Una familia tipo necesitó $ 78.624 para no encontrarse por debajo de la línea de la pobreza, así lo publicó el INDEC en su informe sobre la valorización mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT)[i].
La Canasta Básica Total, parámetro que indica la línea de la pobreza, en su variación mensual se incrementó un 3,3% en el mes de enero. Este aumento muestra que una persona adulta necesita tener ingresos mayores a $ 25.445 para no ser pobre. Por otro lado, la variación interanual de la CBT llegó a un 39,3%.
En cuanto a la Canasta Básica Alimentaria, indicador que muestra la línea de la indigencia, aumentó un 4,2%. El incremento de este ítem hace que una familia tipo necesite disponer de más de $ 34.334 para no ser indigente. En los últimos 12 meses la variación de la CBA fue del 44,7%.
Con cuatro años consecutivos de caída real de los salarios, el poder adquisitivo de los trabajadores continúa en decadencia. Teniendo en cuenta la última publicación realizada por la Junta Interna de ATE-INDEC, se puede ver lo atrasados que se encuentran los salarios. En la última actualización de este estudio, actualizado el 31 de enero, informaron que el salario mínimo de un trabajador, con un hogar constituido por una familia tipo debería de ser de $ 128.832.
Si se observa el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), lejos está este de poder cubrir las necesidades de las mayorías, ni teniendo en cuenta esta última actualización que sufrió en febrero, la cual lo lleva a los $ 33.000. Contando este último mísero aumento, un SMVM no es capaz de cubrir la Canasta Básica Alimentaria, es decir un salario mínimo es un sueldo por debajo de la línea indigencia y para cubrir la Canasta Básica Total se necesitan más de dos de estos salarios.
El año comenzó con una inflación del 3,9% y con un aumento en los alimentos del 4,9%. Estos números van mostrando el panorama de ajuste que el gobierno está dibujando. Parte de esto es el piso paritario del 40% que Alberto Fernández está intentando imponer, un número totalmente irrisorio cuando los analistas y las consultoras están proyectando que el 2022 cerraría con una inflación por encima del 50%. Sueldos de indigencia, paritarias a la baja y aumentos de tarifas son parte del cóctel de medidas de ajuste que el FMI ordena aplicar a este gobierno nacional y popular.
No existe ninguna salida favorable para los trabajadores mientras que la hoja de ruta del gobierno sea esta. Romper con el Fondo Monetario Internacional y terminar con estas negociaciones es obligatorio para poder aplicar un programa totalmente opuesto al que esta organización financiera obliga aplicar. Si esto no sucede, el continuo aumento de la inflación, el incremento del precio de la canasta básica y la destrucción del poder adquisitivo de las mayorías trabajadoras serán el común denominador de los próximos años.
[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/canasta_02_22C242CE6BB1.pdf