El candidato a Jefe de Gobierno del PRO, Jorge Macri, comenzó su campaña. Sus primeras declaraciones apuntaron contra las personas en situación de calle, contra los piquetes y movilizaciones. En ese sentido declaró que va a evitar: “se apropien de algunos sectores de la ciudad (…) Hoy los cajeros automáticos se han transformado en monoambientes de algunos”. Estas fueron las palabras del candidato para referirse a las personas en situación de calle. Parece un extracto de un sketch de Capusotto, interpretando a “Micky Vainilla”, pero es la cruda realidad de este derechista que no tiene nada que envidiarles a personajes como Milei o la ministra que ajusta en Desarrollo Social, Tolosa Paz.
Además, el primo del expresidente Macri, en la misma entrevista que le hicieron por Radio La Red, también agregó: “Hay alrededor de 3 mil personas en esa situación, un tercio de ellas con problemas de adicciones o de salud mental (…) No los puedo obligar (ir a los paradores) pero tampoco puedo aceptar que sean dueños del espacio público”. De soluciones, no hablemos. Un simposio de críticas a la pobreza que generan las políticas que aplica su socio político, Horacio Rodríguez Larreta. Gran símbolo de ajuste en las necesidades sociales, recortando año a año los presupuestos en ayuda social, que van en detrimento de las instituciones a la que personas en situación de calle no quieren asistir por la situación de precariedad de los inmuebles.
Está claro que la derechización de los discursos en los partidos tradicionales y del régimen burgués es cada vez peor. Las “soluciones” que propone ante estas situaciones puntuales, son inauditas por donde se las mire. A sabiendas que aproximadamente tres mil personas no tienen hogar y padecen el vivir a la deriva por la exclusión a la que los empuja este sistema, no toman medidas necesarias como aplicar un plan integral de viviendas. Contrariamente a esto, admiten el lucro inmobiliario siendo uno de los lugares del país con más viviendas ociosas y obligando, por el encarecimiento de los alquileres y la imposibilidad de acceder a una casa propia a vivan miles en la calle.
Nos quieren sacar de la calle, pero no de la pobreza
Como si fuera poco lo repasado, Jorge Macri también se expresó en contra de las movilizaciones y piquetes. El candidato, emulando a muchos funcionarios del actual gobierno nacional, dijo: “no voy a tolerar los cortes ni los piquetes” y remarcó que trabajaría para que: “hagan que las movilizaciones sean más chicas (…) hay que terminar con la tercerización (de los planes sociales) para que las movilizaciones sean más chicas porque así no van a tener la capacidad de extorsionar a quienes traen”.
La masividad de las movilizaciones que se ven a diario en CABA no tiene que ver con “tercerización de planes” o “extorsiones”, sino, más bien, por la masividad de la miseria a la que han llevado a la mayoría del pueblo los sucesivos gobiernos del peronismo o de Juntos por el Cambio y los radicales. Esto lleva a que miles se movilicen para exigirle al Estado derechos mínimos de subsistencia.
Desde ya que Jorge Macri, Juntos por el Cambio y todos los partidos tradicionales buscaran acabar con las movilizaciones a fuerza de represión, palos y cárcel, como ya comienzan a hacerlo en el interior del país. Pero no les será fácil enfrentar a la fuerza popular que va a defender sus derechos con uñas y dientes.
Estas declaraciones repasadas sólo muestran cómo, junto con la habilitación de las pistolas taser en la Ciudad, se preparan para incrementar los niveles de persecución y criminalización de la protesta. Sin embargo, estas políticas no van a terminar con la exigencia del aumento en los programas sociales, alimento en buen estado para los miles de comedores populares de los que dependen millones de familias y, obviamente, trabajo genuino.
Lejos de estas estas provocaciones e insinuaciones a reprimir, para acabar con estos problemas hay que tomar medidas en favor de los sectores más vulnerables y dejar de defender la riqueza del 1%. Es necesario incrementar las partidas de Desarrollo Social, llevar el Potenciar Trabajo al equivalente de una canasta familiar e implementar un plan de construcción de viviendas populares. Sólo de esa manera se generaría trabajo formal, con sueldos a corde al nivel de vida y, también, se solucionaría el drama habitacional. Programa que sólo defiende el FIT-Unidad en medio de una campaña electoral que, como vemos, tendrá en la vereda de enfrente personajes desbocados por darle continuidad al ajuste.