viernes, 18 octubre 2024 - 01:12

Heriberto Zardini. Recordamos a un gran constructor del partido

El 13 de octubre de 2011 falleció en la provincia de Neuquén, un compañero que fue muy importante en la construcción y el desarrollo de la corriente histórica que dio origen al MST. Heriberto nació en 1936, fue militante de la Resistencia Peronista e ingresó a Palabra Obrera en los primeros años de la década del 60, siendo un activista estudiantil en La Plata. Enseguida adoptó su pasión por el movimiento obrero y por sus luchas, participando activamente en la zona de Berisso y Ensenada, donde el partido tenía una fuerte implantación. Fue integrante por los estudiantes del Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Plata. Allí, en la facultad de Ciencias Económicas, ganó para el partido a Mario Doglio, que era activista estudiantil y Consejero de esa facultad. En equipo con los compañeros Lencinas, Rey y el “Negro” Schiavello, eran fanáticos de repartir volantes y vender periódicos en las puertas de los frigoríficos y las fábricas.

Años después, Heriberto sufrió un grave accidente, mientras hacían actividades contra los carneros en la histórica huelga de los portuarios. Ese accidente le inhabilitó una pierna, un brazo y una parte de su cuerpo. Cuando estaba convaleciente, le preguntaron si este accidente le había arruinado la vida. Mario Doglio nos cuenta que con todo su optimismo a cuestas, Heriberto respondió: “…todo lo contrario. Estoy feliz de cumplir con el mandato de la lucha de la clase obrera. Y para cumplirlo, todos los sacrificios son necesarios”.

En este nuevo aniversario de su desaparición, queremos trasmitir a las nuevas generaciones de luchadores, una semblanza de un compañero muy querido, muy importante y poco conocido, como parte de nuestra historia y nuestra tradición.

Ernesto González, coordinador del trabajo de recopilar parte de la historia de nuestra corriente en los diferentes tomos de “El trotskismo obrero en la Argentina”, lo recuerda así: “Una de las zonas donde Palabra Obrera mantuvo una fuerte presencia fue en Berisso, sobre la cual volcó a buena parte de los militantes estudiantiles ganados en La Plata en esos años. Uno de ellos fue Heriberto Zardini, que provenía del peronismo de izquierda y estaba muy ligado a esa zona por tradición familiar. Heriberto recordaba que ahí en Berisso, pese al retroceso de la clase, Palabra Obrera tenía un trabajo de mucha tradición y conocía muy bien a la industria frigorífica. El local de Palabra Obrera estaba en la calle Nueva York, que es la calle de Berisso que corre paralela al Dock del puerto y va recorriendo desde el acceso de la ciudad, todo el frente de los frigoríficos, hasta llegar al Armour, que hoy está demolido. Toda esa calle es tradicional de décadas y décadas. Desde que surgieron los frigoríficos, de conventillos y casas de obreros, “mansiones obreras” como le decían a principios del siglo. Y también lleno de fondas de polacos y turcos, boliches muy humildes, donde comían los obreros. Nosotros teníamos el local en la calle Nueva York. Allí vivía Dante Lencinas, obrero de Armour que era el compañero más reconocido de Palabra Obrera en Berisso.

Lencinas era hombre del interior de la provincia de Buenos Aires, típico obrero de la carne, que venía del campo. Un hombre de cuarenta y pico con toda la sabiduría del movimiento obrero. Trabajaba en los frigoríficos, vivía con obreros de los frigoríficos. Venía del peronismo y lo captamos para nuestro grupo de la carne… En 1963 creamos la agrupación de activistas de la carne. No nos queríamos poner color, porque la gente estaba podrida de los colores: la Verde, la Roja, la Blanca, porque todas habían traicionado. Entonces Lencinas que era un tipo que siempre masticaba en detalle todas estas cosas, nos propuso poner el nombre “El Activista de la Carne”… Empezamos una actividad de propaganda muy constante, muy regular, y nos transformamos en algo que la gente esperaba: el volante del “Activista” sobre cada hecho, sobre cada situación…Este tipo de esfuerzos para mantener la organización obrera en las bases fue verdaderamente heroico en las condiciones de retroceso que se vivían, fue una de las claves que permitieron que Palabra Obrera sobreviva a la ofensiva de la patronal y la burocracia sindical contra el activismo”…

