Antes de asumir, tejer alianzas para poder presentarse a elecciones o incluso armar la infraestructura que hoy tienen, La Libertad Avanza se nutrió de hordas de trolls en las redes sociales, principalmente en X. Un entramado de fuego amigo y persecución de voces disidentes.
Poder digital
Los escuadrones de “tuiteros” que defienden a Milei actúan mediante la intimidación y el acoso, no solo a disidentes sino también con los propios miembros del gobierno. A Vilella, Garro y Teddy Karagozian los une un aspecto: su despido fue sentenciado por las redes sociales a través del séquito de tuiteros del gobierno. Son más de 50 funcionarios de alto rango, los despedidos/renuncias que hubo desde la asunción.
Hay quienes señalan a Santiago Caputo como quien ordena la “militancia digital”. Desde el gobierno buscan desmentir un accionar centralizado pero las acciones lo dejan a la vista.
Otro de los “trolls jefes” es “Juan Doe”, quien fue recompensado por su trabajo en las redes sociales, nombrándolo como director de Comunicación Digital de la Presidencia de la Nación y quien coordina al grupo de tuiteros que trabajan dentro de casa rosada. Sacaron a Iñaki pero el 29 de ñoquis siguió.
Asimismo, otro de ellos es el “Gordo Dan”, tuitero insignia del gobierno, que criticó al rezo de “llevenselo” a Vilella, ex secretario de Bioeconomía (Agricultura, Ganadería y Pesca), por haber likeado un tuit de Lousteau y a los días había sido echado del gobierno “por no haber cumplido las metas”. También, cuando Garro, ex subsecretario de Deportes, opinó en una entrevista radial acerca de que el capitán de la selección y el presidente de la AFA debían pedir disculpas por los cantos racistas que trascendieron por los breves segundos de ‘vivo’ de Enzo Fernández.
El “Gordo Dan” apuntó contra él y todo el aparato de las redes sociales de La Libertad Avanza acudió al llamado bajo la premisa de que si opinan lo mismo que el presidente “cierren bien el ort*”.
No sabemos bien qué opina Milei, quien luego envió a su hermana a pedir pleitesía a la embajada francesa. Mientras que el resultado de todo ese despliegue es el despido de Julio Garro.
Lo mismo le pasó a Teddy Karagozian, quien hasta hace un par de semanas era asesor del consejo de asesores económicos de Milei. Teddy salió a dar una entrevista televisiva donde dio su opinión sobre el rumbo económico del país, marcando profundas diferencias con el optimismo con el que el gobierno opina acerca de la recuperación económica.
Los ataques no tardaron en llegar, la ciberpatrulla lo denominó “Osito Ted” y empezó a atacar hasta que fue expulsado del consejo de asesores. Si bien esa entrevista fue una especie de renuncia en vivo, demuestra que el emisario mundial de la libertad se irrita bastante con la libre opinión de sus esbirros.
Ámbito imprescindible
Para Milei las redes sociales, entre ellas X, no son solamente un área más de intervención política. Son sitios donde elige dar la “batalla cultural”, donde su vocero Adorni informa muchas veces las medidas del gobierno, donde el ministro Caputo publica cambios y precisiones sobre la política económica y también el espacio donde el propio presidente dedica horas leyendo, reposteando, contestando y publicando.
Ese espacio tan determinante e importante para la esfera del gobierno también actúa como sitio de comodidad para acosar y perseguir, como hemos visto. Si no hay reparos con los propios, menos los habrá con el distinto, con los opositores. Hace algunos días Ayelén Romano, usuaria de la red X, mencionó que estaba en proceso una denuncia contra este séquito de tuiteros que habían revelado información personal de ella a través de los “doxeos” y la habían amenazado en múltiples ocasiones.
Este accionar marca el sesgo autoritario con el que “las fuerzas del cielo” luchan contra “los orcos”, no en las calles como pedía Macri; sino en su lugar de confort tras una pantalla.
En algunos casos, inclusive dentro de las fuerzas del cielo se presentan resquemores. En los últimos días también existieron desencuentros y misivas entre libertarios del ala de Milei y libertarios del ala de Villarruel.
En todo este combo hay mecanismos de nombramientos muy cuestionables, agresividad y amenazas para los opositores, persecución política y propagación de fake news por parte de un gobierno que coloca a las redes sociales (especialmente la de Elon Musk) en un lugar de vital importancia. Combo peligroso que puede alimentar conflictividad social emergente.