planificado cómo deshacerse de la forma más elegante de nosotros, pero también buscando justificativos a los motivos del cambio.
A Uds. Les explican que el cambio responde a por un lado ampliar la capacidad productiva y por el otro a bajar los niveles de errores del proceso de armado de pedidos. Hoy nos damos cuenta que fuimos empujados a esta situación donde Just autogenera la crisis, obligándonos a trabajar de tal manera que resulta imposible no producir errores. Una y mil veces les solicitamos revisar el modo de trabajar porque hacía quedar mal a la compañía, pero nunca nos escucharon, es evidente que la intención era que Uds. se cansaran de nosotros tanto en el aspecto de los errores como en la prestación de servicio. La forma en la realización en los tiempos de entrega también fue una trampa bien pergeñada, pues nuevamente allí les ofrecimos incluso trabajar de noche para cumplir con los tiempos de entrega habituales, dado que la pandemia obligó a trabajar con personal reducido, los trabajadores que se encontraban en sus casas podían tranquilamente presentarse sin descuidar el protocolo en el depósito para armar un tercer turno capaz de absorber los momentos de mayores pedidos.
Nuevamente la empresa se negó a escucharnos aduciendo que la fuerza de venta debía adaptarse. Por último, la propia pandemia brindaba oportunidad de realizar modificaciones edilicias que cualquier inteligencia práctica veía posibles y necesarias. No solo eso no sucedió, sino que dejaron que nuestro segundo hogar se cayera a pedazos hasta tal punto de ver cómo los baños ya no eran utilizables.
Nuestro cariño y confianza nos hizo ciegos a los hechos que se desarrollaron ante nuestros ojos.
Uds. nos conocen de tantos eventos y actividades compartidas en los años que han transcurrido, rogamos encarecidamente que no sean testigos silenciosos de nuestra expulsión de la Gran Familia de la cual somos parte.
QUE NUESTRA LUCHA SEA SU LUCHA.
QUE NUESTRO DOLOR SEA SU DOLOR.
QUE NUESTRA LÁGRIMA SEAN SUS LÁGRIMAS.
Difundan, compartan, resistan junto a nosotros y exijan la restitución original de nuestro puestos laborales.