La escritora Matilde Alba Swann inmortalizó en su poema “La canción de Berisso”, las calles y la vida en esa ciudad obrera:

“Yo te canto Berisso, caserío de latas
portentoso latido de petrolera y fábricas…
…Le canto a tu optimismo, cuando a la calle estrecha
de casas de madera y techumbre de zinc
aquella que conduce derecho al Matadero
salpicada de barro, la llamas PORVENIR”

Para contribuir al recuerdo del compañero Heriberto Zardini, recurrimos también a un viejo compañero que pasó por Palabra Obrera, el PRT, el PST y el MAS y hoy integra las filas del MST. Fue dirigente del “Tucumanazo” y con una enorme tradición en nuestra corriente. Carlos “Chino” Moya, nos hizo llegar lo siguiente: “Unas palabras sobre Heriberto Zardini, un gran dirigente del partido”: “Mi hermano José “Chiquito” Moya y yo nacimos en Punta Alta. Yo primero, en el Hospital Naval de Puerto Belgrano. La escuela primaria y la secundaria la hicimos ahí. Empezamos a hacer política desde adolescentes en la Juventud Peronista. Después de la secundaria primero yo y luego Chiquito nos fuimos a estudiar a La Plata, en la Facultad de Humanidades. Y ahí fuimos conociendo amigos de nuestra ciudad natal, que militaban en Palabra Obrera. Al poco tiempo ingresamos a ese partido. En ese proceso fuimos conociendo compañeros y dirigentes como Mario Doglio, Arturo Gómez y Heriberto Zardini. Heriberto nos visitaba en el departamento que alquilábamos en La Plata, cerca del centro. Y nos propuso que ese grupo de cuatro compañeros, lo ayudáramos a repartir volantes y periódicos en las puertas de los frigoríficos Swift y Armour en Berisso. Le dijimos que si, y cada tanto venía con su auto “Fitito” y nos despertaba muy de madrugada. Siempre estaba contento. Nos enseñaba como era conveniente vender los periódicos y como repartir los volantes de “El Activista de la Carne”. Al poco tiempo Chiquito entró a trabajar al Armour y ahí estuvo cuatro años. Empezó a vivir en el local del partido en la calle Nueva York, que unía los dos frigoríficos. Al tiempo yo también me fui a vivir allí. Venían obreros a toda hora, por la cantidad de turnos que había. Solíamos comer con los compañeros en la fonda “El Obrero”, de un búlgaro gigantesco que se llamaba “Yico”. Heriberto se movía con toda soltura en las charlas y preguntas que nos hacían los obreros. Era uno más de ellos. “El Activista de la Carne” nos orientó para hacer una lista y ganar las elecciones en el frigorífico. En todo esto Heriberto fue clave y nos ayudó y formó como militantes”.

Cuando Heriberto Zardini falleció en el año 2011, el compañero “Chiquito” Moya, escribió para el periódico del MST, Alternativa Socialista, el texto que trascribimos, y ayuda a conocer más profundamente a este querido e histórico compañero de nuestra corriente: “Heriberto falleció el 13 de octubre pasado en Colonia Centenario provincia de Neuquén. Me pidieron que escriba algo al respecto. No puede ser una necrológica más. Lo pensé pero no me sale. Demasiadas necrológicas últimamente. Pensé en cambio, en contar algún capítulo que hubiésemos compartido juntos. Es más fácil y creo que lo puedo pintar mejor.

1966, sindicato del frigorífico Swift Armour de Berisso. Heriberto, colorado y grandote, se sienta en medio de curtidos trabajadores de la carne. Estamos en el local del sindicato, el mismo que fuera recuperado del peronismo, a manos de una lista única de oposición. Parte de esa oposición es la agrupación “El Activista de la Carne”, impulsada por el partido FRIP-Palabra Obrera. Héctor Guana, reciente secretario general del sindicato está a punto de rajarnos de la Comisión Directiva. Heriberto defiende calurosamente no solo nuestra permanencia sino la necesidad de democratizar el gremio. El jetonaje del sindicato podría apelar al argumento número uno: “vos no podes participar porque no sos trabajador de la carne”. Sería inapelable. Porqué no usaron ese argumento? Porque Heriberto fue casi el padre de la criatura. Y porque Heriberto es un tipo que impone respeto. Del tipo de respeto que imponen las ideas expresadas en un lenguaje fácil, càlido, fraterno. Difícil discutir contra eso. Igual nos rajaron, claro, pero con otros argumentos”.

