En Jujuy, como se vio ayer, se encuentra un pueblo entero movilizado por diferentes reclamos. La calle terminó uniendo exigencias por aumentos de salarios, un rechazo explícito al avance de los territorios de los pueblos originarios y las reservas del litio, y, también, un repudio generalizado a un régimen cuasi monárquico que Gerardo Morales, el gobernador radical de Juntos por el Cambio, junto el PJ, legalizaron en la nueva Constitución. El resultado de estas contradicciones ayer arrojó el saldo de una represión salvaje comandada por el gobierno para aplacar la bronca popular que se registraba en la calle. Balas, gases lacrimógenos y hasta persecución en camionetas sin patentes fueron los métodos de los que se sirvieron para querer acallar los reclamos. Ante esto, como era previsible, la unión de “palomas” y “halcones” del PRO se realizó en una conferencia de prensa, sin importar las rispideces presentes a días del cierre de listas.
Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, José Luis Espert y Miguel Ángel Pichetto, excitados ante la cacería que se daba a las afueras de la Legislatura de Jujuy, dieron una conferencia de prensa donde mostraron su apoyo incondicional con Gerardo Morales, y además con total cinismo denunciaron a sectores del peronismo como motivadores de las protestas. Lo cierto es que los constituyentes del PJ estuvieron jurando junto con el gobernador la estafa que significa la nueva Constitución. Una pose electoral de derecha, cuando en realidad lo de Jujuy expresa la política de gobierno de “unidad nacional” con el conjunto de las fuerzas patronales aplastando los reclamos por medio de las fuerzas represivas.
Las declaraciones de los dirigentes aludidos muestran un adelanto de los métodos que utilizarán para realizar el ajuste que Argentina “necesita” en menos de 6 meses. En la conferencia Patricia Bullrich aportó que los docentes y jóvenes que se encontraban ayer en la protesta buscan “sembrar el caos y el descontrol”. Mientras que Horacio Rodríguez Larreta, en apoyo a su socio Morales, quien se especula pueda llegar a ser hasta su compañero de fórmula, sostuvo: “vamos a acompañar este proceso, porque es lo que queremos para los próximos tiempos en Argentina”.
Como era de esperar, la xenofobia de Pichetto se hizo explícita de forma previa, al publicar en un tuit que en Jujuy se encontraban “infiltrados bolivianos”; además de rematar de la siguiente manera: “En el día de la bandera reivindicamos el Estado nación argentino; no a la patria piquetera, no a la actividad insurreccional en la Argentina”.
Toda la construcción discursiva acerca de un enemigo “externo” que quiere “desestabilizar” el gobierno de Jujuy es una operación política que busca esconder la legitimidad de las manifestaciones que hace semanas y puntualmente ayer vienen encabezando docentes, comunidades originarias y distintos sectores del pueblo trabajador. En tanto que las responsabilidades que le endilga al peronismo como agitador de los hechos, son una presión para que envíe las fuerzas federales y ahoguen de esa forma en mayor velocidad el proceso de lucha abierto. El peronismo, como dijimos, es cómplice de lo ocurrido en la provincia y a nivel nacional buscan despegarse por mero cálculo electoral. Ya son conocidos los eventos represivos del gobierno de Fernández, como el caso de la comunidad Lafken Winkul Mapu, y también, por citar otro ejemplo del oficialismo, el desalojo de Guernica comandado por Axel Kicillof y Berni.
Lo cierto es que más allá de algunas declaraciones, las fuerzas patronales, tanto Juntos por el Cambio como Unión por la Patria, se preparan para tomar los mismos métodos de los que está haciendo uso Morales. La represión es la salida que ven como horizonte para cumplir con los mandatos del FMI de los que ninguno piensa despegarse.
Como ocurrió ayer en la calle también sucedió en el proceso Constituyente. Sólo las fuerzas del FIT-Unidad vienen denunciando este proceso fraudulento y antidemocrático de Morales con complicidad del PJ, que busca perpetuar salarios de miseria y una expoliación con nuestros bienes comunes como las reservas de litio.
Hay que seguir movilizados ante estos discursos y las políticas represivas que impulsa Juntos por el Cambio, apañada por el PJ con los votos. Sólo organizados en las calles es que se podrá voltear esta reforma y el gobierno de Morales, para eso también hay que exigir que las centrales sindicales de la CGT y CTA llamen a un paro nacional y plan de lucha, para poder derrotar esta ofensiva pro ajuste.