Anticipándose al anuncio del índice de inflación de enero del 3,9% y el aumento de los alimentos en un 4,9%, cifras que no se alcanzaban desde abril del año pasado, las editoriales de los diarios se dedicaron a fustigar la alta inflación. Reflejaron posiciones condenatorias hacia los funcionarios del FMI, mientras aclamaban el inminente anuncio del plan acordado con el Fondo, la única tabla de salvación para un país sin reservas netas que sostienen desde los liberales hasta el gobierno.
Al contrario de tanta mentira liberal de la derecha, el gobierno y muchos posibilistas k, el gobierno necesita más inflación para cumplir con lo pactado. Los socialistas del MST sostenemos que para parar la escalada de precios hay que empezar por romper con el FMI y desarrollar un programa económico al servicio de las mayorías populares.
Con el aumento del tomate al 82,2 %, la lechuga al 51,1%, el limón al 30%, la papa y la cebolla al 11%, nos lamentábamos con el verdulero del barrio porque no guardamos algunos cajones para sacar una diferencia más grande que muchos negocios financieros. A esta ensalada de lujo hay que sumarle muchos nuevos aumentos de enero: 9% en los combustibles, actualización de los alquileres, medicina prepaga, precios de la canasta escolar, etc. El consumo de carne vacuna sigue bajando a niveles históricos, mientras el programa de recios “descuidados” de Feletti exhibe un rotundo fracaso.
La inflación proyectada es del 55% al 60%, mientras que la pauta inflacionaria corregida y anunciada por el gobierno y con la que se pretende poner un techo a las paritarias salariales es del 40%. Mientras ya se conocen algunos lineamientos centrales del acuerdo con el FMI, resta la letra chica.
Lo anterior justamente para cumplir las metas conocidas, a saber: bajar el déficit, achicando el gasto público, para cerrarlo en 0% en 2025 (el gobierno pretendía en el 2027); bajar brutalmente la emisión monetaria al 1% del PBI contra 3,9% de este año; reducir sustancialmente los subsidios energéticos, los destinados al saneamiento y el transporte, que redondean alrededor de U$S 15.000 millones (los energéticos son 11 de estos 15 mil millones de dólares). Además, recomponer las reservas en U$S 5.000 millones, generar tasas de interés positivas y achicar la brecha cambiaria para evitar el drenaje de dólares que impidan crecer estas reservas.
El gobierno dice que hay que apostar al crecimiento, nosotros decimos que el acuerdo no pasa sin una depredación extractiva de nuestros recursos naturales y una tremenda trasferencia de ingresos de los trabajadores y sectores populares, un brutal ajuste. Para eso necesitan más inflación.
Ya la licuación inflacionaria de los presupuestos del Estado fue la mejor espada de Guzmán para lograr un déficit del 3% en 2021 contra un 4,5% presupuestado. Mes a mes se fueron licuando los valores reales de lo invertido en jubilaciones y pensiones (60% del gasto), asignaciones, salarios estatales, asistencia social, presupuestos estatales para salud, educación y transferencias a las provincias. Sin embargo, el año pasado hubo ingreso récord por exportaciones agropecuarias, estuvo el aporte solidario por única vez y los DEGs aportados para cubrir gastos de la pandemia que ayudaron a cubrir los pagos de capital al FMI.
Medidas de ajuste para achicar el gasto público
No alcanzan los recursos de este año para mantener esa reducción del gasto público y aumentarlo medio punto más como exige el Fondo. Necesitan seguir licuando el gasto con alta inflación. Van a incrementar sus índices históricos. Por un lado, para achicar el déficit con menos recursos que el año pasado necesitan reducir sustancialmente los subsidios a las privatizadas de la energía, en la sanidad y el transporte.
Ya anunciaron un 20 % de aumento general en las tarifas de electricidad y una dudosa segmentación. Pero las tarifas para los barrios “ricos” cubren solo U$S 200 millones de los U$S 7.000 millones de subsidios, por eso trascienden las discusiones de la interna del gobierno que prepara más y mayores tarifazos. El gas, ya anunciaron aumentaría otro 20% y ahora los directivos de AySA han salido a reclamar un aumento del 32% para cubrir el atraso inflacionario. La pelea por los subsidios al transporte de Ciudad, que apenas significan un 5% de los subsidios globales del transporte, más allá de la disputa política, marcará al aumentar a más del doble el boleto. Una tendencia clara: el achique de los subsidios los vamos a pagar todos los trabajadores de a pie y la clase media.
También se sumará a la inflación el aumento de las tasas de interés que encarecerá el crédito. Y siempre y cuando el dólar no se les dispare, con un sistema de devaluaciones que no se retrase con el ritmo inflacionario, todos los meses nos van a sacar un pedazo del poder adquisitivo. Un ajuste constante mes a mes.
En algunos sectores el recorte será más brutal, tal como muestra el anuncio del congelamiento de los programas Potenciar Trabajo, que no son solo implica un congelamiento de altas al mismo, sino que intenta rezagarlos cada vez más con respecto a la inflación. Muchos analistas dicen que, como parte del ajuste para achicar el déficit, el gobierno intenta achicar 1 punto del PBI que aumentó luego del 2019 en el sector de Asistencia Social y Salud para enfrentar gastos de la pandemia de Covid y la catástrofe social de la cual estamos lejos de salir.
