Inconciente Colectivo. Respuesta al decano Biglieri

La solidaridad con Palestina no se censura

En la sesión del Consejo Superior de la UBA del miércoles 8 de octubre, Jorge Biglieri, decano de la Facultad de Psicología, realizó una intervención plagada de falsedades y provocaciones hacia agrupaciones y estudiantes que nos solidarizamos con Palestina.

Su discurso no fue un hecho aislado: se inscribe en el alineamiento vergonzoso de las autoridades universitarias con el sionismo y el gobierno genocida de Israel, y en la persecución política y judicial contra quienes nos atrevemos a denunciarlo.

¿Qué ocurrió realmente en la Facultad?

El lunes 6 de octubre, en el marco del aniversario del recrudecimiento del genocidio sobre el pueblo palestino, la Comisión por Palestina y los Derechos Humanos de la asamblea de la Facultad organizó una jornada pacífica de visibilización con talleres, una obra de teatro y un banderazo. Todas las actividades se realizaron en el hall de la facultad, con respeto y participación de estudiantes. Durante el banderazo, docentes y alumnos del aula avalaron desplegar una bandera palestina desde la ventana, mientras se cantaba:

Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”.

Lejos de cualquier violencia, fue una acción simbólica y pacífica de denuncia ante un genocidio televisado en tiempo real. Pero la gestión respondió enviando personal no docente a interrumpir violentamente la actividad, en una clara decisión política de censura y persecución ideológica.

Biglieri miente y amenaza

Desde el Consejo Superior, Biglieri repitió los argumentos del sionismo mundial, reduciendo todo a una supuesta “violación del reglamento” y acusándonos de antisemitas. Y hoy lo volvió a hacer en el Consejo Directivo. Nada más falso. Ningún estudiante fue agredido, ninguna clase interrumpida: lo único que hubo fue una manifestación pública contra un genocidio que el propio decano se niega a condenar.

El Reglamento Disciplinario de la UBA no se aplica a expresiones políticas pacíficas. Lo que Biglieri intenta hacer es criminalizar el antisionismo, confundiendo deliberadamente antisemitismo con solidaridad internacionalista. Defender a Palestina no es atacar al pueblo judío. Es exigir que cesen los bombardeos, el bloqueo y la limpieza étnica que lleva adelante el Estado de Israel. Lo verdaderamente violento es utilizar el cargo de decano para silenciar el debate político dentro de la universidad.

El falso “acuerdo de paz” reciente: paz de fortaleza, no de justicia

En la última semana se difundió un supuesto “acuerdo de paz” promovido por Trump y Netanyahu, presentado públicamente como un paso hacia la calma en Gaza. Pero ese “acuerdo” es una farsa que solo consolida el dominio del Estado sionista: no menciona la restitución de tierras, ni la soberanía palestina plena, ni el fin del bloqueo ni la responsabilidad por crímenes de guerra. Se pretende que aceptemos una paz sometida: resignación ante el ocupante, desarme parcial de la resistencia, y una presencia militar internacional permanente que legitima el control de Israel. Es una jugada diplomática para desmontar el proceso radical de movilización mundial de los pueblos por Palestina  y legitimar el statu quo colonial, mientras las bombas siguen cayendo y la población palestina muere de hambre, sed y guerra.

Ese falso acuerdo no detiene el genocidio: lo encubre. Y quienes lo defienden —incluidos gobiernos que lo apoyan— no merecen el silencio ni el respeto institucional. Biglieri, al promover su versión parcial del mundo, se coloca del lado de ese acuerdo que legitima la ocupación.

La misma justicia que calla ante los genocidios

Biglieri anuncia que quiere llevar el caso a la justicia. ¿A la misma justicia colonizada por la DAIA que procesa a Alejandro Bodart y Vanina Biasi por solidarizarse con Gaza? ¿La misma que se mantiene muda ante los crímenes de Netanyahu —con pedido de captura internacional— pero actúa con rapidez cuando se trata de perseguir militantes que pintan carteles o despliegan una bandera? El doble estándar moral de las autoridades universitarias es evidente: se pronuncian por los derechos humanos cuando se trata del pasado, pero callan ante los genocidios del presente.

Una universidad sin miedo y sin cómplices

En vez de perseguir estudiantes, la Facultad de Psicología y la UBA deberían romper todos los convenios con el Estado de Israel y ponerse del lado de los pueblos oprimidos. Porque si la universidad pública no se planta ante un genocidio en curso, ¿de qué derechos humanos habla?

Desde Inconciente Colectivo MST, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de Palestina y la libertad de expresión política en la universidad. Seguiremos organizando actividades, asambleas y jornadas de debate, porque educar también es tomar partido.

De Buenos Aires a Gaza: una misma causa

Seguimos el ejemplo de la Flotilla Global Sumud, que partió rumbo a Gaza con una misión humanitaria para romper el bloqueo criminal. Entre sus tripulantes estuvo nuestra compañera Cele Fierro, diputada del MST, cuyo compromiso con el pueblo palestino nos llena de orgullo y nos da fuerza para continuar. Nosotros también levantamos esa bandera: Palestina libre del río al mar.

Inconciente Colectivo – MST | Facultad de Psicología – UBA. Contra el sionismo, contra la censura, por una universidad crítica y del lado de los pueblos que resisten.
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