En un encuentro cultural con cientos de artistas, trabajadores de la cultura y estudiantes se fundó en CABA esta agrupación político cultural. Con un recorrido común de lucha en defensa de la cultura, durante el gobierno de Alberto Fernandez-Cristina Kirchner y ahora contra Javier Milei y su plan de ajuste global y culturicida, el sector mostró disposición a luchar y coordinar las peleas desafiando el protocolo en las calles y ejerciendo la democracia asamblearia. La lucha de la cultura sigue encendida y La Colectiva tiene el desafío de incentivar el cuestionamiento al statu quo, la independencia del poder de turno, la sensibilidad ante las luchas sociales y causas justas como el contribuir a una perspectiva crítica y anticapitalista desde todas las disciplinas culturales para transformar el presente.
El camino de lucha compartido durante el anterior gobierno peronista fue un antecedente importante en la organización del sector de la cultura en nuestro país. Un sector muy heterogéneo no solo en sus disciplinas artísticas sino también en su composición social y laboral. Es un sector con mucha precarización laboral y entre las ramas sindicalizadas la mayoría de los sindicatos se encuentran enrolados en la CGT, salvo la Asociación Argentina de Actores en la CTA-T y las y los trabajadores estatales de ATE en los organismos de cultura. Aun con esta diversidad y heterogeneidad el sector dio una pelea por la continuidad de los fondos específicos que financian a la cultura y la comunicación en Argentina y se ganó. Contra todo pronóstico, y boicot organizado para frenar la movilización.
En el escenario actual, el ataque del gobierno de Milei tiene una magnitud superior y es la que se condensó en la Ley Ómnibus, cuya derrota en las calles que contó con las movilizaciones de diciembre, el paro general de millones en todo el país y las jornadas previas durante las sesiones extraordinarias de enero y diciembre combinado con el revés en el Congreso por la propia fragmentación política, la derrota de la Ley fue un triunfo muy importante para el sector. Se ganó un primer round, y la pelea sigue.
Entre los objetivos del ataque a la cultura se encuentra el componente ideológico, porque la cultura es un campo de resistencia y organización en nuestro país. Sobran ejemplos de artistas, escritores, cineastas, músicos cuestionando las profundas desigualdades del sistema y sus gobiernos. El documental “Tire die” en 1960 de Fernando Birri, “La hora de los hornos” de Fernando Solanas, Raymundo Gleyzer en “Los Traidores” denunciando a la burocracia sindical, el rock nacional, el teatro independiente y el periodismo contra la censura en la dictadura. En los noventa el rock nacional denunciando la represión policial y la persecución de la juventud con sus razias. Después del 2001, retoma fuerza el cine documental visibilizando las luchas de los movimientos sociales y los cortes de ruta, la lucha de los organismos de derechos humanos y el teatro por la identidad. Es decir, el campo cultural en nuestro país es factor y un combustible de la crítica, de la independencia, de la conciencia democrática, de la sensibilidad popular y de militancia cultural y es esto es lo que buscan desmantelar sí o sí.
El segundo componente tiene que ver con el objetivo de abrir toda producción cultural a las privatizaciones, profundizando su mercantilización y la concentración monopólica, haciendo que la cultura sea un nicho de negocios privados enorme como muestran las producciones audiovisuales de plataforma. Para eso, buscan desmantelar el apoyo presupuestario y eliminar las leyes de fomento, de control y de difusión que existen y que se han conquistado con años de lucha.
Por otro lado, está el derecho social al acceso popular a la producción cultural, que existe con muchos límites, y que también consideramos una conquista desde abajo. Que además el pueblo apoya, y por eso, se expresa gran empatía social con la lucha de la cultura en los distintos rincones del país.
Nuestra identidad y nuestras causas
El plan basado en el ajuste vía inflación, congelamiento salarial y paritarias a la baja combinado con una brutal transferencias de ingresos y recursos a los sectores más concentrados, son los causantes del aumento de la pobreza, la indigencia y la precarización. En un sector donde la informalidad y pluriempleo es la norma, la perspectiva se vuelve aún más crítica. Por eso, la dimensión autoritaria del gobierno necesita reforzar la represión y el control de la calle, disciplinar la protesta y naturalizar el miedo, la fragmentación y la resignación. Pero el sector de la cultura, estudiantes y trabajadores, el sector que no está regimentado ni disciplinado a las estructuras de la verticalidad sindical y burocrática o a la política del posibilismo y la lógica de resignación, que se organiza desafiando el “no la ven” y se propone un freno al culturicidio que pretende el gobierno.
Las tareas fundamentales a desarrollar y fortalecer son, por un lado, la unidad entre los distintos sectores de la cultura. Unidxs por la Cultura es una conquista grande del último período, y hay que fortalecerla en lo que se viene. Los acuerdos mínimos son los que permitieron que la coordinadora haya sido protagonista en cada uno de los ataques de los gobiernos, pero también son el motivo de la tensión interna que ocurre debido a la diversidad de opiniones que coexisten hacia dentro del frente.
