En la mañana del 17 de julio nos enteramos a través de familiares del fallecimiento de Juan Carlos, un militante de 68 años de gran trayectoria, que ya hacía años daba pelea en contra del EPOC y de un corazón deteriorado por años.
Juan Carlos, obrero de la construcción de toda la vida, empezó a militar en el PST entre los años 1974-1975, previo a la última dictadura militar. Militaba en el movimiento obrero sabiendo que era ahí donde se concentraba una juventud feroz, característica de la época, que tenía ganas de cambiar todo el rumbo del país y del mundo.
Ya durante la dictadura militar desde 1976, Juan Carlos se tuvo que ir a vivir a San Luis huyendo de la persecución militar en el noroeste bonaerense. El siempre militó en San Miguel y en José C. Paz.
Con la vuelta a la democracia vuelve a tomar actividades y a fortalecer la herramienta partidaria revolucionaria, militando en el Movimiento al Socialismo, el viejo MAS de Nahuel Moreno, quien le dejó muchos de sus aprendizajes. Siempre traía a las reuniones alguna frase, alguna cita de Moreno y era fanático de la necesidad de la organización mundial de la clase trabajadora.
Era de esos que hablaba y recomendaba leer sobre los jacobinos negros de Haití, sobre el método de interpretación de la historia de Moreno o algún artículo de algún pensador reconocido, podía ser Bukowsky, Gramsci y, por supuesto, Lenin. Siempre sorprendía con alguna enseñanza. En la práctica, un militante con una actitud siempre alegre y positiva que contagiaba. Un piquetero, un compañero del barrio que era siempre el primero en llegar.
Entre el 2003 y el 2005 se alejó de la actividad partidaria pero siempre decía: “es con el MST el partido que yo más coincido en ideología, y además ahora de grande me hice piquetero”.
Regresa a su militancia más constante y orgánica cuando surge la agrupación de Jubiladxs de Izquierda del MST. Ahí vuelve a llenarse de energía. A pesar de la falta de aire del EPOC, siempre quería salir a caminar las plazas, volantear las filas del banco, mandó a hacer pecheras y escribimos volantes juntos. Fue el corazón del equipo de Jubiladxs de izquierda de la zona norte del gran Buenos Aires. Para todas las efemérides nos contaba a los más jóvenes sus experiencias y conclusiones, y se preocupaba por llevar la política del partido a lxs jubiladxs. Él quería despertar la conciencia de todos. Tenía la esperanza de contagiar las ganas de cambio a la juventud y sabía que era con una internacional socialista como la LIS que podríamos mejorar nuestras políticas y nuestro alcance a los trabajadores y el pueblo.
Siempre crítico, revisaba los documentos y los artículos, traía siempre propuestas para mejorar y corregir; alguna palabra para incorporar, alguna cita de Moreno o de Trotsky para aclarar las ideas.
Siempre muy respetuoso, entendía que los cambios a futuro se debían hacer a través del partido: “tenemos que ser el factor subjetivo del despertar, nos tienen que ver y confiarán en nuestra política, porque es la política para la clase trabajadora y para los pobres del barrio”. Así lo vamos a recordar.
Juan Carlos Rodríguez, ¡presente! ¡Ahora y siempre! Te recordaremos en cada lucha, en cada actividad, en cada lectura. Te nos fuiste pero seguirás estando con nosotrxs. ¡Hasta el socialismo siempre, querido Juan Carlos!
Raúl Laguna Bosch