Ante un hecho de violencia ocurrido la semana pasada, Docentes, estudiantes y familias de la 330 y Anexo se organizaron una vez más para alzar la voz contra el abandono estatal.
El lunes 14 de octubre realizaron una convocatoria para manifestarse en la puerta del establecimiento con el fin de denunciar la crítica situación que atraviesa la institución: hechos de violencia, graves problemas edilicios, superpoblación estudiantil y la falta total de respuestas del Ministerio de Educación provincial.
La medida fue convocada luego de que las autoridades del colegio tomaran una decisión lógica y necesaria: desobligar a los estudiantes el pasado miércoles ante un nuevo episodio de violencia y amenazas de disparos contra la Escuela. La suspensión fue una medida de cuidado, que buscó resguardar la integridad física de toda la comunidad educativa. Sin embargo, desde el Ministerio —en lugar de brindar apoyo y soluciones— se dedicaron a retar y responsabilizar al equipo directivo, demostrando una vez más su desconexión con la realidad que se vive en las escuelas.
“Es inaceptable que mientras cuidamos a nuestros alumnos, las autoridades se dediquen a perseguir a quienes hacen lo que el Estado no hace: garantizar la seguridad y la contención”, expresaron las y los docentes durante la asamblea.

Las razones de fondo
Uno de los principales problemas es la superpoblación estudiantil, que hace años desborda las capacidades del edificio. Hoy, la escuela no cuenta con los salones ni cargos necesarios para atender una que matrícula que crece, mientras la infraestructura sigue siendo la misma. Además carecen de preceptores y equipos de orientación. Las condiciones materiales y humanas están totalmente desbordadas, generando hacinamiento, tensiones y un contexto que agrava la conflictividad cotidiana.
El Anexo funciona directamente sin preceptores, sin secretaría y sin edificio propio. Comparte el espacio con la EESO N° 330, en condiciones edilicias deplorables: techos que se llueven, mampostería en mal estado, tejas que se desprenden y soluciones “provisorias” que solo generaron más hacinamiento y riesgos para la comunidad educativa. “Trabajamos en un edificio que parece una ruina y que no está preparado para la cantidad de pibes que lo habitan. Es imposible enseñar así”, resumió un docente.
Todo esto se lo expresamos a funcionarias de ministerio en una reunión donde además del delegado de la institución, estuvieron presentes dirigentes docentes e integrantes del sindicato. Por ahora solo anotaron en una hoja y pidieron “tiempo”

No es nuevo, pero no sé puede seguir así
Esta situación no es nueva. Desde hace muchos años, distintos gobiernos —provinciales y nacionales— han hecho poco y nada para revertir el deterioro de la escuela pública. Cada gestión prometió mejoras, pero ninguna construyó las aulas necesarias ni creó los cargos que garanticen una educación de calidad. Hoy, la situación es peor que nunca, profundizada por el ajuste brutal de los gobiernos de Javier Milei y Maximiliano Pullaro, que castigan a la educación con recortes y desfinanciamiento.
Mientras tanto, el gobierno provincial intenta mostrar firmeza con su “lucha contra el narcotráfico”, pero en la realidad abandona los barrios más golpeados por esa violencia, dejando que las escuelas —que deberían ser espacios de protección y aprendizaje— queden expuestas al mismo entramado delictivo que dice combatir.
Desde la comunidad educativa exigen un protocolo situado para las situaciones de violencia, presupuesto para el gabinete socioeducativo, inversión en infraestructura y creación urgente de cargos docentes, de preceptores y de equipos directivos. “No se puede hablar de inclusión si no hay condiciones materiales ni humanas. No se puede hablar de seguridad si las escuelas se caen a pedazos. No se puede hablar de futuro si no hay inversión”, afirmaron.
Por eso, el reclamo es claro: basta de infancias y jóvenes en riesgo por el narcotráfico, basta de abandono y ajuste.
“Decimos basta. Exigimos que el gobierno deje de mirar para otro lado y empiece a construir las aulas que faltan, crear los cargos necesarios y asegurar condiciones dignas de enseñanza y aprendizaje. Esa es la única manera de revertir esta realidad”, sostuvieron las y los docentes. La crisis no empezó hoy, pero este gobierno tiene la obligación de ponerle un freno.
Y mientras eso no suceda, serán las y los docentes, los estudiantes y las familias quiénes busquemos los medios para reclamar, con plenarias, asambleas y todo tipo de convocatoria.
Plazos concreto y mantener la guardia alta
Hoy miércoles se realizaron reuniones por turno con el plantel docente pero lo que aparece no son funcionarios dando la cara y diciendo que tienen un plan de obras y medidas concretas sino explicaciones y dilaciones que no hacen más que generar malestar.
Exigimos urgentes respuestas
Alternativa Docente Rosario