miércoles, 18 diciembre 2024 - 22:48

Massa con la CGT. ¿Un techo a las paritarias?

El deterioro del poder adquisitivo se ha vuelto un mal crónico y un verdadero mazazo al bolsillo. Venimos de una importante pérdida salarial, en particular con el gobierno de Macri, pero que no se ha revertido, sino que continúa con Alberto, Cristina, Massa y el FMI.

Lejos de las promesas de heladeras llenas y vuelta del asado, más allá de ritmos y formas, la realidad es que el Frente de Todos ha garantizado una política de ajuste salarial, al servicio de lo que reclaman siempre las patronales y la derecha de todo pelaje: “bajar el costo laboral”.

Salarios en baja y deterioro en las condiciones de trabajo

A esta pérdida salarial se le suma el empeoramiento de las condiciones laborales y un aumento de la intensidad y los ritmos del trabajo. La burocracia sindical de la CGT y las CTA, sumisa al oficialismo, deja pasar todo, por más que un sector denuncie de pico.

Son todos cómplices de este ajuste para alinear nuestra economía a los dictados del FMI. Ahora se encaminan a acordar una política salarial que solo profundizaría esos patrones. Solo desde los sectores combativos del sindicalismo y la izquierda, enfrentamos estos planes.

En un reciente estudio de la universidad de Avellaneda, que tenía por objeto demostrar una mejora de los ingresos con este gobierno, deja al desnudo que en los últimos 7 años hay un deterioro salarial que llega al 37%, en el los trabajadores informales y al 20% en promedio. Un verdadero saqueo a los ingresos de la clase trabajadora y los sectores medios y populares.

Según este informe, de noviembre de 2017 a diciembre de 2019, el RIPTE perdió 19,2% de su poder de compra, y a octubre de 2022, cayó otro 3%. Mientras el Salario Mínimo cayó 21,1% de diciembre de 2015 a diciembre de 2019. Y tuvo otra caída del 5,5% desde entonces a noviembre de 2022. En el programa Potenciar Trabajo, que en diciembre de 2019 estaba un 14,6% por debajo del similar que se otorgaba en diciembre de 2015, cayó otro 6,2% entre 2019 y noviembre de 2022.

Hasta el Índice de salarios del INDEC debió informar que el conjunto de salarios en diciembre de 2019 estaba 17,8% por debajo del poder adquisitivo de diciembre del 2015, mientras que a septiembre de 2022 sumó caídas del 3,6%. El cuadro del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, aliada al gobierno, muestra cómo sigue la caída salarial con este gobierno, de diciembre 2019 a octubre 2022. Tanto en el sector privado (de caída menor, 0,6%), el estatal (3.5% de pérdida) y el informal, con la caída más pronunciada (casi 13% menos). Todo a pérdida.

Otro dato es que, habiendo una “reducción” del desempleo, al mismo tiempo hay un aumento de la pobreza. Todo un síntoma del deterioro salarial y de las condiciones laborales y de contratación. Aspectos que el gobierno señala como necesidad para avanzar, en boca del jefe de asesores del presidente, el ex CEO de Syngenta, Aracre al proponer una mayor “modernización” de las formas de contratación y una reforma laboral integral. Cosa que rechazamos.

Gobierno y CGT: acuerdan contra las y los trabajadores

Buscan abaratar la mano de obra para los privados y reducir “gastos” en el sector estatal para cumplir con el FMI. Ese es el objetivo Nº 1 de Massa, aval de Cristina y todo el PJ. Este plan lo pueden llevar adelante por el rol de la burocracia sindical, al no llamar a la huelga general ni a paros en la mayoría de los grandes gremios. Por ser garante y agente de este plan en el movimiento obrero.

En estos días, se viene divulgando la intención del gobierno de ponerle techo a las paritarias para que no superen el 60% anual. Así lo ratificó este jueves 12 la ministra de Trabajo. El argumento es que la inflación iría bajando progresivamente… Ya que así lo pactaron al votar el Presupuesto, bajo la supervisión del Fondo con una inflación del 60%.

Pero en un contexto de importante inflación mundial y con el proceso inflacionario y devaluatorio de 2022 en el país, es altamente improbable ese pronóstico de 60% este año. Que, para llamar a las cosas por su nombre, más que “pronóstico”, es una mentira útil para seguir con el ajuste. Mentira convalidada, hay que decirlo, por el Frente de Todos, la derecha de Juntos y otras fuerzas patronales, al aprobar sin grieta la ley de Presupuesto 2023, en el Congreso nacional.

Las mentiras tienen patas cortas

Todo esto se hace bajo el argumento de que la inflación baje al 4% mensual en enero, febrero y marzo. Y que, desde abril, se ubicaría en el 3%. Un “dibujo” que ni siquiera resistió el anuncio de la inflación de diciembre. Ya que lo dicho por Massa hace un par de días, fue que en diciembre la inflación “estaría también con el 4 adelante…”, en referencia a noviembre cuando había sido del 4,8%. Pero saltó otra vez al 5,1%, lo que dificulta ese camino de “desaceleración” inflacionaria y toda la idea fuerza del plan de Massa.

En esa realidad no incidió tampoco la jugada, horas antes de conocerse el dato inflacionario, de Kelly Olmos la ministra de Trabajo, quién salió a confirmar que estarían pactando un 60% para todo este año. Y afirmar que “la CGT apoya porque hay conciencia de los sectores gremiales…”. Lo mismo dijo Massa, sobre sus reuniones con la cúpula cegetista[1], en un intento de pacto que, encima, consiste en dividir la paritaria en dos, con un tope del 30% en el primer semestre, lo cual complicaría más el panorama para nuestros bolsillos.