Finalmente, el achicamiento de los márgenes para emitir moneda en forma sustancial, mecanismo que cubrió el 75% de los agujeros para el financiamiento estatal el año pasado, obligará a más endeudamiento. Incluso a más deuda en pesos, mediante la emisión de Leliq, Pases y otros instrumentos que superan un stock actual de deuda de 4,5 billones de pesos e intereses que, contabilizados en dólares, estriban en U$S 13.000 millones anuales. Es el llamado déficit cuasi fiscal. Y también obligará a adquirir más deuda de otros organismos internacionales, acuerdo con el Fondo mediante.
Hoy Página 12 anuncia que entrarán con el acuerdo de Facilidades Extendidas U$S 7.500 millones en marzo. De ese dinero U$S 4.300 serían la devolución de los DEGs con que se pagaron los vencimientos de capital del Stand By de Macri y el resto sería para cubrir los primeros desembolsos de los 18 mil millones de dólares que hay que cubrirles este año al FMI.
Romper con el Fondo, el ajuste y el saqueo
Resumiendo, necesitan la inflación para seguir achicando el gasto estatal, aumentar sustancialmente las tarifas en este año y cumplir con el FMI. Que el crecimiento va a ordenar todo está por verse, el año pasado la economía solo rebotó el 10% perdido. Este año los precios de las exportaciones se ubican en un buen nivel, pero todos los analistas internacionales dicen que hay que ver cómo se desarrolla un “cisne negro”. Esto es, el anunciado aumento de las tasas del tesoro norteamericano para atacar una inflación histórica del 7% de la economía yanqui. Aumento de las tasas del dólar significa fuga de capitales del mundo para allí y baja del precio de las commodities.
Por eso, entre otras cosas, el gobierno está decidido a un plan extractivista brutal con la megaminería y la extracción petrolera. Decidido a darle impulso a la extracción marítima off shore del petróleo, a los convenios con los chinos para extraer litio, al hidrógeno verde y todo lo que pueda arrimar dólares para pagar. El país exporta anualmente U$S 3.000 millones de la minería, pretenden alcanzar los U$S 15.000 millones a corto plazo y, de ser posible, alcanzar a Chile y Perú, que en este rubro están mucho más adelantados… y contaminados. Extractivismo al palo.
Son las luchas de los trabajadores y sectores populares las que van a decidir la suerte de la aplicación del acuerdo con el Fondo y el tremendo ajuste y saqueo que conlleva. Una pelea que va a enfrentar al grueso del régimen político y sistema capitalista argentino, que en realidad no tienen salida sin el Fondo. Por eso Juntos por el Cambio va a dar quórum, y el desmarque kirchnerista no pasa de alguna protesta para que la ley que avala el acuerdo no empiece por el Senado y que Cristina y sus senadores tengan que poner la cara en primera instancia, como demuestran las declaraciones del presidente del bloque K en el Senado, el formoseño José Mayans.
Un interesante artículo del ex presidente del Banco Central de Macri, Federico Sturzenegger publicado en Perfil bajo el título El plan macrista de Alberto analiza que el gradualismo de ajuste –gradualismo para ellos, mazaso para nosotros- es muy similar al gradualismo de Macri cuando asumió. Expresa: “Entonces pensábamos bajar el déficit primario heredado en 2015 de 4,6% del PBI a uno de 2,4% en 2018 y reducir la asistencia monetaria al Tesoro de 2,8% a 0,6%. Ambas caerían en ese período un 2,2% del PBI. Guzmán propone, en un lapso equivalente, bajar el déficit primario de 3% a 0,9% y la emisión monetaria de 4,6% a 0%. Es decir, una corrección fiscal de 2,1% (similar a la de Macri) y una corrección en la política monetaria de más del doble, de 4,6%. La diferencia entre ambas correcciones se financiará con deuda. En otras palabras, se acaba de anunciar un programa de endeudamiento”. (1)
No es verdad que si no arreglamos con el Fondo, con 0 de reservas netas porque las usamos entre otras cosas para pagarles se viene el fin de mundo, el dólar se va a las nubes y los precios no paran hasta la hiperinflación, como asustan los liberales, el gobierno y les sirve a muchos de los posibilistas K para justificar que no hay otra salida, lo hagan explícitamente o guardando silencio.
Apoyados en la movilización popular, podemos imponer otro programa. Un programa que frene la inflación congelando los precios; aplicando la ley de abastecimiento; con aumentos de emergencia de salarios, jubilaciones y asistencia social; nacionalizando la banca y el comercio exterior mientras desarrollamos una profunda reforma agraria y de la economía capitalista en su conjunto, para utilizar todos los ricos recursos humanos y naturales del país al servicio de dar respuesta a las necesidades populares.
Ver: ¿Qué hacer frente a la inflación?
- Leer artículo en Perfil del 29/01/2022, https://www.perfil.com/noticias/columnistas/el-plan-macrista-de-alberto-por-federico-sturtzzeneger.phtml