El 8 de abril, en el programa radial La inmensa minoría, de Radio con Vos, cuando el presidente Alberto Fernández fue consultado por la posibilidad de implementar un nuevo IFE, respondió que no era necesario en este momento porque “la economía funciona a pleno”. Una declaración inentendible teniendo en cuenta que, hace poco más de una semana atrás, el INDEC publicó el índice de pobreza del país, informe que arrojó el dato de que el 42% de la población es pobre.
Las voces mediáticas que resguardan al gobierno, indican que no es posible erogar los fondos destinados para la implementación de un nuevo IFE, ya que los “recursos son limitados”. Sin embargo, en la misma semana que se expone este argumento, el gobierno del Frente de Todos (FdT) tomó una medida para favorecer los ingresos de los grandes exportadores del país. Se aplicará una nueva especie de “Mercado Libre de Cambio” para aquellos exportadores con inversiones superiores a los U$S 100 millones. De esta forma se les otorgará como beneficio la posibilidad de utilizar el 20% de las divisas obtenidas (o un tope del 25% total del monto bruto de divisas) para libre aplicación en sus negocios. Los sectores apuntados para este regalo, enmarcado en el nuevo Régimen de Fomento de Inversiones para las Exportaciones, son aquellos ligados al agro, la minería y el petróleo.
De todas formas, la entrega de recursos hacia los sectores más concentrados no se termina acá. También se supo que en lo que va del 2021 el gobierno ha destinado $116.584 millones del Presupuesto Nacional al pago de intereses de deuda pública, monto que significan más de 11 millones de IFE de $10.000 que el gobierno sólo repartió en tres oportunidades durante todo el 2020.
Para sumar un poco más de bronca podemos añadir el siguiente dato. El “Aporte Solidario”, aquel falso impuesto a las riquezas (ya que la mayor parte del mismo retornaba para la actividad minera) que el gobierno promovió el año pasado, sólo lleva recaudado $6.100 millones. Un monto miserable al lado de los $300.000 millones que el FdT promovía cobrar, y esto ocurre a días de que cierre la recaudación del impuesto (16 de abril). Mientras los megamillonarios siguen sin poner un solo peso ante la crisis, se dio a conocer que cinco de las principales fortunas en Argentina, forman parte de la selecta lista de ricos mundiales que la revista Forbes publicó esta semana.
Decisiones maniatadas por el FMI
Ante la evidencia expuesta, queda claro que la no implementación de un nuevo IFE se debe por la posición tomada por el gobierno, una postura de total sumisión al FMI. Lo que ocurre es que incrementar las partidas para asistencia social, aquellas que fueron borradas del Presupuesto Nacional 2021 alegando que la pandemia se iba a acabar, va contra los planes de ajuste que se están pensando con el Fondo. La negociación de un crédito de Facilidades Extendidas, para ser aprobado, tiene como cláusula la obligación de que Guzmán realice una disminución del déficit primario. En números el ministro se comprometió reducir el déficit primario de un 8% a un 3,9% del PBI.
Seguir sometidos al Fondo, va a continuar significado políticas de reapertura económica en medio de la segunda ola de contagio de Covid-19 en el país. El reflejo de esto se puede corroborar en la resolución publicada en el Boletín Oficial, el 9 de abril, donde se expone que “los empleadores podrán convocar al retorno a la actividad laboral presencial a los trabajadores” que se inocularon con “al menos la primera dosis de cualquiera de las vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida”.
Terminar con esta orientación pro empresarios, es sumamente necesario. En un reciente artículo Anuncios cosméticos del presidente. Segunda ola: ¿qué hacer?, hemos expuestos medidas sanitarias y económicas para tomar un rumbo opuesto al escogido por el presidente, que es festejado por lo más nefasto de Juntos por el Cambio.
En síntesis, la economía a tope no es más que una mala ficción de aquellos que buscan que la crisis la siga pagando el pueblo trabajador.