Haití: la ruta de la esclavitud. La UNESCO, la memoria y la lucha por la libertad contra la esclavitud

El proyecto «La Ruta del Esclavo» lanzado por la UNESCO en 1994 no puede seguir siendo una iniciativa de memoria inofensiva. Es un llamamiento a levantarse, comprender, denunciar y combatir todas las formas de dominación, ya provengan del sistema esclavista o persistan hoy en día en formas modernas. El título del proyecto: «La Ruta del Esclavo: Resistencias, Libertad, Legado». He aquí un análisis crítico y revolucionario de su significado profundo, ya que, sin relación con la lucha de las masas, no será más que un lavado de manos seguido de un secado en el suelo.

La UNESCO afirma querer: Documentar y compartir la memoria de la esclavitud y la trata de esclavos en todo el mundo, especialmente en el espacio atlántico, donde millones de africanos fueron secuestrados, encadenados, transportados en las bodegas de los barcos y vendidos como mercancías;

  • Honrar la resistencia de los pueblos esclavizados y valorar las contribuciones de la diáspora africana;
  • Educar contra el racismo y la discriminación, exponiendo las consecuencias aún vigentes del sistema esclavista.

Construyen museos, colocan placas conmemorativas, organizan conferencias internacionales… Pero si todos estos esfuerzos no se articulan en torno a una lucha anticapitalista, antiimperialista y anticolonialista, entonces este proyecto se convierte simplemente en una memoria estetizada para las élites, sin una transformación real para los pueblos afectados.

Hablar como revolucionario significa decir que la Ruta del Esclavo no puede ser una página cerrada del pasado. Es un nudo histórico que conecta directamente con los sistemas de explotación actuales:

  • Los trabajadores y trabajadoras reducidos a salarios de miseria;
  • Los pueblos negros que siguen sufriendo un racismo estructural;
  • Las mujeres explotadas y maltratadas en un sistema patriarcal capitalista;
  • Los jóvenes condenados al desempleo, al exilio o a la delincuencia;
  • Los gobiernos neocoloniales que instrumentalizan la «memoria de la esclavitud» al tiempo que sirven a los intereses de las multinacionales y del imperialismo occidental.

No queremos una memoria nostálgica, ¡exigimos la urgencia revolucionaria!
La Ruta del Esclavo es la de la insurrección de 1791, la de un pueblo haitiano que se levantó contra la Francia colonial. Es este modelo el que debemos actualizar para romper todas las cadenas modernas —económicas, políticas, culturales, digitales— que aún estrangulan a las masas populares.

¡No se puede conmemorar la esclavitud y tolerar sus formas contemporáneas!
Tenemos que organizarnos, denunciar, movilizar y sublevarnos.
Memoria, sí. Pero una memoria para la libertad, ¡no para la decoración burguesa!
Por otra Haití. Por la liberación de los pueblos del mundo.

Por Jacques Charlemagne1

  1. Miembro de la Red de Organizaciones de la Zona Oeste (ROZO) y del Esfuerzo de Solidaridad para Construir una Alternativa Nacional Popular (ESKANP) ↩︎
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