Anticipándose a la publicación de los índices inflacionarios de marzo que rondarían el récord del 6% en el general y sería mucho mayor en los alimentos, el secretario de Comercio, el cristinista Roberto Felletti dijo que el solo hace política de precios, que la inflación es responsabilidad del Ministerio de Economía. Con la inflación desbocada, la interna del gobierno se llena de funcionarios que intentan despegarse de la bronca popular. Lo de Feletti hace acordar a la canción del Gran Bonete, “yo señor, no señor… ¿pues entonces quién lo tiene?” (la culpa).
El reciente acampe de miles de desocupados en la 9 de julio desató todo tipo de reacciones y mostró una dura realidad: la disparada inflacionaria está aumentando los niveles ya insoportables de pobreza e indigencia a las nubes, y hay muchos que están dispuestos a pelear antes que el hambre termine de instalarse en la mesa de sus familias. El gobierno y todo el régimen político reaccionaron criticando a las agrupaciones sociales y a sus dirigentes. La derecha más extrema, Larreta incluido, estigmatizando a los desocupados movilizados y prometiendo sanciones. Pero pasada la primera reacción, no pueden escapar al hecho de que no pueden, o no quieren, frenar el índice inflacionario y la inflación en los alimentos en particular, que no paran de trepar.
Las declaraciones del secretario de Comercio, aparte de mostrar el recrudecimiento de la interna dentro del gobierno, con el telón de fondo del actual estallido social en Perú que se ven en directo por todas las pantallas de TV, muestran la gravedad de la crisis que atraviesan los tímidos intentos gubernamentales para contener, aunque sea en parte, la disparada inflacionaria.
Feletti reclamó a Economía una política antiinflacionaria “consistente”, pidió aumento de las retenciones a los productos alimenticios y control de las importaciones, señaló que de no tomar medidas contundentes “esto se va a poner feo” y, continuando con la opereta cristinista contra el acuerdo con el FMI, dijo que este “estaría muerto” por la disparada inflacionaria de la economía internacional, potenciada por la guerra en Ucrania, fundamentalmente en los precios de la energía y los alimentos. Reivindicó sus políticas de “precios cuidados”, el armado de varias canastas y los fideicomisos creados para contener precios, pero señaló su total insuficiencia. Con semejantes declaraciones cabe preguntarse por qué no renuncia.
Las políticas de acuerdo con los empresarios de la UIA y la dirigencia cegetista de Fernández hacen agua. Muchas reuniones y solo se acordó un adelanto de la fecha de las paritarias y la elaboración de una “canasta de proximidad”, algo totalmente insuficiente para frenar la actual escalada.
Esto ha provocado las declaraciones del secretario de Comercio, reconociendo el fracaso de sus “precios descuidados” y otros parches que fueron totalmente insuficientes para parar la inflación en los alimentos e intentar ocultar también su responsabilidad como miembro del gobierno en no aplicar herramientas básicas, como la ley de abastecimiento contra las empresas denunciadas por él como especuladoras y responsables de injustificables aumentos.
Pero si el aumento desbocado de los precios es un problema, la próxima auditoría del FMI promete ajustar aún más las penurias de los trabajadores y el pueblo de nuestro país. Comentando las declaraciones de Feletti, La Nación señala que el acuerdo dista de estar “muerto” ya que, para el Ejecutivo, cuando llegue en mayo la misión del FMI la inflación “será el ‘principal indicador’ general a ‘recalibrar’” y “el staff report menciona además que podría haber una adecuación de políticas (nuevas medidas) para que el acuerdo no se desmorone ante las subas de los precios de las commodities, los desafíos en la producción de energía hidroeléctrica, los avances en los precios del gas natural licuado (GNL), y las dificultades para aplicar la segmentación de tarifas” (1).
O sea que el FMI viene a exigir más ajuste que el que ya soportamos y del que inicialmente se desprende el último acuerdo. Para el editorialista Francisco Jueguen, “el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) deberán seguir reduciendo el déficit fiscal y la emisión monetaria, y acumulando reservas si quieren recibir más dólares en el futuro”, para pagar los vencimientos del pago de la deuda externa.
El acuerdo con el Fondo es un acicate a la inflación y la especulación financiera. A la licuación inflacionaria de los presupuestos del Estado para cumplir con las metas de reducción del déficit fiscal debe sumarse , como señala Jueguen en su artículo, “una nueva ‘bola’ que se está armando”: la deuda indexada por inflación que crece licitación a licitación, la aceleración de la devaluación que antes de las elecciones era del 20% y ahora oscila entre el 60 y 80%, la falta de confianza por la crisis en el gobierno y, reflejando los intereses y preocupaciones de los empresarios, “el adelantamiento de las paritarias”. Feletti ha declarado en relación a esto último que el aumento de los precios era una medida preventiva de los empresarios para cubrirse de los futuros aumentos en las paritarias.
Se va a poner feo
Lo que la crisis económica nacional e internacional y el acuerdo con el FMI están poniendo claramente al descubierto es que el motivo de fondo de la inflación es una brutal disputa por el reparto de los ingresos, en el cual los empresarios no quieren perder un solo peso y pretenden seguir engrosando sus ya grandes ganancias y que los costos de pagarle al Fondo, la estafa de este nuevo crédito para cubrir el Stand By de Macri, descansen íntegramente sobre los hombros de los trabajadores y sectores populares del país.
Feletti, como todo el kirchnerismo, hace declaraciones para intentar despegarse del tremendo ajuste que estamos viviendo y del que aún está por venir, mientras conservan cargos y privilegios en el gobierno que comparten y al que no tienen alternativa, más allá de las declaraciones de pico. Por eso arman proyectos de ley para supuestamente pagarle al FMI con los capitales fugados del país. Una suerte de nuevo blanqueo de capitales, con la ayuda de colaboradores-delatores y del propio enemigo al que se debería combatir, el embajador de los Estados Unidos. Discursos para la tribuna que no van a parar la enorme bronca popular.
Para frenar la inflación hace falta un cambio completo. Hay que romper el acuerdo con el FMI; congelar los precios y anular el IVA de la canasta básica; aplicar la ley de abastecimiento a los empresarios que especulan; aumentar de emergencia los sueldos, jubilaciones y planes sociales para que cubran la canasta familiar, con cláusulas de actualización mensual. También aplicar las retenciones, de las que Feletti habla, pero no está dispuesto a hacer nada para que se apliquen y avanzar más, hay que nacionalizar el comercio exterior y el sistema bancario. En el camino de una profunda reforma anticapitalista del campo, la industria, los bancos y toda la economía del país.
- Art. “El dato que podría hacer tambalear el acuerdo con el Fondo”, por Francisco Jueguen, publicado en la Ed. Impresa del 08/04/2022.