Mientras se desarrolló una marcha de la Unidad Piquetera por el incumplimiento en el pago del Potenciar Trabajo, un nuevo estudio demostró que la pobreza en el país creció. El famoso informe del Observatorio de Deuda Social de la UCA arrojó una cifra escalofriante: la pobreza en Argentina escaló al 43, 1% en 2022.
No lo dice ninguna organización izquierdista ni mucho menos, un estudio de la Universidad Católica Argentina es el que refleja los resultados del ajuste que se está implementado para cumplir con el acuerdo con el FMI. El porcentaje aludido, de forma desglosada, indica que hay 18 millones de personas que son pobres y 3,3 millones que son indigentes.
Entre otras de las conclusiones alcanzadas por el informe, se indica que el fenómeno de los asalariados pobres, aquellos trabajadores que, valga la redundancia, no llegan a fin de mes con trabajo, es un algo que se está afianzando con el paso del tiempo. Con un salario promedio en el país que ronda los $ 79.000, o si queremos tomar el promedio más alto -el de los trabajadores del sector privado $ 110.000-, es obvio que el resultado no va a ser distinto. Ninguno de esos montos llega al menos a equiparar la canasta básica que mide el INDEC.
Conjuntamente al dato anteriormente mencionado, el estudio también remarca que con una inflación del 6% o 7% los datos son sumamente volátiles. Ya que con el aumento de la carestía de vida y los salarios por el suelo es innegable que los dígitos de pobreza e indigencia aumentarán.
Además, el Observatorio de Deuda Social subrayó que sin la asistencia social del Estado, la indigencia sería del 19,6% y la pobreza del 50%. Estos datos hay que tenerlos en mente, ya que desde que se realizó el estudio a hoy la menguada asistencia social es uno de los puntos a recortar por parte del gobierno. El tándem Tolosa Paz – Massa, con apoyo de Alberto y Cristina Fernández ve con buenos ojos recortar los programas Potenciar Trabajo, en consonancia con el ajuste que se aplicó en el área para el Presupuesto 2023. Siguiendo las órdenes del FMI, no es descabellado que se alcancen los guarismos señalados.
La situación de extrema vulnerabilidad social es algo que se arrastra de años. Profundizada en 2018 con el anteúltimo año de gobierno macrista y ahora con el Frente de Todos, la crisis social no tiene límites y convirtió al país en un lugar donde “solo 27,6% de la población no es pobre bajo ningún formato”, según indica el informe.
Como indicó en una columna de opinión Cele Fierro, no todos los sectores pierden en este país, ya que “el partido que jugamos todos los días lo ganan por goleada los mismos sectores de siempre: el poder concentrado, las multinacionales, los bancos. Lo gana el FMI que, avance tras avance de esta política ajustadora del gobierno del Frente de Todos, festeja cada medida y pide más”. Una afirmación que, como también lo indicó la dirigente del MST en el FIT-Unidad, se comprende con la aplicación del nuevo dólar soja y demás beneficios patronales.
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Terminar con el fraude de la deuda externa, dejar de orientar recursos ahí para saldar la deuda interna e instaurar un modelo social que se ocupe de las necesidades de las mayorías, con la crítica situación social descripta, se vuelve una tarea de primer orden contra el capitalismo argentino en descomposición.