La medición realizada por el INDEC, en su informe “Índice de Precios al Consumidor (IPC)[i]”, marcó que la inflación registrada en el mes de julio llegó al 7,4%, siendo la variación más alta en lo que va del año. Marzo tenía ese récord con el 6,2%. En lo que va del año, este índice acumula un 46,2%. Por otro lado, la inflación interanual, la acumulada en los últimos 12 meses, llega a niveles históricos estableciéndose en un incremento del 71%.
La división que mayor inflación sufrió fue la de “Recreación y cultura” (13,2%). También las divisiones que se destacaron por incrementos por encima del total nacional fueron: Equipamiento y mantenimiento del hogar” (10,3%), “Restaurantes y hoteles” (9,8%), y “Prendas de Vestir y Calzado” (8,5%)
En cuanto a la división de “Alimentos y Bebidas no alcohólicas” como muestra el informe, fue la de mayor incidencia en todo el país, llegando al 6,0%. Según el informe: “Dentro de la división se destacó el aumento de Azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.; Aceites, grasas y manteca; Frutas; Verduras, tubérculos y legumbres; y Leche, productos lácteos y huevos.”.
El IPC Núcleo, la medida que no tiene en cuenta los factores estacionales ni a los precios regulados por el gobierno, se incrementó un 7,3%. Los productos estacionales se incrementaron un 11,3% y en cuanto a los que se encuentran bajo una regulación, aumentaron un 4,9%.
La Patagonia (8,0%), la región pampeana (7,5%) y el Noreste (7,4%), fueron las regiones donde la inflación se estableció por encima del total nacional.
La medición de este mes fue el resultado de unos de los momentos más difíciles que tuvo que atravesar la coalición gobernante del FdT, haciendo que la crisis política y económica se traslade a los precios y pegándole de lleno al bolsillo del conjunto de la clase trabajadora. Con el cambio de dos ministros de Economía, primero Martín Guzmán y luego Silvina Batakis (durando solo 3 semanas en el cargo), el mes de julio quedó marcado por índices de remarcaciones de precios altísimos (entre un 20 y 30%) y una disparada histórica del dólar Blue, el cual llegó a subir más de $100. Julio, con el 7,4%, se convierte en el mes con más inflación de los últimos 20 años, quedando por detrás del 10,4% registrado en abril de 2002.
Luego de este movimiento y la salida de Batakis, la ministra que no logró tranquilizar a los “mercados”, el FdT decidió que el futuro del país quede en manos de Sergio Massa transformándolo en un superministro. Pero estos cambios de figuras no pudieron calmar los números que arrojó este estudio y el panorama para los próximos meses no parece cambiar mucho. Por ejemplo, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM)[ii], el informe generado por el BCRA, marca que en agosto se espera un 6,2% de inflación y que el resto de los meses que quedan de 2022, el piso de las variaciones mensuales será del 5%. Además de estos escalofriantes guarismos, la publicación muestra que se espera una inflación anual del 90,2%.
Massa como superministro, con atribuciones de presidente, es el actor clave para dejar en claro el papel de ajustador que ha decidido tomar el gobierno del FdT en todo su conjunto. Los personajes que componen su quipo en la cartera de economía y con sus constantes guiños a las figuras del imperialismo yanqui, dejan en claro la orientación. El nuevo ministro está decidido a tomar todas las medidas necesarias para profundizar todas las relaciones de sumisión con los Estados Unidos. El Fondo Monetario Internacional ya le ha dado el visto bueno a su llegada con una carta de Kristalina Georgieva.
El programa de Massa es el programa del FMI, sin maquillaje discursivo. Ante este panorama desolador que están sembrando, es urgente una salida de la crisis distinta a la que proponen el FdT y JxC. Desde el MST en el FIT-U somos conscientes de la degradación de las condiciones vida de las mayorías, por eso llamamos y exigimos a las direcciones traidoras de las centrales sindicales, que convoquen a un paro general y un plan de lucha. Sólo en la calle se puede torcer el rumbo que el gobierno quiere imponer. A la misma vez proponemos una salida completamente democrática a las opciones que deja el régimen durante este tiempo de crisis. Una Asamblea Constituyente libre y soberana es la herramienta para que el pueblo, en su conjunto, pueda discutir un nuevo rumbo distinto para el país. Una instancia donde los trabajadores y trabajadoras sean quienes decidan quién tiene que pagar la crisis. Así se podrían cambiar los resortes de la economía de este país y hacer que los sectores que nos meten en este tipo de crisis paguen por el daño que le han hecho al pueblo trabajador.
[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_08_222F36DA2F1A.pdf
[ii] http://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/REM220729%20Resultados%20web.pdf