viernes, 3 enero 2025 - 17:17

Juicio DAIA. La cámara porteña revocó la absolución a Bodart: El sionismo también coloniza la justicia

El 30 de diciembre, último día hábil antes de la feria judicial de enero, la Sala III de la Cámara de Casación porteña, por dos votos a uno, revocó la absolución otorgada en agosto pasado a nuestro dirigente Alejandro Bodart por la jueza Natalia Molina en el juicio que le promovió la sionista DAIA por supuesta “incitación a la discriminación”. Por supuesto, apelaremos.

En un extenso texto de 154 páginas, los jueces Ignacio Mahiques y Jorge Atilio Franza resolvieron condenar a Bodart a seis meses de prisión en suspenso más las costas del juicio, en tanto que la jueza Patricia Ana Larroca, presidenta del tribunal, sostuvo la absolución1.

Entre otros firmes argumentos, la jueza Larocca desarrolló en 26 carillas los siguientes ítems:

  • Demostró que los tres tuits de Bodart, que son el único objeto del juicio, no tienen la tipicidad objetiva ni subjetiva para ser encuadrados como el delito de discriminación que penaliza la Ley 23.592.
  • Recordó que la definición de antisemitismo de la IHRA “no es jurídicamente vinculante. Es decir que, si bien funciona como una guía interpretativa, no obliga a los jueces a aplicarla”. Por eso convalidó que la jueza Molina utilizara la definición de la Declaración de Jerusalén.
  • Invalidó el informe de Emiliano Marilungo del INADI contra Bodart: “no pudo definir qué era el sionismo, (ni) qué son los discursos de odio, (ni) una definición de Estado, (ni) diferencias o similitudes entre antisemitismo y antisionismo, (ni) qué significa ‘del río al mar’… carece de la idoneidad necesaria para expedirse sobre el asunto por el cual emitió su informe, lo que le resta toda entidad a sus conclusiones”.
  • Defendió la normativa nacional e internacional que reconoce la libre expresión, para concluir que “las expresiones que aquí fueron objeto de controversia, a mi criterio, encuentran amparo en el derecho a la libertad de expresión”

Jueces colonizados

En contraste con Larocca, el juez Mahiques tuvo que desplegar 80 carillas para justificar su repudiable voto de condena. Es que integra toda una ristra de jueces y fiscales a los cuales el aparato sionista, como lo hace en buena parte del mundo, ha domesticado con tal de acallar toda crítica al Estado genocida de Israel. Al actuar de esa manera, también a gusto del pro-sionista Milei, esa parte de la justicia se vuelve cómplice.

  • Además de citar otros textos de Bodart que no forman parte de la causa, Mahiques miente al afirmar que “el discurso discriminatorio puede ser de alcance masivo para millones de usuarios”… siendo que los tres tuits sumaron 24.679 impresiones.
  • Burdamente, iguala al Estado con el pueblo“deslegitimar la entera existencia del Estado de Israel y fomentar su destrucción, con la consiguiente persecución al pueblo judío que habita ese territorio y a toda aquella comunidad a la que se asocia con aquel estado”. ¿Ignora este juez que en 1991-1992 el Estado de Yugoslavia se disgregó, se destruyó, y el pueblo se repartió en los nuevos siete países que surgieron?
  • Según el juez, las ideas de Bodart “sobre una ‘Palestina única y libre’ contienen la opresión étnica, religiosa y por nacionalidad de la población de Israel, es decir un discurso que fomenta la persecución antijudía y la opresión por esa sola condición”. Una locura total: precisamente una Palestina democrática, laica y socialista es la única garantía de que no haya ninguna opresión ni persecución y se respeten todos los derechos de todos sus habitantes.
  • Mahiques separa arbitrariamente a Netanyahu del Estado sionista: “las expresiones de Bodart constituyen una narrativa que proporciona las bases para deslegitimar la existencia de Israel y realizar un llamado a su destrucción que va más allá de cualquier opinión o crítica contra las acciones tomadas por las autoridades de ese país”. No, juez. Sólo un Estado racista antipalestino como Israel puede tener al frente a un criminal de guerra como Netanyahu: nuestra crítica es al gobierno y al Estado, ambos genocidas.

Por último el juez Franza, en sus 23 carillas, no hace más que repetir de modo vergonzoso las mentiras de la DAIA:

  • Por ejemplo, dice que el “Estado de Israel resulta indisociable de su población”. O sea, es incapaz de distinguir entre un aparato institucional estatal y una serie de habitantes. ¿Acaso ignora que antes de 1948 los judíos convivían en paz con una mayoría árabe en un Estado llamado Palestina que se extendía “del río al mar”?
  • También acepta el hipócrita relato sionista de que hay “nuevas formas de antisemitismo, entre las cuales se encuentra el antisionismo”. Con ese criterio tan absurdo, el sionismo sería la única ideología política de toda nuestra historia y de todo nuestro planeta que no se puede criticar, a riesgo de ser acusado de antisemita.

Seguir esta pelea democrática

Desde el punto de vista procesal, María del Carmen Verdú (CORREPI) e Ismael Jalil, los abogados defensores de Bodart, presentarán en los próximos días la apelación correspondiente. Hay todavía tres instancias por delante ya que, como se venía de una absolución, la actual condena aún no tiene lo que se llama doble conforme.

  • Entonces lo primero es solicitar que otra sala de la misma Cámara revise el fallo.
  • Si ésta lo reitera, queda el recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Superior de Justicia porteño.
  • Y si éste también condena a Alejandro, queda apelar ante la Corte Suprema nacional.

Desde ya, esta no es sólo una batalla a dar en el plano jurídico. En el marco del apoyo internacionalista a los pueblos palestino y libanés ante la nueva Nakba que comete Israel, y como lo vinimos haciendo desde el inicio de la querella hace ya más de dos años, vamos a seguir movilizando para reclamar la absolución de nuestro compañero Bodart y defendiendo el derecho a la libre expresión política. Lo mismo hicimos ante las acusaciones de la DAIA contra Norman Briski y Vanina Biasi.

Recibimos la solidaridad de un arco muy amplio de organizaciones populares y personalidades, a los cuales invitamos a volver a pronunciarse en repudio a esta condena. En realidad acá el único delincuente, el verdadero asesino serial, el autor de delitos de lesa humanidad y de genocidio antipalestino, es el Estado sionista de Israel que hoy dirige Netanyahu.

Paul Biscayart

1Bodart ya había sido absuelto en primera instancia, en mayo de 2023, por el juez Pablo Casas. Como la DAIA apeló ese primer fallo, fue a juicio con Molina… que también lo absolvió.

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