Hoy es una necesidad construir una herramienta como La Colectiva que parta de acuerdos estratégicos para proyectar una corriente militante, independiente, popular y anticapitalista que fortalezca esa unidad en la diversidad en el terreno cultural. Esta red cultural se propone seguir expandiéndose a nivel nacional tiene el desafío político de organizar la lucha contra la derecha y su lógica privatista y mercantilizadora de la cultura y al mismo tiempo sacar conclusiones de las experiencias del peronismo que con la lógica de subordinación o disciplinamiento ideológico de la producción cultural se colaboró en reforzar el statu quo. Nuestra lucha es por una cultura realmente libre, independiente, popular y anticapitalista. Y como puntos de referencia que vertebran el manifiesto de la organización están:
• La defensa de la cultura como derecho social de los pueblos, no su acceso sino el derechos a producirla.
• La defensa de la cultura como un campo independiente de la lógica capitalista, de las corporaciones de la llamada industria cultural y sus dispositivos de estandarización y alienación social.
• La lucha contra la expresión más rancia de las derechas privatistas de lo cultural; y nos delimitamos, del modelo de estatización ideológica y subordinación oficialista, de la experiencia del peronismo en materia cultural.
• Defendemos una concepción libre e independiente de la producción artístico-cultural, que vaya en sintonía con las luchas sociales y las causas justas de nuestro pueblo.
• Peleamos y exigimos una política pública de apoyo a la producción cultural como necesidad y derecho social de las mayorías, y rechazamos toda injerencia estético-poético-ideológica del poder de turno.
• Para la emancipación en el terreno cultural alentamos la libertad plena en la producción y la expresión en términos estéticos y poéticos.
• Impulsamos la producción artístico-cultural con su especificidad y autonomía, profundamente conectada con lo social, popular y la perspectiva anticapitalista de impugnación de una matriz social que mercantiliza todo (el arte, el trabajo, la naturaleza, las y los cuerpos, el sentido global de las cosas)
• Como artistas, trabajadores y estudiantes de la cultura luchamos contra un modelo social que agrede, explota y oprime al 99% y, por lo tanto, el camino para la emancipación plena requiere la unidad en la movilización junto a esos sectores para una salida a favor de las y los de abajo.
Voces en colectivo
Mayra Bottero, directora y productora de cine. Profesora de Teoría y estética de los medios en FADU, UBA. “Fundar un lugar en este contexto me parece la acción política más verdadera para estos tiempos. Crear un espacio, una identidad comunitaria en la cual refugiarse nos rescata de tanta violencia material y mediática. La Colectiva pretende ser un terreno en donde la poesía le revele a la lógica nuevas formas de ver y sentir la política, de construir horizontes posibles y hacerlos realidad. Es mucha la ilusión que provoca pensar la cultura para tomar la decisión de dar vuelta todo”.
Alberto Sava, artista teatral y psicólogo social. Fundador de la Red de Artistas del Borda y la Red Argentina y Latinoamericana de Salud Mental. Fundador de la Asociación Argentina de Mimos. “La creación de La Colectiva, agrupación política cultural del MST, es importante y necesaria en estos momentos de arrasamiento de los derechos humanos, políticos y sociales del gobierno de ultraderecha de Milei. Es necesario e imprescindible hacer un frente político y cultural que ayude a organizar la lucha y la resistencia en pos del socialismo. Esto me recuerda cuando a principio de 1980 creamos en nuestro partido, antes el MAS y ahora MST, el frente de artistas que organizó el encuentro de las artes en el teatro El Picadero; que fue el primer movimiento cultural político en contra de la censura de la dictadura y que tiempo después el PC copio la idea de crear Teatro Abierto. Trotsky nos marcó el camino diciendo que los artistas e intelectuales pueden ayudar a hacer la revolución y este es el momento”.
Antonio Celico, actor y director, fundador de El Baldío Teatro y ex-rector de la EMAD. Presidente de la Unión de teatristas Independientes de Argentina (UTIA) “Tuve una alegría enorme de participar de la creación de La Colectiva donde se juntan distintos compañeros y compañeras que integran el mundo del arte y la cultura. Pude compartirlo e intervenir y ver el nacimiento de esta organización para frenar toda esta locura que nos viene atropellando. Si la batalla es cultural como dicen, entonces la daremos”.
Máximo Hernández, cantautor y escritor. “Desde la asunción de Macri y el cierre de centros culturales en 2015 y 2016 aunque sea en zona norte donde vivo, es muy difícil encontrar lugares donde tocar. Los municipios de por sí no permiten sonidos fuertes, lo que reduce el trabajo de los músicos. Haber encontrado a La Colectiva es muy importante para autogestionarnos y convocarnos a pelear por nuestros derechos, ni hablar de lo que está haciendo Milei que es un ataque directo a los trabajadores de la cultura. La creación de La Colectiva, que va ir creciendo en las distintas ramas culturales, es importantísima para seguir estando unidxs y para dar una pelea colectiva y ganar derechos en uno de los sectores más precarizados de la sociedad. A los músicos nos pagan por la comida para tocar. La colectiva es clave para luchar por nuestros derechos”.
Ingrid Urrutia, delegada general ATE INCAA