domingo, 22 diciembre 2024 - 06:14

Juicio por Ada y Cristina. En los alegatos pidieron la perpetua para Romero Lugo

En el día de ayer se llevó adelante la tercer jornada del juicio por el doble femicidio de Cristina y Ada Iglesias, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Lomas de Zamora.

Cristina de 40 años y su hijita Ada de 7 fueron brutalmente asesinadas el 25 de marzo del 2020 durante las primeras semanas del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en el barrio de Monte Chingolo. El único imputado, Abel Romero Lugo, es acusado de asesinar a Cristina con un mazazo y luego degollarla, de atacar a la niña con cortes en el cuello mientras estaba en la cama y luego enterrarlas en el patio de su casa. Luego que en las jornadas anteriores, del lunes y miércoles de la semana pasada declararan los testigos, hoy se llevaron adelante los alegatos.

Los testigos claves que declararon fueron la hija mayor de Cristina y hermana de Ada; el hermano de Cristina y tío de Ada; el mecánico, vecino de las víctimas; dos vecinas más del barrio; un ex cuñado del acusado y los dos policías que estuvieron cuando se tomó la denuncia de la desaparición de las víctimas.

Con los testimonios realizados, en los alegatos se dejó en claro ante los jueces cuáles fueron los hechos que llevaron a Cristina y Ada a la muerte. Las pruebas hacen imposible negar el accionar de Romero como único culpable del doble femicidio causado el día 25 de marzo de 2020.

Se lograron esclarecer no sólo los detalles del crimen, las armas utilizadas, las fechas de lo sucedido; sino que también se le dio especial importancia a la relación que tenía Romero con las víctimas, lo cual hace al pedido del agravante por el vínculo y por violencia de género. Todos los y las testigos que declararon dijeron claramente que Romero era la pareja de Cristina y que ellos convivían aproximadamente desde noviembre del 2019 en la casa de la víctima.

Ante la causa, la fiscal Leila Salem pidió la condena de prisión perpetua al acusado como autor del “doble homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía”. Minutos después, por parte de la querella a cargo de Mariano Lizardo y Paula Ojeda, especialista en delitos de género, acusaron a Romero Lugo con una diferente calificación legal: “doble homicidio triplemente agravado por el vínculo, por alevosía y por mediar violencia de género (femicidio)”.

Luego, la abogada defensora “no se opuso a los hechos” y “consintió la autoría y responsabilidad” de Romero Lugo, pero discutió y pidió que se quiten todos los agravantes y la acusación sea por “doble homicidio simple”.

Por último, el imputado decidió declarar nuevamente, repitiendo lo que ya había dicho el día miércoles, intentando culpar a dos de las testigos (las vecinas Jésica y Natalia). A lo que hoy agregó frases como “esas mujeres son las malas”.

Todo esto sin ninguna prueba al respecto ni argumento coherente. Ya el pasado miércoles el abogado Mariano Lizardo había comentado que consideraba una falta de respeto a las víctimas y a los jueces que Romero Lugo piense que podían creer esa nueva versión.

El próximo lunes 9 de mayo a las 11 horas en los Tribunales de Lomas de Zamora se leerá el veredicto de los jueces.

Esperamos que se tengan en cuenta todas las pruebas presentadas para dar la sentencia pedida por la querella, y destacar el pedido del agravante por el vínculo y por violencia de género.

Los femicidios tienen que ser nombrados como la problemática social que son. Este no es un caso aislado ni una particularidad, es reflejo y consecuencia del sistema de opresión patriarcal en el que vivimos, donde las mujeres somos consideradas objetos a quienes los hombres pueden comprar, violar, matar. Este lugar de propiedad de los hombres en que nos pone el sistema a las mujeres es la principal causante de los femicidios.

Llevamos años pidiendo políticas públicas para evitar los femicidios, pero hoy en día en vez de invertir en ellas, las políticas son de cada vez más ajuste. Es el Estado el responsable de prevenir los femicidios, y cuando no los evita, garantizar que haya justicia. Que los femicidas sepan que no es gratis matar mujeres. Es por eso, que no da igual que la condena a Romero sea o no por un doble femicidio. Marca un precedente, porque no es justicia sólo para una familia, es justicia para un movimiento de mujeres que reclama visibilidad sobre una problemática que sigue sin resolverse. Para que nunca más nos falte ninguna, que las cosas se nombren por lo que son.

Ni Una Menos.
Basta de Femicidios.
¡Justicia por Ada y Cristina Iglesias!

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