viernes, 3 mayo 2024 - 05:00

La libertad no avanza. Milei y sus malas elecciones provinciales

Las primeras elecciones provinciales, sin pretender hacer un análisis que tiña por completo lo que pueda pasar a nivel nacional, van entregando algunos elementos para comprender el panorama político. En este marco se inscriben las magras elecciones que Javier Milei ha realizado con sus candidatos bendecidos. También aclaramos, antes de repasar cada uno de los resultados, que la afirmación anterior no niega que Argentina, como el resto del continente, se encuentre bajo una fuerte polarización social y política que presenta fenómenos a izquierda y derecha.

Primero en el norte patagónico, luego Misiones, Jujuy y principalmente La Rioja comienzan a poner en discusión el tercio que Libertad Avanza podría llegar a tener en las elecciones presidenciales de 2023, ya que hasta el momento, la libertad no avanza.

En el detalle de la radiografía electoral, si tomamos los datos por orden cronológico damos con lo siguiente:

  • Neuquén: Carlos Eguía sacó un 8%
  • Río Negro: Ariel Rivero apenas superó el 9%
  • La Rioja: Martín Menem 16%
  • Jujuy: Cecilia García 3,3%

Los resultados de todos estos comicios para la fuerza de Milei fueron realmente malos, a pesar de que, de algún modo, se puedan considerar como una importante cantidad de votos para esta opción de extrema derecha. Decimos que son un fracaso por las expectativas previas. En el primer caso, el de Eguía, el periodista redujo su caudal de votos en relación a la elección de hace dos años, cuando se presentó en representación de Juntos por el Cambio y sacó más del 13%. El caso de Río Negro es similar. Peor aún el balance del desempeño de la familia más casta de La Rioja, Menem. Con parte del aparato peronista que se fue hacia la fuerza de Milei, sacó apenas el 16%, y encima esperaba un aluvión de votos que lo ubique en el segundo lugar de la elección.

Jujuy ya expresa de forma adelantada una decisión que tomaron los armadores de los liberfachos: Karina Milei y Carlos Kikuchi. La semana pasada confirmaron que Milei no iba a bendecir ni asociarse más con ningún candidato provincial que dispute alguna gobernación. En Jujuy habían apostado por una candidata, que luego abandonaron, y apenas llegó al 3%. La postura de no participar más en ninguna elección provincial tiene que ver con los resultados repasados, ya que el aluvión de votos para la fuerza que pregona la “libertad” no aparece. Esto ocurre más allá de que cierto sector de los empresarios del país había puesto expectativas en este espacio político, sin dejar de destacar que el círculo rojo, después de Llao Llao lo mira con malos ojos como opción de gobierno.

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Seguramente el próximo domingo los ojos se posen en Tucumán. Donde queda uno de los últimos candidatos a gobernador que tiene la venia de Milei. Allí el hijo del genocida Bussi, Ricardo Bussi, dará otra muestra de los alcances de este fenómeno que, hasta el momento se nota más inflado que real. En este caso, además, la prueba será con un candidato bien representativo de las políticas represivas y conservadoras de los libertarios.

Se sabe que el fenómeno, que empezó con los traspiés provinciales tiene una función central: derechizar todo el debate político. Esto sí es algo que se da. Mientras Milei grita, desde el Frente de Todos y Juntos por el Cambio afinan sus planes económicos al servicio del FMI y este capitalismo de guerra que existe en el país.

Ahora, al mismo tiempo que se desinfla el agite de los fanáticos de la dolarización, sin dejar de tomar en cuenta su real existencia, poco se menciona en las grandes empresas de comunicación de cómo, en algunas partes del país, la bronca con el actual ajuste se empieza a reflejar por izquierda. El caso testigo es la provincia de Jujuy, donde el FIT-Unidad, con la fórmula de Alejandro Vilca y Betina Rivero -dirigente del MST– consiguió una elección histórica alcanzando el 13% de los votos.

Una muestra de que, como expresamos al principio del artículo, la polarización social y política da lugar a dos polos, y uno es hacia la izquierda. Sin facilismos y con lo que conlleva la disputa electoral dentro de las reglas de juego de la democracia capitalista, hay lugar para que la bronca se exprese por izquierda. Trabajar para tal fin es una tarea importante, para una tarea mayor, como es poner en pie al FIT-Unidad como polo de referencia de los trabajadores y sectores populares, de cara a la nueva etapa de ajuste que se avecina. Gane quien gane, cualquiera sea la coalición patronal que se haga con los comicios, con el FMI en el país es una certeza innegable las próximas confrontaciones que se vienen y para eso hay que prepararse.

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