jueves, 14 noviembre 2024 - 06:32

Inflación. Los alimentos subieron un 8% en las dos primeras semanas de julio

El Centro de almaceneros de Córdoba hizo un relevamiento de la evolución del precio de los alimentos esenciales durante los primeros 13 días de julio y dictaminó que subieron en promedio un 8,65%.

En el día de ayer Daniel Scioli, flamante ministro de Producción, se reunió junto a otros funcionarios con los dueños de los supermercados; y el pasado lunes hizo lo propio con empresarios productores. Ambos tiran la pelota afuera y no se hacen cargo de los aumentos arguyendo que solo trasladaron mayores costos. Varios funcionarios dicen que los aumentos se deben a maniobras especulativas; sin embargo, a ningún empresario se le aplicó la ley de abastecimiento. Hay que parar esta escalada que degrada los ingresos populares.

Con el marco de la aguda crisis política y económica, que atraviesa el gobierno durante estas semanas -corrida cambiaria, cierre de importaciones, crisis de la deuda en pesos, renuncia inesperada de Guzmán, disparada del dólar-, los empresarios del rubro alimentario, tanto productores –una gran parte de ellos está acompañando el lock out patronal convocado para hoy por la Mesa de Enlace-, como también supermercadistas han aumentado los precios de los alimentos en las dos primeras semanas de julio a niveles récords.

La ola especulativa, con la excusa de que no se sabía hasta donde iba a trepar el dólar, ya había arrancado que las remarcaciones posteriores al cierre de importaciones. Con la caída de Guzmán rebrotó con mucha fuerza: faltantes y desabastecimiento de productos en muchos casos y en otras remarcaciones salvajes, con la excusa que no había precio de reposición certero y tenían que cubrirse para no descapitalizarse. Hubo remarcaciones de hasta un 20% en distintos productos.

Con números algo menores que los de los almaceneros cordobeses, consultoras como LGG determinaron que en una sola semana, la primera de este mes, los alimentos registraron un 2,5% de aumento, 2 puntos más que en el relevamiento anterior, constituyendo el aumento más pronunciado en los últimos 22 meses.

Lo cierto es que cuando este jueves se conozca el índice inflacionario de junio, que rondará según varias consultoras arriba del 5%, las proyecciones para fin de julio son altísimas. A este ritmo de aumento de los precios de los alimentos y del conjunto de la economía, el índice no bajaría del 7%, proyectando entre un 85% y un 90% de inflación anual. Con este nuevo salto, la inflación en los alimentos en los 57 productos que integran la Canasta Básica de Alimentos- la cual se toma para determinar el límite de la indigencia- suma un 212,25% desde diciembre de 2019 hasta junio último, según rebela un estudio del Instituto de Investigación Social Política Económica Ciudadana (ISEPCI).

Es en esta grave situación que Scioli, junto al nuevo secretario de Comercio, Martín Polleda; y el designado secretario de Industria Schale, se reunió el lunes con los empresarios de empresas productoras de alimentos como Arcor, Unilever, Mastellone, P&G, Molinos Río de la Plata y Nestlé entre otras para pedir prudencia” y “mesura”. Al día siguiente, este martes 12, hizo lo propio con los responsables de las principales cadenas de supermercados: Coto, Carrefour, Cencosud, Changomás, La Anónima (su gerente Braun se hizo famoso por reconocer que remarcaba todos los días), Día, Toledo, y el director de la Asociación de Surpermercadistas Unidos, Juan Vasco Martínez.

Mientras a las empresas productoras le habría garantizado gestiones para facilitar la importación de insumos imprescindibles, a los supermercados les pidió que garanticen la estabilidad de precios y un adecuado abastecimiento de las góndolas.

Los medios le dan mucha importancia a la asistencia del ministro de la Producción de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, a la reunión con los popes de los supermercados. Costa no sólo es el creador del programa Precios Cuidados -en realidad bastante descuidados-, sino que responde a Kicillof y Cristina: “Augusto estuvo activo durante la reunión y su participación puede ser vista como una especie de comisario político en el tema precios, pero también como un respaldo político a la gestión de Scioli”, afirmó La Nación en el día de la fecha refiriéndose a los comentarios de una de las personas que participó de la reunión. Una afirmación que devela los compromisos de la vice con la actual gestión, contradiciendo a los que dicen que el silencio de la vice sería una toma de distancia, todo un juego de doble discurso.

Así mientras que los medios reflejan opiniones de funcionarios kirchneristas que denuncian el carácter especulativo de los aumentos de precios, Scioli les pide a los empresarios realizar “esfuerzos compartidos”. Ninguna medida como aplicar la ley de abastecimiento, o poner precios máximos; ni hablar de aumentar retenciones a las exportadoras de alimentos, responsables de que consumamos productos que produce el país a precios internacionales, en medio de una inflación brutal nacional y también internacional. Apenas un relanzamiento del programa Precios (des) Cuidados totalmente ineficaz para poder abordar la actual emergencia.

Como siempre, el verdadero esfuerzo lo hacemos los trabajadores y la mayoría de nuestro pueblo, que vemos reducir nuestros ingresos brutalmente en un país rico en la producción de alimentos, en el que aumentan la desnutrición y la pobreza mientras que las especulaciones empresarias hacen negocios extraordinarios en estas crisis agudas de la economía y el sistema político. Mientras, el FMI se asegura de cobrar la deuda externa que tenemos con ese organismo y el resto de los buitres internacionales.

Hay que parar esta escalada. Desde el MST en el FIT-U proponemos congelar los precios, aplicar la ley de abastecimiento con toda su fuerza, con controles a cargo de comisiones de trabajadores de las empresas y consumidores. Sancionar duramente y expropiar sin pago a los que acaparen y aumenten los precios de los productos. Eliminar el IVA a los alimentos y los productos de la canasta familiar. Subir retenciones y nacionalizar el comercio exterior para asegurarnos que la producción alimentaria del país se ponga al servicio de alimentar a la población y no de los grandes negocios de los pulpos alimenticios. Para aplicar estas medidas de emergencia hace falta otro programa económico, que empiece con romper el fraudulento acuerdo con el FMI.

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