Hace unos días se dio a conocer que Sergio Massa, ex candidato presidenciable de Unión por la Patria, trabajará para el fondo de inversión estadounidense Greylock Capital. Nada más ni nada menos que el mismo fondo buitre del megamillonario Han Humes, que hizo una gran fortuna con el default de Argentina en 2002.
A la par que Cristina lanzó una carta denunciando las diferentes crisis de deuda que se sucedieron en el país, ahora se conoce que su candidato presidenciable de las elecciones pasadas trabajará para quien facturó con aquel cataclismo social.
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La noticia, si bien no fue confirmada por el propio Massa tampoco fue desmentida cuando la comunicó la agencia estadounidense REDD Intelligence. Detalló que el ex ministro de Economía no se ocupará de los temas argentinos del fondo de inversión en su nuevo puesto, pero, como todos se imaginan, al conocer al detalle la ingeniería financiera local algún negocio aportará.
Este fondo no es nuevo en el país, más allá del dato indicado, los directores de Greylock Capital han participado en más de 50 negociaciones de comités de acreedores y transacciones de gestión de pasivos en más de 30 países, incluidos varios en Argentina, detalla la firma en su sitio web. Es un fondo que se dedica a “invertir en las economías emergentes”. Y, como otra perla más, fue uno de los acreedores que más pujó para cerrar el acuerdo de reestructuración de la deuda privada de US$66.100 millones que gestionó Martín Guzmán en agosto de 2020. El mismo que significó ganancias monumentales y quitas de capital e interés mínimas, mientas en el mundo ocurría lo contrario.
Con este paso de Massa queda aún más a la vista los intereses que representa y, en consecuencia, también los de la dirigencia del espacio político al que sigue perteneciendo. “Combatiendo al capital” ya pasó a ser una frase de antaño, ya que con esta noticia el ex Unión por la Patria pasa de administrador a parte integrante del capital financiero.
Una prueba más de que la alternativa de la coalición peronista sólo circunda por los límites de este capitalismo decadente sin proponer nada nuevo y superador a este capitalismo decadente. El programa de Cristina para normalizar el país, donde se incluyen reformas laborales, previsionales y fiscales, más una suma de privatizaciones, está en consonancia con este paso de Sergio Massa. En suma, todo lo contrario a lo que su base de votantes, en parte presentes en las asambleas barriales y en las jornadas contra el gobierno de Milei, reclaman como resolución para la crisis económica.
Por tanto, no se puede esperar que de esta dirigencia política salga una resistencia a Milei. Si no se integran al gobierno como lo hizo Scioli, se “aggiornan” a las épocas y replican políticas de este capitalismo salvaje. Pararle la mano al gobierno de La Libertad Avanza, sólo puede venir de la mano de una fuerza anticapitalista, socialista, que se la juegue de forma completa por los intereses de los trabajadores y sectores populares. A eso nos apuntamos con el MST en el FIT-Unidad.