Ante una erosión cada vez más intensa del gobierno de Milei, la expresidenta viene dando señales para volver a ocupar el centro de la escena política. Una nueva publicación de esta termina de desnudar su objetivo: la presidencia del Partido Justicialista.
Breve operación clamor
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner venía dando mensajes con intención de ordenar a su tropa y a su vez postularse políticamente, como una alternativa al proyecto liberal.
En ese sentido, realizó un acto en la Universidad Nacional del Oeste y viene polemizando en sus redes con el ministro de Economía, Luis Caputo y el presidente, Javier Milei.
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El gobierno también elige subirse al ring del debate contra la dirigente peronista, ya que la polarización que genera su confrontación, hoy por hoy, les sirve a ambos.
El acto del dirigente de La Cámpora, su hijo Máximo en La Plata terminó de “picantear” la interna, apuntando al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
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A principio de la semana, empezó una especie de operación clamor, donde su entorno empezó a postularla para la presidencia del PJ. Ella confirmó el llamado: “quiero agradecer a todos los compañeros y compañeras las muestras de cariño y los mensajes de apoyo para ser la presidenta de nuestro partido. Nunca he ocupado un lugar sin tener la certeza de estar capacitada para la tarea encomendada; sin miedo ni presiones”.
Agregó: “estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad porque si algo tengo claro es que acá no sobra nadie” y afirmó: “la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”.
El dilema de lo torcido
Asimismo, en la publicación sostiene la necesidad de “enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó“, en relación con el estadio actual del peronismo.
Para lograrlo, hizo énfasis en el desarrollo de un programa y no la victoria como un fin en si mismo. Parece ser que acusó recibo de que la síntesis del proyecto durante 12 años mutó de Scioli a Alberto, y de este último a Massa.
El problema del peronismo no es simplemente estar “torcido”, al mismo le pasó factura porque cuando tuvo la oportunidad de cambiar de raíz los problemas estructurales de nuestro país, defendió el Status Quo y el poder concentrado.
De matriz, el peronismo defiende al sistema capitalista y por ende no cuestiona las desigualdades constitutivas del mismo. Es el rostro humano de un sistema que ya no tiene nada para ofrecernos.
Por tal motivo, aun sin ser el delirio liberal, durante las últimas gestiones del peronismo, sin viento de cola ni situación internacional favorable se empezaron a ver las falencias del mismo. Durante el gobierno de Alberto se aumentó la pobreza en un 15,2% y la indigencia en un 48,7%, sumado al crecimiento exponencial del trabajo informal precarizado. Este combo, agregado a la situación económica fue lo que le abrió paso a Milei, que prometió que la iba a pagar “la casta”.
Repercusiones
El otro candidato anunciado para la presidencia del PJ, es Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja. Al enterarse de la postulación de Cristina, declaró: “Creo, igual que CFK, que acá no sobra nadie y también mi proyecto es el de conducir un proceso de unidad, con todos adentro”.
Anunciando que no se baja y que será parte de la oferta electoral del peronismo este 17 de noviembre. No solo al interior del PJ existieron repercusiones, la Justicia, minutos después de hacerse público, la citó por una de sus causas para el 13 de noviembre.
Otro que rompió el silencio fue Florencio Randazzo, quien al conocerse la candidatura de CFK presentó su renuncia al Partido Justicialista.
La salida es por izquierda
Ante un escenario donde más del 50% de la población está por debajo de la línea de la pobreza y el gobierno de Milei desea avanzar sobre todos nuestros derechos, el peronismo se muestra más preocupado en la disputa por la lapicera pensando en el armado de las listas para el 2025 que en enfrentar el ajuste.
Somos categóricos: las recetas que ya fracasaron no pueden traer más que nuevos fracasos. No hay enderezamiento posible dentro de los márgenes del PJ.
Por tal motivo, desde el MST creemos que hay que construir una alternativa de nuevo tipo, reconociendo lo que se ha desarrollado durante estos años, partiendo desde el FIT-Unidad que es una conquista muy importante, sobre la cual debemos apoyarnos como punto de partida para desarrollar una herramienta política convocante, desde la cual disputar realmente por un gobierno de las y los trabajadores.