El 9 de mayo se cumplieron 10 años de vigencia de la Ley 26.743 de identidad de género. La Federación Argentina LGBT, que la impulsó, organizó un emotivo acto en el Salón Azul del Senado. Participaron nuestros compas Vilma Ripoll y Pablo Vasco. Se pidió por lo que falta.
En 2012 el Congreso aprobó la ley, que es de vanguardia a nivel internacional. No patologiza a las personas trans ni pide diagnóstico médico ni jurídico para que el Estado cambie sus datos registrales: basta la voluntad de la persona tal como se autopercibe. Además, la ley incluye a les niñes, adolescentes y migrantes. Y el acceso a las reasignaciones sexuales mediante terapias hormonales y/o quirúrgicas es gratuito (art. 11).
Fueron años de pelea en unidad y diversidad contra la presión retrógrada de la Iglesia Católica y otros dinosaurios. Pero ganamos. La ley de identidad de género fue un avance indiscutido en materia de derechos. Permite tener en el DNI y demás documentación oficial el nombre que queremos, la identidad que elegimos. A 10 años de aprobada, más de 12.000 personas ya han realizado dicho cambio: mujeres trans las de mayor edad y varones trans los más jóvenes.
Pero como bien decía Lenin, “la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida”. El colectivo travesti-trans hoy sigue sufriendo exclusión y violencias, en la educación o la salud, atropellos policiales y discriminación. Pese a la ley de cupo laboral, más del 90% todavía no accede a un trabajo formal y por ende tampoco a la vivienda. El acceso a los tratamientos de salud se hace muy difícil porque el presupuesto asignado es insuficiente y la expectativa de vida de las personas trans sigue siendo la mitad del promedio general. La desaparición de Tehuel confirma la tremenda vulnerabilidad del colectivo trans.
Leyes sí, pero con plata
El acto en el Senado estuvo plagado de emociones y recuerdos, pero también hubo algo de debate. Victoria Donda, la titular del INADI, señaló que “hay una disputa por el presupuesto” para destinar a las leyes logradas. Luego Vilma bajó a tierra la cuestión: “Las leyes sin presupuesto son papel mojado. El presupuesto se lo vamos a tener que sacar a la plata que se quiere llevar el FMI. Le tenemos que decir que no, porque es la deuda trucha de Macri. Y que no nos digan que no se puede porque ‘hay que pagar la deuda’. Porque entonces está la calle y va a ser con coraje, con lucha y no les vamos a regalar nada”. Los aplausos inundaron el salón. Y Amado Boudou, que habló después, tuvo que criticar “la dictadura del capital”…
Pablo Vasco – A 10 años de la aprobación de la Ley de Identidad de Género
Otro avance para el colectivo trans fue la ley de cupo laboral. Pero casi siempre la “inclusión” al empleo llega a pocas personas, o con clientelismo político y se da bajo condiciones de precariedad, mediante contratos-basura y salarios por debajo de la línea de la pobreza. También se requiere presupuesto para hacerla realidad.
En el acto en el Senado, más allá de las divergencias, se vio una gran unidad en cuanto a los derechos por conquistar. Uno es la reforma de la Ley Antidiscriminatoria, para incluir entre los pretextos de discriminación la orientación sexual y la identidad de género, que hoy no figuran, así como para incorporar sanciones. También está la Ley Integral Trans, cuyo proyecto presentó la FALGBT, que incluye un beneficio previsional para las personas sobrevivientes mayores de 40 años. Y también falta lograr la separación de la Iglesia y el Estado, así como la anulación de todos sus subsidios y privilegios.
Nuestro partido tiene décadas de trayectoria en las luchas de la comunidad LGBTI+. Te invitamos a que te sumes para defender lo logrado e ir por más, como parte de la pelea de fondo contra este sistema capitalista y patriarcal.
Sasha Lyardet, Libre Diversidad (Zona Norte)