Alberto Fernández arribó este jueves a Italia como último destino de la gira europea. Allí mantuvo reuniones en el Vaticano y luego compartió un almuerzo con el presidente Sergio Matarella. El Papa sumó su apoyo con respecto a la renegociación de la deuda con el FMI, alineándose así con los posicionamientos de los presidentes de Portugal, España y Francia que también respaldarán a la Argentina en el pedido de facilidades para cumplir con los pagos con el FMI y con el Club de París.
En primer término, el presidente se reunió 25 minutos a solas con el Papa Francisco y luego tuvo una audiencia de 40 minutos con los hombres de confianza de Bergoglio: el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin; y el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Gallagher. En un estrecho comunicado del Vaticano se destacaron “las buenas relaciones bilaterales existentes y la intención de seguir desarrollando la colaboración en sectores de interés mutuo”. Por su parte, Alberto le dijo a la prensa que el Papa “como siempre, mostró predisposición por ayudarnos”.
Luego de este encuentro, Fernández almorzó con su par italiano Sergio Mattarella en el Palacio del Quirinale, y después mantuvo una reunión de trabajo con el presidente del Consejo de Ministros italiano, Mario Draghi.
Viernes, día clave
El viaje por Europa se extendió un día más, ya que el presidente se reuniría este viernes con la directora del FMI, Kristalina Georgieva luego de un seminario que tendrá lugar en el Vaticano. Este encuentro es muy esperado por el gobierno luego de la gira donde se consiguió el apoyo del Papa y de los mandatarios de todos los países que visitaron para respaldar la renegociación del pago de la estafa de la deuda externa.
Cabe destacar que, con el apoyo de estos países, Argentina conseguiría casi un 10% de los votos de la Junta de Gobernadores del FMI, la máxima autoridad dentro del organismo, siendo superado solo por Estados Unidos. La misma está integrada por los ministros de Economía o los presidentes de Bancos Centrales de los 190 países miembro. Las Juntas de Gobernadores del FMI y del Grupo del Banco Mundial se reúnen normalmente una vez al año.
Este es el grupo que se encarga de decidir la suerte de los países; por ejemplo, cómo se renegocian las deudas, si se extienden los plazos de pago, si se otorgan derechos de giro, etc. Dependiendo de los votos que se obtengan, se otorgarían o no los principales pedidos del gobierno argentino, los cuales son la eliminación de las sobretasas, la redistribución de los derechos especiales de giro y la restructuración de la deuda extendiendo el plazo a más de 10 años (recordemos que 10 años es el máximo tiempo permitido por el estatuto del Fondo).
Es sumamente clara la extorsionadora manera de actuar que tienen estos organismos internacionales. El pueblo argentino está a la merced de lo que decidan estos funcionarios de traje y corbata, que amplían cada vez más su capital empobreciendo a los países que toman sus préstamos.
Mientras tanto, en vez de cuestionar estos métodos que muestran la cara más podrida del capitalismo y negar el pago, el gobierno argentino se rasga las vestiduras para poner dólar por dólar, legitimando esta deuda que no trajo más que miseria a nuestro país. Pago que solo podrá llevarse a cabo con más ajuste a los salarios de los y las trabajadoras, en un momento tan crítico como el que está atravesando Argentina en medio de la segunda ola de Covid-19, con un salario mínimo que no alcanza ni para llegar a mitad de mes. La plata está, pero ya sabemos hacia dónde va ¡Que a la crisis no la pague el pueblo trabajador!