En momentos políticos como el actual, donde dicen que todos los héroes fueron peronistas, no viene mal recordar que tipos como Heriberto –que dicho sea de paso no era peronista ni héroe- formaron el tejido social que permitió que una generación llegara a animarse a “hacer la revolución”. Que Heriberto lo hiciera desde su pela contra el guerrillerismo fatalista lo califica todavía más. En todo caso, faltan los balances de que faltó o que sobró por aquellos años. Lo que si es seguro, ninguneo aparte, que cuadros como Heriberto no faltaron.
En 1968, promediando una dura huelga de los trabajadores petroleros del SUPE, Heriberto sufre un terrible accidente, que le cuesta algo así como medio cuerpo. Una pierna, un brazo, etc. A pesar de todos los pronósticos de médicos y aledaños, Heriberto no se transforma en medio Heriberto. Queda intacto, íntegro. Su incontenible e inconfundible humor no sufre amputación alguna. En un par de años, viéndolo caminar, sería difícil adivinar algún tipo de incapacidad. Viéndolo vivir, viéndolo luchar, tampoco.

Heriberto es del tipo pensante, lo que no siempre ajustadamente y en la jerga llamamos “un intelectual”. Heriberto es un intelectual de a puño, como dicen los españoles. Es un estudioso. Le interesa la economía. Y con una pata al hombro recorre parte de Europa en los años posteriores, ayudando a estrechar lazos entre los trabajadores del mundo.

Ubicado ya en Neuquén se instala en esa retaguardia que hace de los partidos revolucionarios una suerte de fortaleza. Esto es cuando el MAS fue una fortaleza. Cuando las primeras líneas están colapsadas, cuando falta “ese” pedacito, cuando “si tuviéramos…” a algún cráneo que se le prenda la lamparita. Llamamos a Heriberto. Descubrimos que siempre está y para lo que haga falta.

Hay también un Heriberto menos conocido, el de las artes y la literatura. Integra grupos llamados “de vanguardia”, término un tanto bastardeado. Escribe, integra un grupo de cuentacuentos, con la misma obstinación y enjundia que dicta la militancia. En todo caso debió reconocer que su lucha, la de toda su vida, realmente no tiene fronteras. Aquello de que “nada de lo humano me es ajeno”, fue un grafiti pensado para él.

Los años de la diáspora del trotskismo lo deben haber dejado más maltrecho de lo maltrecho que estaba su cuerpo, aunque su chacra en Neuquén siguió representando aquella trinchera de retaguardia tan necesaria.

Hoy sus cenizas andan por los canales de su Centenario de adopción. Heli, la compañera de toda su vida, hizo cumplir su voluntad.
He vivido, hemos vivido momentos muy aciagos. De esos que te dan ganas de bajar la guardia, encogerte de hombros y decir…”que le vamos a hacer”. Momentos fuertes, peligrosos, tristes. Personalmente me ha ayudado entonces, acordarme de Heriberto. Es casi una fórmula que dice así: “Que haría Heriberto en esta situación”. No es el único con el que me pasa. Pero en el caso de Heriberto es cuando se trata de la voluntad. De dar la pelea dìa a dìa. De no haber sobrevivido al pedo. Que nadie ponga sus excusas.

Nuestro movimiento es fuerte por los Heriberto que lo han formado y por los que lo forman. Que las nuevas generaciones de militantes le rindan su homenaje. Compañero Heriberto: Hasta el socialismo, siempre!”

Estas hermosas palabras de “Chiquito” Moya tienen 23 años pero mantienen toda su vigencia. Nuestro partido y nuestra corriente se hicieron y se foguearon con decenas y cientos de compañeras y compañeros como Heriberto. Ellos no están con nosotros ahora pero sus enseñanzas y su ejemplo han sido simiente para nuevas generaciones de revolucionarios. En este nuevo aniversario de su fallecimiento queremos dejar estas líneas como un sentido homenaje a esos compañeros que nunca nos van a abandonar. Porque en cada lucha ellos están, y con un mundo socialista volverán!

Carlos Maradona

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