La traidora CGT. Pero las CTA también

El rol nefasto de las centrales sindicales es cada día más claro. La CGT, que concentra la mayor parte de los gremios, sobre todo del sector privado, es un apoyo explícito de esta política. Al frenar toda medida, trasmitir esas mentiras y hacerle los “deberes” al gobierno y las patronales. Pero también y más allá de los discursos, lo hacen las cúpulas de las CTA, que tienen más peso en docentes y estatales, segmento con mayor pérdida del poder adquisitivo que en los privados.

Ambas CTA han limitado mayormente su actividad a declaraciones “críticas”, sin ninguna consecuencia práctica, lo que significa también dejar correr el ajuste. A lo sumo la CTA Autónoma convocó a alguna medida más de tinte mediático, aislada, sin organización en las bases y asentadas en los movimientos territoriales para mostrar “calle”, sin plantear ningún plan de lucha.

La CTA de Yasky, si bien tuvo que llamar al paro nacional docente del 10 de agosto, no tuvo ninguna continuidad y dejaron aisladas las fuertes luchas provinciales. Incluso al reasumir sus autoridades, anunciaron un plan de “alerta y movilización”, pero para defender a Cristina, lograr la reelección de Kicillof y que el Frente de Todos siga siendo gobierno… Todo muy alejando de las necesidades de las bases, sin mandato ni consulta. Lejos también de la “autonomía” como Central, definen un alineamiento al palo con el gobierno y su ajuste con el FMI, los bonistas y los ricos. Por eso, con la Multicolor y los sectores combativos de la docencia en varias provincias, se prepara el No Inicio de clases este año.

La burocracia de la UTA está anunciando así un 31% para el semestre. Y hasta Palazzo de la Bancaria, que por su posición en un sector con mayor margen de ganancia, está alineado con la pauta del 60%. Hacen a un lado otro reclamo histórico como el de paritarias libres, tal como les exigimos desde los sectores combativos y la izquierda.

Todo esto genera la respuesta contraria

El ajuste es fuerte, sin embargo no les resulta fácil. De hecho, están lejos de lo que necesitan. La idea de congelar salarios, con pacto (anti)social incluido, quedó en anuncios. Lo mismo la reforma laboral general, aunque vuelvan con los dichos del asesor presidencial, que lo justifica en una supuesta “preocupación” por el desempleo joven y de un amplio sector informal.

La CGT salió a cuestionarlo, igual las CTA, pero sin pasar de las declaraciones. Nuestra propuesta es la opuesta: Un shock de inclusión educativa y laboral juvenil, con becas para terminar la secundaria y un programa masivo de primer empleo, sin precarización laboral.

Por todo esto, en 2022 hubo importantes desbordes sectoriales que lograron reventar los objetivos de rebaja salarial y mayor ajuste. Como los ejemplos del neumático y la salud –que nos tienen de protagonistas-, así como las rebeliones docentes en San Juan y La Rioja, con la larga lucha de Chubut y otras provincias. Logrando importantes triunfos, mostrando que no pueden hacer lo que quieren y se puede ganar.

Toda esta situación está haciendo que se acelere una experiencia con el PJ, el Frente de Todos y toda su política de “posibilismo”. La que, por su alineamiento al FMI, gira cada vez más a derecha. Como ejemplo ilustrativo, está Kicillof que salió a vociferar para sacarle la personería al sindicato SUTPA del Peaje por no acatar la conciliación en AUBSA, la empresa provincial de autopistas. Una brutalidad antidemocrática y antisindical que esgrimiera tiempo atrás la ajustadora Vidal.

Todo esto alimenta la ruptura de miles y miles con las direcciones políticas y sindicales, lo que alimenta la posibilidad de desarrollo de una nueva dirección en el movimiento obrero. Y la necesidad de avanzar también con la unidad política de los trabajadores y la izquierda.

Sobre esta base es necesario apoyarse para generar un movimiento de resistencia que rechace los topes salariales. Que reclame asambleas y plenarios por paritarias libres y sin techo, con mandato y representantes electos por las bases. Por medidas de lucha en cada gremio y sector, la unidad y coordinación de las demandas y conflictos, junto a la exigencia de una acción de lucha nacional que vaya por una verdadera recomposición salarial.

La ministra de Trabajo, Kelly Olmos y sus anuncios

Por un aumento salarial de emergencia, donde nadie cobre menos de la canasta familiar. Por la reducción de la jornada laboral a 6 horas, sin rebajar salarios, a partir del reparto de las horas para generar así mayor empleo.

Asambleas y plenarios. Retomar la iniciativa con el Sindicalismo Combativo

Para ello es de suma importancia impulsar asambleas y debates entre las y los trabajadores para organizarnos. Debatir la necesidad de enfrentar estas políticas y derrotar a los partidos políticos y direcciones sindicales que las quieren imponer, socializar los ejemplos que lograron importantes triunfos mostrando que se les puede hacer retroceder. Superar la fragmentación fortaleciendo las instancias de coordinación.

En este sentido, insistimos con la necesidad de superar el inmovilismo que viene teniendo el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC). Para que recuperemos la iniciativa, reforcemos su presencia, avanzar en los debates pendientes y que fortalezcamos la intervención común en cada proceso.

Es posible volver a las reuniones regulares de la Mesa para delinear un plan de organización y acción en esta situación, convocando a un Encuentro Nacional del PSC. Desde ANCLA, la corriente sindical del MST – FIT Unidad, nos comprometemos a fondo en ello para defender y profundizar este espacio común que agrupa a sindicatos, comisiones internas y corrientes combativas.

[1] El ministro de Economía, Sergio Massa, tuvo reuniones este lunes, martes y miércoles con líderes de la CGT como Héctor Daer, Armando Cavalieri de Comercio, representantes del sindicato de textiles, municipales y de la UTA, entre otros (Página 12, 13/01).

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