Llega septiembre y el tercer y anteúltimo aumento previsto en la Ley de Movilidad jubilatoria. 18 millones de personas que integran el sistema de la seguridad social esperan con ansias la mejora en sus ingresos que hoy entre jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares no superan la línea de indigencia. Los incrementos están previstos para marzo, junio, septiembre y diciembre, y por ello, la séptima medición derivada de la ley de movilidad implementada desde marzo 2021 será efectiva a partir del 1° de septiembre 2022.
Mediante este índice las jubilaciones deberán ajustarse en proporciones iguales al resultado de la variación interanual salarial de abril a junio de 2022 (el que resulte mejor entre el índice INDEC y RIPTE) y por la recaudación tributaria de ANSES.
Desde CEPA Luciana Bilbao y Martín Epstein ya han efectuado aproximaciones conforme los índices publicados, afirmado que de acuerdo a los datos del Ripte que asciende a 16, 56% y la recaudación tributaria de 14,29%, ambos calculados de abril a junio, la movilidad por Ley sería de 15,43%. Aún se aguarda las precisiones del salario INDEC estimado 16,50%. Por ende, el incremento tendrá un piso de 15,43% contra una inflación estimada del periodo (de julio a septiembre) 17,40%.
Teniendo en cuenta este incremento del 15,43 %, la jubilación mínima que hoy es de $37.525 pasará a ser de $43.315, la PUAM de $34652, las PNC de $30.320 y la Asignación Universal por Hijo/a a la que acceden 1.800.000 madres y padres en situación de irregularidad laboral apenas de $8462.
Recordemos que tras el acuerdo firmado con el FMI, en la categoría de “otros gastos pendientes” se encuentra señalado que «Realizaremos un estudio que describa opciones y recomendaciones para fortalecer la equidad y la sostenibilidad a largo plazo de nuestro sistema previsional. Se prestará atención especial a la evaluación de los regímenes especiales, y a los mecanismos que favorezcan la prolongación voluntaria de la vida laboral de las personas». Traducido: mayor ajuste para nuestras y nuestros jubilados, rumbo que no parece ser rectificado por el gobierno nacional.
Ante la situación tan angustiante de millones de jubilados, es urgente que se tomen medidas para reintegrar los pobres salarios y jubilaciones, rumbo totalmente opuesto al del FMI. Hace falta la aplicación del 82% móvil con actualización mensual por inflación al monto de los haberes, y aumento ya a lo percibido. Plata hay, si se le aplica un fuerte impuesto a las grandes fortunas y se deja de pagar la estafa de la deuda. Sólo este tipo de medidas pueden resolver la situación alarmante de los ingresos de la mayoría de los jubilados y trabajadores.